64-0307 - UN TESTIMONIO SOBRE EL MAR

 

     
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7 de marzo de 1964, en el Templo Soul's Harbor, en Dallas, Texas, E.U.A

 

1 Antes de inclinar nuestros rostros para orar, me gustaría leer algo de la Palabra de Dios. Siempre me gusta leer Su Palabra porque mis palabras fallarán, son de hombre, pero Su Palabra no puede fallar. Y Uds. quienes siguen de cerca el texto, y demás, leamos de Mateo el capítulo 14, en esta noche, comenzando con el versículo 22.
En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
2 Inclinemos nuestros rostros ahora para orar. Mientras nuestros rostros y corazones están inclinados delante de Dios, ¿habrá una necesidad en el edificio, en esta noche, que a Uds. les gustaría dar a conocer a Dios, por el levantar de sus manos, y ser recordados en la oración? Que el Señor mire sobre cada uno, y sea misericordioso con nosotros.
3 Nuestro Padre Celestial, estamos entrando ahora en Tu Presencia, por la vía y en el Nombre del Señor Jesús. Sabiendo, con la bendita seguridad, que El nos prometió, que si nosotros pedíamos "cualquier cosa" en Su Nombre, que Tú nos lo concederías. Estamos muy agradecidos por esto. Palabras no pueden expresar la manera en que nos sentimos al respecto, con la seguridad que tenemos, que Tú nos estás escuchando ahora mismo.
4 Tú has visto esas manos, Señor. Tú conoces de lo que ellos tienen necesidad. Tú eres el omnisciente, omnipotente Dios infinito, y sabemos que Tú conoces los corazones de la gente. Tú conocías nuestros pensamientos. Aun antes que fuésemos creados, Tú conocías todo pensamiento que alguna vez tendríamos, porque Tú eres infinito.
5 Y oramos, Señor, en esta hora, mientras nuestros deseos se extienden hacia Ti, que mires hacia abajo desde los Cielos, Señor, y toma nuestras peticiones en Tu propio corazón, Señor, y respóndenos de acuerdo a Tus riquezas en Gloria. Danos el deseo de nuestro corazón, confiando que es Tu Divina voluntad. Y sabemos que es Tu beneplácito hacer Tu voluntad.
6 Concédenos un gran derramamiento de Tu Presencia, en esta noche, nuevamente Señor. Sana al enfermo. Salva al perdido, levanta a aquellos que están muertos en pecado y ofensas, y tráelos a una nueva Vida en esta noche. Permite que veamos a Jesús. Nosotros lo pedimos en Su Nombre. Amén.
7 Pueden sentarse. Sentimos mucho no poder acomodar a la gente, por falta de asientos. Pero desde la primera noche, han dicho que han tenido que despedir a grandes multitudes de personas, así que lo sentimos mucho. Y es que el Hermano Grant no alcanzó construir aquí otro salón, para. . .Yo creo que es a la izquierda, que él desea mover esta división. El precioso, precioso hermano me preguntó hoy si yo haría de esto algo anual, de volver a Dallas, a su iglesia. Una invitación tan grande como esa, en esta hora, cuando las puertas se están cerrando tan rápido, y entonces el varón quiere que yo vuelva y que sea algo anual, un evento. Yo aprecio eso.
8 Yo tuve un tiempo de compañerismo con ellos esta mañana, con el Hermano Gordon Lindsay y muchos de ellos. El Hermano Pearry Green, que es el patrocinador de la reunión que está por venir, allá en Beaumont, sentado detrás de mí aquí en esta noche. Y muchos de nuestros amigos, el Hermano Don y su esposa. Estamos tan contentos de tenerles aquí. El Señor los bendiga.
9 Ahora, esta noche, sólo. . .Yo he estado tratando de hacer mis Mensajes tan sencillos como pueda, para que aun un niño pueda entenderlos.
10 Mañana en la tarde es un servicio evangelístico, y deseo que todos Uds. puedan venir.
11 Ahora si Uds. tienen servicios en su propia iglesia, pues, Uds.—Uds. quédense donde Uds.—donde esté su puesto de deber. No queremos que nadie deje su propia iglesia, para.Y entonces si Ud. está enfermo y quiere venir para que se ore por Ud. y su iglesia está teniendo servicio mañana en la tarde, hable con su pastor al respecto, para que él no piense mal, Uds. saben. Hágale saber que estamos aquí en cooperación, para—para ayudar al Cuerpo entero de Jesucristo que está peregrinando aquí en Dallas y alrededor.
12 Así que, mañana en la tarde, creo yo, a las dos y media, yo voy a hablar sobre un Mensaje evangelístico. Y entonces vamos a orar por toda la gente enferma, a recoger todas las tarjetas de oración y demás que han quedado durante la semana, y a orar por todas ellas mañana.
13 Ahora mi tema esta noche es más como un pequeño drama, sólo por unos momentos. Y voy a tratar de incluir en esta noche lo más que pueda, en cuanto a orar por los enfermos. Mi texto es: "No temáis, soy Yo", Jesús hablando. Mi tema es: Un
Testimonio Sobre El Mar.
14 Debió haber sido una hora muy avanzada de la tarde, el sol debe haber estado bajando cuando esto aconteció, y pues debe haber sido un día caluroso, como lo es aquí.
15 El aire acondicionado está averiado, y están trabajando en él. Esa es la razón que cambié mi tema cuando venía entrando, de lo que iba a hablar, para poder apurarme, para que Uds. no tuvieran que sentarse en el calor de esta manera.
16 Este gran pescador, después de haber visto lo transcurrido durante el día, había observado a Jesús en Su gran ministerio.
17 A mí me hubiera gustado haber vivido en ese día, para haberle seguido a El. Pero, saben, estoy contento que todavía tengo el privilegio de hacer lo mismo - observarle a El obrar cosas. Y es más grandioso observarlo a El hoy que lo que fue en aquel tiempo. Yo tengo más fe en El ahora, y puedo tener más fe ahora que hubiera podido tener en aquel tiempo, porque hemos tenido dos mil años para probar que el Evangelio es correcto. Y después de dos mil años, El todavía vive, haciendo exactamente como hizo en ese tiempo; así que tenemos una seguridad más grande y un mayor fundamento para fe ahora que lo que tuvieron ellos en ese tiempo.
18 Porque El solamente era un Hombre pasando por ahí declarando que—que El era enviado de Dios y que era el Hijo de Dios; y que Dios estaba vindicando Su Palabra prometida para ese día, por medio de El, y ellos tenían algo de razón para dudarlo. Los teólogos eran.Y pueden notar que era algo patético, verdaderamente fue patético, porque esos teólogos hubieran creído Eso si Dios no hubiera cegado sus ojos. La Biblia así lo dice.
19 ¿Y sabían Uds. que El prometió que cegaría sus ojos otra vez hoy, para que ellos no lo vieran? Ellos serían "impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, implacables, calumniadores, intemperantes, aborrecedores de los que son buenos; que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella". Exactamente una promesa de nuevo otra vez. Y uno no puede más que sentir lástima por la gente, y sus ojos estando cegados a este día. Con las Escrituras que Dios ha prometido que se cumplirían en este día, en esta hora, y estamos mirándolo directamente y observándolo. Y entonces la gente mira, y menea la cabeza y se marcha, dice: "Yo no lo veo". Eso es algo patético, pero sin embargo las Escrituras tienen que ser cumplidas. Eso tiene que ser de esa manera.
20 Así que estos discípulos habían sido escogidos por Dios. Noten, Jesús les dijo: "Antes de la fundación del mundo", El los escogió, y ellos fueron simiente ordenada de Dios. Por eso fue que cuando surgieron las dificultades, y parecía que la gente tenía a Jesús acorralado con alguna pregunta, para ellos no había ninguna duda. Ellos no podían entenderlo todo, pero estaban resueltos a no conocer nada más sino a El. "Sólo Tú tienes la Palabra de Vida". Y ellos estaban resueltos a quedarse con eso, porque fueron ordenados a ese oficio.
21 Y así es hoy día, que hombres y mujeres que son ordenados a Vida Eterna, vendrán a Vida Eterna. "Todo lo que el Padre me ha dado, vendrá a Mí". Esa es Su Palabra, y eso no puede fallar. Es la Palabra de Dios.
22 Y ahora vemos a estos discípulos, que tuvieron una gran reunión ese día, allá afuera, en un gran campo al lado de un cerro. Y Jesús les había dicho: "Pues vayan Uds. adelante al otro lado del mar, adelante de Mí". Y El iba a subir al monte, solo, para orar. Y estos discípulos, después de haber conocido los amigos, puedo imaginarme lo que ellos sintieron.
23 Porque al conocer amigos, y luego tener que separar de amigos; cuando apenas se están conociendo, de repente se tienen que despedir. Y eso siempre ha sido un dolor de corazón para mí, a través de la nación y alrededor por el mundo, que al conocer amigos y luego dejarlos, sabiendo que hay muchos que uno ya no verá más hasta que uno los encuentre en el Juicio. Es algo muy triste.
24 Puedo imaginarme la barca, con la—la proa bien metida en la ribera. Y debe haber sido Simón Pedro, con los grandes brazos y hombros musculosos, que empujó la barca, dándole vuelta y dirigiéndola mar adentro. Y todos se estaban despidiendo con un "adiós" de aquellos en la ribera. Y éstos gritando: "¡Regresen otra vez y traigan al Maestro a vernos! ¡Y vengan a tener otro avivamiento; hemos sido tan bendecidos hoy"! Y nuevos amigos despidiéndolos. Y él se subió, pasando por encima de los demás discípulos, y se sentó probablemente junto a su hermano, Andrés, y tomó los remos.
25 Los—los barcos en ese tiempo eran impulsados o por el viento o por jalando los remos. Y quizás estarían sentados dos en una barca, dos a un lado, y ellos.o dos en cada puesto, mejor dicho, quizás seis u ocho escálamos para los remos. Ellos los jalaban al mismo tiempo, y de esa manera podían mantener la barca en equilibrio cuando estaban amenazando las tormentas. Entonces, al soplar los vientos normalmente, podían izar la vela, y navegar.
26 Debe haber sido una tarde calurosa, según parece en la Escritura, justo antes de este evento; y así que debe haber sido una tarde calurosa, muy quieta y soleada. El sol se estaba poniendo. Y ellos, mientras remaban, soltaban el remo y con la mano se despedían de la gente: "Esperamos verlos otra vez algún día", a medida que avanzaban mar adentro. Y el sol se ponía, y luego la media luz del atardecer, y luego después de un rato bajó la—la oscuridad.
27 Y ellos deben haber cogido una buena velocidad al—al remar, y esa es una labor difícil cuando esos grandes remos pesados se sumergen en el mar. Y la mayoría de ellos eran—eran pescadores, y hombres grandes, fuertes, acostumbrados al mar. Y así, ellos esperaban que Jesús de pronto entrara en la barca y fuera con ellos. Pues, salieron allá, y deben haber dejado que la barca se deslizara por un rato; o sea darle un impulso a la barca, y entonces tomar un descanso.
28 Quizás el joven Juan debe haber sido el primero en decir algo, puesto que él era el más joven del grupo. Y él debe haber sido el que dijo: "Yo me estoy cansando un poco, vamos a deslizar por un rato. Esperen un momento, no tenemos que apurarnos. El todavía no nos ha alcanzado, así que es mejor que esperemos un ratito y respiremos tranquilo".
29 Y mientras él estaba sentado allí con su cabeza inclinada, él debe haber empezado un servicio de testimonios. Y sobre eso es que yo deseo hablar. Debe haber sido él quien se levantó primero, y dijo: "Hermanos, no importa lo que la gente diga, y cuánto alguien quiera descreer, yo ahora ciertamente estoy seguro, después de hoy, que no estamos siguiendo a un impostor. Nosotros estamos siguiendo nada menos que a Dios, porque ningún hombre pudiera hacer lo que El hizo hoy a menos que fuera Dios. Saben, cuando El tomó esos panes y los partió, y alimentó allí a esos cinco mil, esa fue la cosa más sorprendente para mí. Pudiera haber existido una duda hasta hoy", ahora yo sólo estoy repitiendo su testimonio, como diríamos, "pero eso lo resolvió".
30 Dijo: "Puedo recordar hace muchos años. Yo vivía cerca del Jordán. Y yo puedo recordar, desde niño, cómo mi hermosa madre judía me cargaba, por la tarde, y me sentaba sobre su regazo y me mecía allí en el patio, cuando las amapolas estaban floreciendo a las orillas del Jordán. Y siempre miraba hacia el desierto, de donde nuestro pueblo pasó a través de este desierto. Ella me contaba historias de la Biblia. Una de las grandes historias que yo recuerdo, fue de la mujer sunamita, de cuando murió su muchachito, y—y el profeta resucitó a este muchachito de los muertos. Esa era una historia emocionante".
31 "Pero una de las historias más emocionantes que mi madre me contaba, ella decía: 'Ahora, Juan, eres sólo un niño; pero quiero que recuerdes, a medida que vas creciendo, que el gran Jehová sacó a nuestro pueblo de Egipto, y cruzamos ese desierto allí del otro lado del río. Y por cuarenta años ellos peregrinaron en ese desierto, no había lugares para conseguir ropa, y no había lugares dónde comer. Y Dios hizo llover pan del cielo, cada noche, y alimentó a nuestra gente en ese desierto, porque estaban en la línea del deber, siguiendo al gran Jehová. Y ahora, algún día, Jehová va a ser hecho carne aquí en la tierra, en la forma de un Hombre, El será llamado el Ungido, el Mesías'".
32 "Y yo recuerdo", diría él, "siendo un niño, cómo es que mi pequeña mente de niño lo comprendía, trataba de comprender, '¿Cómo es que Dios alimentó a todos aquellos dos millones y medio de personas, en ese desierto? ¿Cómo consiguió El todo ese pan'? Y yo le preguntaba a mi mamá, '¿Mamá, tendrá El, tiene—tiene Jehová una gran cantidad de hornos allá en el cielo, y horneaba El todo ese pan, y corría de noche y lo ponía sobre la—la tierra, para el pueblo, y los grandes cielos de Jehová están llenos de hornos'? Ella decía: 'No, hijo, eres muy pequeño para entender. Mira, Jehová es un Creador. El no necesita hornos. El sólo habla, y Su Palabra es manifestada cuando El habla. El es el gran Jehová, y El simplemente lo habló, y los Angeles lo distribuyeron sobre el suelo, para el
pueblo'".
33 "Y hoy, cuando le vi a El pararse allí, ¿notaron Uds. esa mirada sobre Su rostro? No había ninguna duda en Su mente. Yo me subí por detrás de la roca, y lo observé mientras tomaba ese pan y lo partía, y se lo entregaba a los...a Sus ministros, nosotros, para distribuírselo a la gente. Y entonces cuando El extendió la mano para partirlo de nuevo, ese pan estaba completo otra vez. Y El hizo eso cientos de veces, hasta que todos fueron llenos, y hubo canastas llenas que fueron recogidas. Yo sé que ese no pudiera haber sido nada menos que Jehová, porque El actuó igual que Jehová. Sólo Jehová puede crear. Y yo sé que ese Hombre no es un impostor. Hay un solo Creador, y ese es Jehová. Y ahora, de todas las cosas que yo he visto, esa me dejó satisfecho".
34 "Yo quiero que todos Uds. sepan ahora mismo que mi corazón está completamente rendido, y yo creo totalmente que El no es solamente un profeta. El es un profeta, pero El es más que profeta. El es nada menos que Jehová Dios habitando entre nosotros, porque El creó pan, y El tenía las costumbres de Jehová. Con razón El podía decir: 'Si no hago las obras de Mi Padre, entonces no me creáis; mas si hago las obras de Mi Padre, y no podéis creerme, creed las obras, porque ellas testifican de Mí y dicen Quien soy'. Pareciera que la gente pudiera haber visto eso, fácil".
35 Y Juan estaba satisfecho que El era el Mesías, Aquel del cual Isaías dijo: "Un niño no es nacido, y Su Nombre será llamado Consejero, Príncipe de Paz, Dios fuerte, Padre Eterno". Y Juan estaba satisfecho debido a lo que él había visto. El joven dando su testimonio.
36 Como para ese tiempo, Simón Pedro dijo: "Pues, ahora, un momento. Si vamos a tener una reunión de testimonios, me gustaría decir algo. Saben, yo era muy escéptico de todo el asunto, cuando Andrés mi hermano, quien había asistido al avivamiento de Juan el profeta, el cual había testificado que el Mesías venía y que él lo presentaría. Y yo era un poco escéptico de lo que Andrés me decía, porque yo he oído toda clase de historias del Mesías y todo lo demás".
37 "Pero todos Uds. hermanos recuerdan a mi anciano padre; su nombre era Jonás. Y Uds. lo recuerdan a él, de cómo él era un creyente muy fiel. Cómo puedo recordar a mamá y a papá, y todos nosotros, mientras pescábamos para ganarnos la vida, y no sacábamos casi nada; necesitábamos pan, y cómo es que nos postrábamos en el piso y orábamos a Dios, 'Danos éxito hoy, Dios, para poder vender nuestro pescado, y pagar nuestras deudas, y tener alimento para comer'. Y cómo salíamos al mar, en la tormenta, y nos atrevíamos a—a enfrentar esas tormentas".
38 "Y papá, aún puedo ver su cabello canoso colgando por su espalda, y un día, sentado sobre el borde de la barca, me habló, diciendo: 'Simón, tú eres mi hijo mayor. Sabes, yo siempre he creído, Simón, que yo vería al Mesías. Nuestro pueblo lo ha esperado desde el Edén. Y estamos seguros que El viene, no importa cuánto tarde. Dicen que eso ha sido ya hace cuatro mil años. Sin embargo yo creo que el Mesías vendrá. Y todo judío ha creído que él vería al Mesías en su generación. Yo espero verlo en mi generación. Pero parece que ahora me estoy poniendo viejo, ya tengo que dejar el mar, y estoy adquiriendo mis dolores y sufrimientos, yo probablemente no lo veré a El en mi tiempo; pero quizás tú sí, mi hijo'".
39 "'y yo quiero entrenarte en las Escrituras. Hijo, antes que el Mesías se levante en la escena, habrá toda clase de cosas aconteciendo, toda clase de cosas falsas, porque Satanás hará eso, para destruir la influencia del verdadero Mesías cuando El venga'". Siempre ha sido de esa manera; todavía es de esa manera.
40 Y entonces nos damos cuenta, él dijo: "Yo recuerdo que me puso el brazo en el hombro y dijo: 'Hijo, hay una sola manera que podrás identificar a ese Mesías. Ahora hemos tenido cientos de años sin ningún profeta. Malaquías fue nuestro último profeta. Eso ya hace cuatrocientos años que no hemos tenido un profeta. Pero recuerda, Moisés nos dijo, en las Escrituras, que cuando el Mesías venga, El sería un profeta cuando se levantara en la escena. Nosotros judíos somos instruidos a creer al profeta. Y la jornada del Mesías sobre la Tierra es una Palabra hablada de Dios, que El nos ha prometido. Y la Palabra siempre viene a un profeta, y un profeta vindica esa Palabra. ¡Nunca te olvides de eso, hijo! Quizás haya grandes cosas que se levanten, quizás haya grandes entusiasmos y—y grandes cosas. Pero recuerda, el Mesías será un profeta, porque sabemos que Dios nunca cambia Su manera, y El dijo que el Mesías sería un profeta. Así que recuerda, hijo, los profetas son aquellos que tienen la Palabra del Señor. Y cuando el Mesías venga, El será un profeta'".
41 "Yo todavía puedo sentir su brazo", dijo Simón, "mientras lo ponía alrededor de mí. Y Andrés estaba parado allí en ese momento, lavando la red. ¿Lo recuerdas, Andrés"?
"Sí, Simón, yo—yo recuerdo".
42 "Y Andrés tratando de decirme que este Juan era un profeta. Yo tenía otras cosas que hacer, tenía que vender el pescado y demás. Pues papá ha estado muerto por años, pero yo siempre tuve eso en mente; papá dijo que este Mesías sería un profeta Escrituralmente identificado, y de no olvidarlo, porque es Palabra hablada de Dios. Y que esa Palabra siempre y constantemente ha venido a los profetas; eso lo identificó, o manifestó lo que fue prometido para la edad".
43 Y ahora Simón: "Un día", dijo, él dijo, "saben, Andrés me pidió que fuera a una reunión. Y yo fui allá a la reunión donde estaba esta Persona, Jesús. Y yo había oído toda clase de rumores. Hubo un Jesús que se levantó, antes de El, que prometió ser alguna cosa grande, y se llevó a cuatrocientos por allá y todos ellos perecieron, y así. Yo pensé que era otro de esa clase, con alguna clase de gran entusiasmo de algún avivamiento, o alguna gran denominación que iban a formar. Pero un día pensé en asistir con Andrés, mi hermano".
44 Y yo puedo imaginarme, para este tiempo, la barca comenzó a ser agitada. Alguien comienzar a gritar, y él dice: "¡Siéntate! No agites la barca. Espera un momento. Siéntate, tranquilo".
45 Y él dijo: "Saben, cuando yo fui allá y me encontré cara a cara ante El, la primera vez, El me miró directamente en los ojos y me dijo cuál era mi nombre. El nunca antes me había visto. No sólo me conocía a mí, pero El conocía a ese piadoso padre mío, que me había instruido en las Escrituras. Y yo supe que ése era el Mesías. Eso lo resolvió para mí, allí mismo. Allí fue. Con eso lo vi todo claro".
46 Debe haber sido Felipe que dijo: "¿Me permiten decir aquí una palabra"? Ahora, él dijo: "Hermano Natanael, no permitas que esto te lastime; porque, tú sabes que nosotros estudiamos los pergaminos por años y años, en cuanto a lo que el Mesías sería. Pero cuando lo vi a El hacer eso, me fui y llamé a mi amigo aquí, Natanael. Y cuando él vino."
Natanael dijo: "Permíteme a mí decirlo. Permíteme a mí decirlo".
47 Oh, saben, hay algo que cuando Jesús ha hecho algo por uno, uno—uno difícilmente puede quedarse quieto, hay que contarlo, uno mismo. ¿No es así? Si es algo real, uno sencillamente tiene que decirlo. Cuando El me llenó con el Espíritu Santo, yo quería contarlo. Yo quiero que alguien sepa al respecto. No que algún otro lo cuente; yo quiero decirlo, yo mismo.
48 Y me imagino, Natanael se entusiasmó y dijo: "Saben, me gustaría decir esto. Yo era un poco escéptico de ti, Felipe, cuando tú me contaste. Yo te pregunté: '¿De Nazaret puede salir algo bueno'? Y tú me diste la mejor respuesta que cualquier hombre jamás ha tenido: 'Ven y ve'". Eso funciona bien para hoy. Correcto. No se queden en casa para criticar. Vengan, entérense Uds. mismos, ¿ven? "Dijo: '¿De Nazaret puede salir algo bueno?' Dijo: 'Ven y ve por ti mismo'. Y tú sabes lo que me dijiste".
49 "Y cuando yo me acerqué a Su Presencia, y El me dijo que yo era 'un—un hebreo, un israelita, y que yo era un hombre sincero', yo lo sabía".
50 "Pero me preguntaba: '¿Cómo será posible'? El parecía un hombre cualquiera. Yo esperaba que el Mesías descendiera por alguna gran escalera de oro desde el Cielo, directo aquí a la central de la denominación, a Jerusalén, salir y decir: 'Caifás, yo he llegado'. Pero se dieron cuenta que El salió de Nazaret, de una familia pobre; y en realidad con un nombre ya medio tiznado, de "hijo ilegítimo". Allí estaba parado, vestido en ropa común, no como un sacerdote o alguien, sólo un hombre cualquiera. Y yo pensé, cuando me acerqué allí: '¿Cómo puede ser ése un Mesías? Vestido con un traje viejo, El lo había usado desde que era joven, y allí estaba con ese mismo traje; y El con el cabello colgando por la espalda. Y como un hombre cualquiera en la calle'".
51 "Y El me miró en los ojos, y dijo: 'Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo del árbol, Yo te vi'. Eso lo resolvió para mí. Yo supe por la Palabra, que ese era el Mesías. Ese era El".
52 Y la barca debe haberse sacudido, y el servicio de testimonios estaba aconteciendo. Oh, qué tiempo maravilloso estaban pasando, allá en el mar, simplemente teniendo un gran tiempo.
53 Andrés dijo: "A mí me gustaría decir algo, que me dejó perplejo por un tiempo. ¿Recuerdan cuando íbamos para Jericó? Y El dijo: 'Debemos subir; Yo tengo necesidad de pasar por Samaria'. Así que, El subió a Samaria y allá a la ciudad de Sicar, cuando El nos envió a todos a comprar víveres allá en la ciudad".
54 "¡Oh, sí, yo recuerdo eso bien"! Todos ellos: "¡Sí, sí"! La barca meciéndose, todos teniendo un testimonio maravilloso después que el avivamiento hubo terminado. Así que ellos estaban teniendo esta reunión de testimonios.
55 Y él dijo: "Sí, y se acuerdan cuando llegamos de sorpresa, y, para nuestro asombro, vimos a nuestro Maestro hablando con una prostituta reconocida. 'Ummmm', pensamos nosotros, 'eso está mal. Mírenlo allí, hablando con esta joven. Y nos despachó, y aquí está El con esta mujer de mala fama sentado aquí'. ¿Recuerdan que estábamos parados detrás de los arbustos? Y escuchamos la conversación".
56 "Y nosotros lo oímos a El decirle a ella: 'Mujer, ve y trae a tu marido y ven aquí'".
57 "Y nosotros dijimos: 'Pues, nosotros pudiéramos haber estado equivocados, quizás la mujer estaba legalmente casada'".
58 "Y ella lo miró a El directamente, y dijo: 'Señor, no tengo marido'".
59 "¿Recuerdan Uds. cómo sentimos en nuestros corazones? 'Nuestro gran Mesías en el que tenemos confianza, aquí está atrapado en una mentira, entre dos fuegos, porque El dijo, "ve trae a tu marido", y ella había atestiguado que ella no tenía marido. Ahora le resultó contraproducente'. ¿Recuerdan cómo todos nosotros nos miramos sorprendidos, y el respiro se nos había escapado"?
"Sí, yo recuerdo eso".
60 "¿Y entonces recuerdan Uds. las siguientes palabras? El dijo: 'Tú has dicho la verdad, porque cinco has tenido, y con el que ahora estás viviendo no es tuyo'. Oh, ¿recuerdan el servicio de testimonios detrás del arbusto? ¡Oh! ¿Ven? A El no se puede arrinconar. El es Dios. "Oh", Simón dijo, "eso sencillamente. . ." Andrés dijo: "Eso lo resolvió para mí".
61 Bartolomé dijo: "Esperen, a mí me gustaría agregar un testimonio. ¿Podría hacerlo, hermanos"?
62 "Oh, pues, yo supongo que puedes, tenemos suficiente tiempo. El no ha venido todavía, así que sólo daremos unas pocas remadas. Sigue, Bartolomé, testifica".
63 "Pues, una de las grandes cosas para mí. ¿Recuerdan Uds. a nuestra hermana allá en Jericó, llamada Rebeca"?
"Sí".
"Y su esposo administraba allí un restaurante".
"Ajá".
64 "Y—y él era un hombre de negocio, y su nombre era Zaqueo".
"Sí, sí, yo bien lo recuerdo".
65 "Recuerdan Uds., ella era—ella era una de nuestras hermanas. Ella había creído en el Señor, y ella estaba tan temerosa de que Zaqueo dejaría todo pasar sin aceptar a Jesús. Y, oh, Zaqueo era un buen amigo del sacerdote allí. Y así que ella estaba orando que algo aconteciera y que sus ojos se le abrieran, y él pudiera reconocer que este era el Maestro, que esta era la Palabra vindicada de Dios, hecha carne entre nosotros. Y procuramos decirle a él acerca de cómo es que Jesús de Nazaret conocía los secretos del corazón, mostrando que El era la Palabra, porque la Palabra discierne los pensamientos en el corazón".
66 "'Tonterías', respondió él: 'Yo le creo al sacerdote. Lo que el sacerdote dice es suficiente para mí'. Porque él pertenecía a todas las—las logias de la ciudad, los Kiwanis y todo lo demás, Uds. saben, así que para él era difícil abandonar eso. Así que Rebeca nos había pedido a todos nosotros que oráramos, que oráramos. Y cada vez que llegábamos al tema sobre El siendo un profeta, él decía: '¡Tonterías! El sacerdote dice: "El es Belcebú. El es un diablo. El hace eso por el poder del diablo. Y El sólo es un telépata mental. Eso es todo. No hay nada en eso". Así que no hay tal cosa en este día; no hemos tenido profetas por cientos de años. ¿Y cómo pudiera ese Hombre, que ni siquiera tiene tarjeta de compañerismo, cómo pudiera El jamás ser un profeta? ¡Oh, no hay manera que El fuera tal cosa'"!
67 "Pero, saben, Rebeca continuó fiel, su esposa, y orando. Y una mañana cuando Jesús iba entrando en la ciudad, pues, entonces nos dimos cuenta que, Rebeca nos dijo que Zaqueo había ido a la—la calle, para verlo a El. Pues él no creía que El era un profeta, así que él dijo: 'Yo sólo le daré una buena mirada', como él nos testificó en el restaurante el otro día cuando estábamos comiendo. Así que él se subió en un árbol de sicómoro, y dijo: 'Ya sé lo que haré, me voy a disfrazar para que El no me pueda ver. De todas maneras yo soy un hombre pequeño, de poca estatura. Y yo no puedo verlo allá, estando en la multitud, así que me subiré aquí en el árbol'. Y él llegó a donde se unen dos—dos ramas, y allí se sentó, entre esas ramas".
68 Ese es un buen lugar para sentarse y estudiar el asunto. Allí es donde dos caminos se encuentran, el suyo y el de Dios, o sea sus ideas. Esa es una buena cosa, pensarlo bien.
69 "Así que él dijo: 'Ya sé, El debe haber sido un profeta. El pudiera haberlo sido. Es posible que yo pudiera estar equivocado. Así que lo que haré, yo le daré una buena mirada, y El no me conocerá. Así que voy a tomar todas las hojas y las arreglaré así, alrededor de mí, y yo mismo me disfrazaré para que El de ninguna manera me pueda ver. Y yo lo estaré observando mientras va pasando. Y si El no me cuadra bien como una persona correcta, yo le voy a hablar bien claro y sin rodeos, sentado aquí arriba en este árbol'. Así que él estaba mirando, y tenía una hoja que podía levantar y verlo cuando El viniera dando la vuelta a la esquina".
70 "Y cuando El dio la vuelta a la esquina, caminando por la calle, Uds. saben, mirando de un lado a otro, y los discípulos diciendo: 'Abran camino, lo siento'. Y la gente con niños enfermos y cosas. 'Lo siento, el Maestro está terriblemente cansado; tuvimos un tremendo servicio anoche. Y, caballerosamente, por favor le abran camino y lo dejan pasar. Pues, El se está abriendo paso hacia la ciudad, ¿y por favor le permiten pasar'? Y Zaqueo sentado allí en el árbol, mirándolo desde arriba".
71 "Y Jesús pasó directamente debajo del árbol, se detuvo, miró hacia arriba, y dijo: 'Zaqueo, bájate de allí. Hoy voy a tu casa contigo para comer'. Eso lo resolvió para mí. El sabía que él estaba allí arriba, y sabía su nombre, lo que él era. Eso lo resolvió. Ese es el Mesías, para mí. Sí señor. Porque sabemos que el Mesías debería hacer eso, ciertamente. Así que El dijo que tenía que ir a casa con él ese día para comer. ¡Qué gran tiempo fue! Nosotros lo recordamos".
72 Uds. saben, debe haber sido que para ese tiempo, que la reunión de testimonios estaba aconteciendo; y Uds. saben, estos discípulos allá en el mar, testificando, debe haber sido en la oscuridad de la noche que allá en alguna parte en el norte, que Satanás se debe haber asomado por la colina y miró hacia abajo. El observó esa reunión de testimonios, y se dio cuenta que se habían ido sin El. Allí estaba su oportunidad.
73 Vean, yo creo que esa escena más o menos ha vuelto otra vez, se ha repetido. Ellos, allá en el entusiasmo del avivamiento, ellos se habían ido sin El. Y yo creo que eso es muy parecido a lo que nos ha sucedido a nosotros hoy, que en esta hora de confusión, y después de este gran avivamiento que hemos visto. Esto ha barrido por todo el mundo. Cada nación ha tenido fuegos de avivamiento, y están ardiendo; grandes servicios de sanidad; gente recibiendo el Espíritu Santo por millares de millares. Y en el entusiasmo de todo eso, como aquellos discípulos testificando lo que El había hecho, y "Oh, lo vimos hacer esto, y lo vimos hacer aquello"; yo creo que igual que ellos, nos hemos ido sin El.
74 Nos hemos ido detrás de grandes oportunidades que—que el avivamiento ha presentado. Nos hemos ido detrás de oportunidades de ganar mucho dinero, las iglesias, construyendo edificios más grandes, enormes lugares de millones de dólares, grandes escuelas, sistemas educacionales, y haciendo crecer nuestra denominación. Y luego teniendo nuestros programas de comunismo, de anticomunismo, es lo único que se oye hablar hoy día. Y cuando menos lo piensan, Satanás nos ha visto en nuestros programas anticomunistas, en nuestros grandes programas denominacionales, y en nuestro plan de "un millón más", y todo así, como lo tienen.
75 Y nos hemos ido sin las antiguas reuniones de oración y sin el bautismo del Espíritu Santo regresando, a tal grado que el fuego casi se ha apagado. Uno puede clamar, y procurar traer gente al altar, y a duras penas viene como si estaba ya para morir, tanto le cuesta venir. Y entonces pedirle a ministros venir a orar por ellos: "Oh, ¿por qué me pide a mí"? Y ellos llegan allí, y uno escasamente puede hacerlos venir. Y se paran allí por unos momentos, lo miran a uno, y regresan y se sientan. ¡Para mí, el fuego se ha apagado! Algo ha acontecido. ¡Escuchen! Lo que necesitamos es un avivamiento, en el que pecadores, mirando a Cristo, se arrepientan, corren al altar con sus manos alzadas, clamando por misericordia; y que toda la iglesia sea una llama de fuego, con la gloria de Dios.
76 En nuestro entusiasmo por la oportunidad de hacer crecer nuestras denominaciones, hemos construido escuelas más grandes para educar a nuestros ministros, y enviarlos más lejos de Dios de lo que estaban al principio. Dios no es conocido a través de educación. El no es conocido a través de teología. Dios es conocido por fe. Uno no puede explicar a Dios. El está más allá de la explicación.
77 Miren lo que ha producido. Nosotros, gente pentecostal, que antes éramos pentecostales. Nuestras mujeres se han cortado el cabello; usan maquillaje. Nuestros hombres lo están permitiendo. Nuestros ministros lo están permitiendo. Ellos temen decir algo al respecto. La iglesia los expulsará si lo hacen. ¡Oh, lo que necesitamos es una limpieza de casa, desde el pulpito hasta el sótano! Eso es una vergüenza. Eso es una desgracia.
78 Un hombre vino a mí, no hace mucho, y dijo: "Hermano Branham, la gente lo ama a Ud.", pero dijo, "Ud. siempre la está regañando, regañando a esas mujeres, acerca de tener cabello corto y cosas así".
Yo dije: "La Biblia dice que es una desgracia que ella lo tenga así".
79 Ella deshonra a su marido cuando lo hace. Y es claramente una señal que Ud. se ha apartado de Dios. Recuerden, en el caso de Sansón el cabello largo era una señal de nazareo, que él se había apartado del mundo, a la Palabra de Dios. Y mujeres, cuando Uds. se cortan el cabello, están negando su señal nazarea. Uds. se han ido a Hollywood en vez de regresar a la Biblia. La Biblia dice que no se lo corte. Es una vergüenza, y los ministros no dicen nada al respecto.
80 Este hombre me dijo: "¿Por qué no deja a esas mujeres en paz"? Dijo: "Ellas le consideran a Ud. como profeta".
Yo dije: "Yo nunca dije que era profeta".
81 Dijo: "Ellas lo consideran como tal. Enséñeles cómo recibir dones espirituales y cómo lograr algo. Ud. debiera enseñarles cosas grandes, cosas mayores".
82 Yo dije: "¿Cómo puedo enseñarles álgebra cuando ellas ni siquiera aprenden su abecedario, a cómo vivir decentemente? ¿Cómo va uno a hacerlo? Sí, comenzando lo primero".
83 Año tras año, cruzando la nación, y se pone peor cada vez. Hay algo mal en alguna parte, y no es con la Palabra. Con razón no podemos tener ardiendo fuegos de avivamiento. Necesitamos un tiempo para limpieza de casa. Dios nunca hará eso sin que primero regresemos. Necesitamos un tiempo para limpieza de casa.
84 ¡Y Uds., hombres que le permiten a su esposa hacer una cosa como esa, usar pantalones cortos! Esos no son los metodistas o los bautistas. Esos son pentecostales, cierto "una forma de piedad" - la Edad de la Iglesia de Laodicea, tibia, pentecostal sólo de nombre, eso es todo. Pentecostés no es un nombre, es una experiencia del bautismo del Espíritu Santo, que limpia a la gente. Con razón no podemos tener grandes servicios de sanidad y demás cosas, algo se echó a perder en alguna parte. Es Satanás, nos vio allá tratando de. . .
85 "Pues, si decimos algo al respecto, ellos cambiarían su membresía".
86 Recuerden, uno no tiene que mimar a los Cristianos. Los Cristianos son ásperos; son hombres y mujeres de Dios, que se paran a favor de Dios, a pesar de lo que alguien más tenga que decir. Uno no tiene que rogarles y persuadirlos, y perfumarlos y mimarlos. Esas son las plantas híbridas de invernadero, no sirven para nada y nunca producen nada.
87 Me hace recordar, como un.Pronto será el tiempo de prepara el nido. Me estaba fijando en los pajaritos hoy, los pequeños gorriones cargando la paja a sus nidos. De aquí a poco tiempo estarán anidando, poniendo sus huevos para que empollen. Uds. saben, un pajarito puede tener una nidada de huevos, y ella puede estar allí sobre ese nido de huevos, y les da vuelta cada tantos minutos; usa sus patitas y los voltea, y allí se mantiene. Ahora, si ella permite que esos huevos se enfríen, después de haberlos calentado, no empollarán. Por eso ella vuela rápido y coge un bocado de alimento, y regresa allí otra vez.
88 Y saben, esa madre ave, ella podría sentarse allí sobre esos huevos, y voltearlos cada dos minutos, y hasta sacrificarse y ayunar hasta que ella esté tan débil que no puede moverse del nido. Pero a menos que la ave madre haya estado en contacto con el ave macho, esos huevos no empollarán. No importa qué, ni cuánto uno los cuide, no empollarán. Allí permanecerán en el nido y se pudrirán.
89 Y si alguna vez ha habido un tiempo cuando Pentecostés debiera estar con el Varón, Jesucristo; porque resulta que no tenemos más que un nido lleno de huevos podridos; negando la Fe, entrando en el Concilio Ecuménico, y diciendo que es algo grande al sentarse junto al Papa, y diciendo "es algo espiritual". ¿Qué les pasa, a Uds. pentecostales? ¿No saben que la Biblia dice que esas cosas acontecerían? Y nosotros nos quejamos porque los metodistas y bautistas están entrando, y todas estas otras cosas así. ¿No se dan cuenta Uds. que cuando la virgen durmiente vino a comprar el Aceite, esa fue la misma hora en que vino el Novio? ¡Y ellas no consiguieron el Aceite! Uds. saben, el Rapto ocurrirá tan secretamente, y se irán, en un tiempo de estos, que ni sabrán qué acontece. Eso habrá pasado, y estarán pensando qué habrá sucedido.
90 Como Juan que vino a la Tierra. Y ellos le dijeron al El, dijeron: "Pues, la Biblia dice que Elías debe venir primero". El dijo: "El ya vino, y no lo supieron".
91 Así será, algún día dirán: "Yo pensé que esto iba a acontecer antes del tiempo de la Tribulación. Yo pensé que el Rapto iba a acontecer". Las palabras pudieran volver: "Ya ha acontecido y Uds. no lo supieron". Sí. Puede ser más tarde de lo que Uds. piensan. ¡Oh iglesia, despierta! Es mejor que deje eso quieto; yo no vine aquí para adoctrinar, simplemente pensé en meter eso rápido para que pudieran tener eso así por un lado.
92 Recuerde hermano, Satanás ha visto estos grandes programas, una iglesia tratando de superar a la otra, una denominación tratando de superar a la otra, excluyendo todo el analfabetismo y teniendo que hacerles un examen psicológico; tener un psicólogo para que examine al hombre antes que salga a los campos misioneros. ¡Pentecostales! No, esos—esos—esos no son los presbiterianos, esos son los pentecostales. Un examen psíquico es requerido de un cierto grupo de pentecostales, en un grupo grande, antes que los misioneros puedan salir al campo.
93 ¿Qué si aquellos allá hubieran tenido un examen así? Ellos tuvieron un examen. Fue un examen pentecostal, en el principio, cuando esperaron en el aposento alto hasta que vino allí Fuego de lo Alto, y el Poder de Dios. Ese fue el examen.
94 No algún psicólogo mundano, medio borracho, parado allí obrando con la mente, y si uno muestra un poco de ánimo o algo, le dice: "Ud. está completamente mal". Cuando absolutamente ha sido probado que un hombre que es extremadamente espiritual sí es nervioso, él tiene que estar en esa condición para entrar en eso. Así que allí lo tienen, ¿ven?) y sólo están echando a perder lo que Dios ha tratado de hacer por años, y regresan directamente con sus programas y sus grandes.
95 Ellos están muy animados cuando ven cantidades de gente reunida. Dicen: "¡Si los pudiera convertir todos a las Asambleas! ¡Si yo pudiera hacerlos todos de la unidad! ¡Si yo pudiera hacerlos a todos metodistas"! ¡Los metodistas están tratando de convertirlos a todos en metodistas; los bautistas tratando de convertirlos todos en bautistas; los pentecostales todos en pentecostales! ¡Oh, uno no pude hacer nada al respecto, Dios ha ordenado a todo eso desde la fundación del mundo! A nosotros nos toca predicar el Evangelio. Eso es todo. Pero en nuestros grandes programas, hemos salido sin ese Fuego. Hemos salido y nos hemos fabricado un fuego casero, por así decirlo.
96 Y nuestro comunismo, pues estamos tan asustados, que el comunismo se ha establecido: "¿Qué va a suceder"? Pero, saben, la cosa más terrible no es el comunismo. Permítanme decirles eso ahora mismo, yo no le temo al comunismo.
97 Pero lo que estoy temiendo, respecto a Uds. pentecostales, este Concilio Ecuménico se los va comer, esa es la cosa. Eso va a formar la marca de la bestia, y Uds. tendrán que entrar allí. Por razón de que son una organización, o tendrán que entrar o salir. Allí está la cosa, y cualquier persona buena, sensata y espiritual lo sabe. Necesitamos otro testimonio sobre el mar, hallamos que así es. Y nuestros pentecostales, tragándoselo: anzuelo, línea y plomo. "Qué gran cosa será". Cuando metodista, presbiteriano, luterano, iglesia de Cristo, y pentecostales, Uds. tendrán que negar su gran doctrina apostólica, para estar en eso. Ellos todos tendrán que hacer lo mismo. Uds. no tendrán nada qué decir en eso. Todo se está consolidando con Roma, exactamente lo que ha sido probado. La Escritura así lo dice.
98 ¿Qué les pasa a los predicadores que permiten que estas cosas lleguen a esta condición, sin advertir a la gente? Dios lo requerirá de sus manos. Exactamente en este tiempo de dificultad.ellos estaban encarando la dificultad, ellos allá. No es el comunismo lo que está entrando; es más bien el Concilio Ecuménico lo que se va comer todo por completo. Y recuerden, cuando Uds. dicen: "Eso no puede ocurrir", entonces ya es demasiado tarde, ya habrán tomado la marca de la bestia. Para entonces ya pertenecerán.
99 Es mejor alinearse para poder alejarse de eso ahora mismo, sí señor, sean sellados en el Reino de Dios. El Cuerpo de Cristo es el Cuerpo místico de Cristo, al cual uno es bautizado por medio del Espíritu Santo; no por medio de membresía, ni por ser recibido o convencido a la fuerza, que por haber hablado en lenguas, o por haber gritado. Ud. nace allí, a través del Espíritu Santo. Eso es correcto. Ciertamente.
100 Ahora fijándonos en estas cosas, las dificultades surgen de repente. ¡Oh, el diablo miró allá y dijo: "Ajá, ellos se han desviado en una locura, ellos están allá saltando y brincando, gritando, gozando de un gran tiempo! ¿Saben qué? Ahora mismo es mi momento para hundirlos. Ahora es que podré ajustar las cuentas con ellos".
101 Así que él se azomó allá por la colina y comenzó a soplar su aliento venenoso, "Fiuuu, los días de los milagros han pasado. A fin de cuentas, yo creo que esta gente sólo es una gente nerviosa. Yo creo que deberían hacerles un—un—un examen mental antes que vayan a los campos extranjeros". ¡Pentecostales! Ajá. Se puede notar su aliento venenoso matando la Palabra: "Oh, yo creo que es algo diferente, yo—yo lo creo." ¿Ven? Devolviendo directamente igual que todas las denominaciones, ese es exactamente el camino por donde están caminando. Lo harán, y eso lo mata. La misma hora en que lo organizan, allí muere. Siempre ha sido así; y así siempre será. Eso jamás se levantará, nunca se ha sabido de eso en toda la historia. En—en esta Edad de la Iglesia de Laodicea, Cristo estaba afuera de la iglesia, tocando, tratando de entrar. Y ellos simplemente no pueden tolerarlo. No pueden escucharlo. Ahora encontramos la hora en que estamos viviendo, la dificultad ha entrado.
102 Y entonces empezamos a darnos cuenta que milagros ya no están aconteciendo, como acontecían. Los enfermos regresan a casa enfermos. Eso no es por causa de Dios. Es por causa de la falta del avivamiento entre la gente. No hay avivamiento. Se-se sientan y escuchan; se van a casa y dicen: "Pues me supongo que eso estuvo bastante bien. Ajá". ¿Ven? Ya no existe ese celo. No existe ese algo en la gente que debería estar allí.
103 Yo recuerdo hace quince años, aquí en Arkansas, cuando yo estaba celebrando una pequeña reunión allá en Jonesboro; cuando como cuarenta mil personas trataban de asistir, o venir a la reunión, en una ciudad de como quince mil. Y ellos dormían debajo de camiones algodoneras y cuánto más, y sostenían periódicos sobre sus niños enfermos, sólo para lograr entrar. Ellos se sentaban en sus puestos y no los abandonaban, día y noche, y con sus familiares encargaban hamburguesas y—y una botella de gaseosa; y allí se quedaban, día tras día, día tras día. Sus corazones estaban ardiendo. Pues la menor cosa que Dios hacía, los encendía. Y cientos de ellos entraban.
104 El aún es el mismo Dios en esta noche, que fue hace quince años. El todavía es el mismo Dios en esta noche, que fue cuando creo los cielos y la tierra.
105 Pero ¿qué pasó? Nos entusiasmamos todos y quisimos levantar nuestras organizaciones, quisimos construir esto y construir esto, y hacer algo grande y brillante, comparándonos con los Pérez, con los metodistas, con los bautistas, con los presbiterianos. Uds. no son de esa clase; no, no lo son. Ellos son gente denominacional, lo cual está bien, nada en contra de ellos. Hay muchos buenos Cristianos entre ellos, pero Uds. no debieran asociarse en esos grupos incrédulos - personas que "niegan la eficacia..." Uds. no deben defenderlos a ellos.
106 Saben, el problema es que Uds. están tratando de meter a Hollywood en la iglesia. Lo que deberían estar procurando hacer es sacar a Hollywood de la iglesia. ¿Ven? Están tratando de hacer su edificio tan hermoso; están tratando de hacer su denominación tan grande, al grado que atraerá la atención de la gente. Nosotros no podemos pasarnos al lado de ellos. Tenemos que traerlos al lado nuestro. Todo tan brillante. Recuerden, Hollywood brilla con mundanalidad, mientras el Evangelio resplandece en humildad. Hay una gran diferencia entre brillar y resplandecer. El Evangelio resplandece en sencillez y mansedumbre, y humildad, y en poder. Mientras Hollywood brilla, y todos dando vítores y gritando, y emocionados en ello. ¿Ven? Nosotros no necesitamos eso.
107 Nosotros queremos vivir en tal Luz. El dijo: "Vosotros sois la sal de la tierra". "Si la sal ha perdido su sabor", esa es su fortaleza en el Evangelio. Deberíamos tener algo moviéndose en nuestras iglesias, para que los metodistas, bautistas,  presbiterianos,  y  todos  ellos  anhelen  venir. ¡Deberíamos ser así de salados! La sal produce sed, crea una sed. La sal preserva al tener contacto. Pero tiene que haber un contacto.
108 y nos damos cuenta, que en nuestras locuras intentamos compararnos con los metodistas y bautistas, con grandes edificios y grandes lugares, y con gente fina y educada, y con escuelas más grandes y colegios más grandes, y todo de esa manera. Nos hemos desviado en una locura, y de repente estamos en dificultades.
109 Y la mente espiritual mira todo alrededor y dice: "Un momento, ¿tendremos todos que aceptar ese Concilio Ecuménico? ¿Entrará nuestro grupo entero en eso"? Seguro, así será. Exactamente. Observen y vean si no es así. La Biblia dice que lo harían, exactamente, y que Cristo estaría afuera. La luna se oscureció antes que el Papa (el primero que alguna vez salió de Roma), la otra noche, mostrándoles una señal en los cielos. De manera improvista, pero sucedió. ¡Cómo el Señor está haciendo cosas maravillosas en este día!
110 Entonces en esa gran hora de oscuridad, cuando ellos estaban allí, se levantaron los vientos. No había ninguna esperanza de supervivencia. ¿Qué van a hacer Uds. cuando su denominación entra en el Concilio Ecuménico? ¿Qué ocurrirá entonces con todas nuestras grandes cosas que construimos aquí en la tierra, y sin la última esperanza?
111 Pero saben, cuando ellos estaban a punto de gritar, y todas las esperanzas perdidas, y no podían ser rescatados; y de repente, lo vieron a El que venía caminando sobre el agua. En la hora más oscura, El llegó.
112 ¿Saben qué? Cuando El los dejó, El sabía que eso iba ocurrir así, por eso El subió la colina más alta que había en la tierra. Mientras más alto uno sube, más lejos uno puede ver. Y El subió para poder observarlos. Uds. saben.
113 Y El sabía que esto venía. El predijo que este día llegaría: "Como fue en los días de Sodoma, así será en la venida del Hijo del Hombre, cuando el Hijo del Hombre se manifieste". Entonces, el Hijo se tiene que manifestar. Esta generación perversa y adúltera irá tras una señal, y tendrá una señal; pero la rechazará igual como hicieron ellos allá, pero será la señal de la resurrección. El aún está vivo, obrando igual como obró.
114 Nos damos cuenta, que en esa gran hora, y los discípulos angustiados, El subió para poder observarlos. El estaba sentado allá arriba en una colina, observándolos.
115 Y en esta ocasión ahora, El no subió una montaña, sino que El subió del sepulcro, subió por los aires, más allá de la luna, las estrellas, al grado que subió tan alto que tiene que mirar hacia abajo para ver el Cielo. Y allá está sentado, en lo Alto. Ahora Su ojo está enfocado en el gorrión, y yo sé que El nos está mirando a nosotros. El está vigilando.
116 Y aquí mismo en esta hora de oscuridad, cuando todas las iglesias han entrado en grandes programas, y tienen este programa y aquel programa, y todo programado como están las demás iglesias, las denominaciones. ¿Y qué ha sucedido? En la hora de oscuridad, cuando la verdadera gente llena del Espíritu se pregunta: "¿Qué va a suceder? ¡Miren a mis niños"! El hombre dice: "¡Miren a mi esposa! ¡Miren esto"!
117 Y a la vez despiden temprano el domingo, o más bien la reunión de oración del miércoles por la noche, para que puedan ir a mirar Amamos A Suzy, o algo así, en la televisión. "Amadores del mundo más que de Dios", actuando igual que ellos.
118 Yo le dije a una señora el otro día - ella estaba vestida tan apretada en su vestido - yo dije: "Hermana, ese vestido le queda demasiado apretado. Quizás no suene bien que yo le diga eso a Ud., pero así es. Ud. es una Cristiana, y Ud. será una piedra de tropiezo".
119 Ella dijo: "Pues, Hermano Branham, ¿sabe qué"? Dijo ella: "Esta es la única clase que hacen".
120 Yo dije: "Todavía venden telas, y tienen máquinas de coser. No hay pretexto".
121 Escuche, permítame decirle algo, mi querida amiga; no criticándola. No señor. Estoy tratando de desviarla del tormento. Mientras ese espíritu esté en Ud., Ud. va a hacer eso. Esa es la verdad. Ud. tiene que nacer para salir de eso. Ahora Ud. puede hacer lo que quiera referente a esa declaración, pero déjeme decirle algo, vean, "lo que sea su corazón, allí también está su tesoro".
122 Permítame decirle. Ud. pudiera ser tan pura como un lirio para su marido, y Ud. jovencita, pudiera ser tan pura como un lirio para su novio, pero algún día Dios le va pedir cuentas por haber cometido adulterio. Ud. es culpable cuando anda vestida de esa manera. Jesús dijo: "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón". Y cuando ese hombre, siendo pecador, tiene que rendir cuentas por mirarla a Ud., y por haber cometido adulterio, ¿quién se lo exhibió? Piénsenlo. Uds. mujeres pentecostales, ¡debiera darles vergüenza! ¿Ven? ¡Debiera darles vergüenza!
123 Yo las amo, y esa es la razón que estoy diciendo eso. El amor es correctivo.
124 Estamos en un gran locura, una gran locura respecto al vestir. Es igual, y las modas al estilo del mundo. El dijo: "No améis al mundo, ni las cosas del mundo; si lo amáis, el amor de Dios ni siquiera está en vosotros". A mí poco me importa cuánto Ud. hable en lenguas, que salte por todos lados, o danzar, cortándose el cabello, usando vestidos como esos. Y Uds. hombres se la han permitido. Sus propios frutos les dicen en dónde están. Exactamente la verdad. ¡Con razón estamos en tal caos como estamos, y con los vientos del comunismo, los vientos de religiosidad, los vientos de organización ecuménica!
125 Es un—es un tiempo de unión, un tiempo de sindicalizar. Los sindicatos están sindicalizando el trabajo, y discutiendo al respecto. Las naciones tienen las—las Naciones Unidas, se están uniendo. Las iglesias se están uniendo. ¿Qué está demostrando todo esto? Está mostrando que Cristo y la Novia están casi para unirse. De eso es que está hablando. Las sombras de todas esta cosas están mostrando el positivo que está por llegar. Observen ahora mientras terminamos, porque me estoy tardando demasiado.
126 Y ahora fíjense, en esa tremenda hora cuando toda esperanza se había perdido, de supervivencia, ellos vieron que Alguien venía caminando sobre el agua, acercándose. Y la cosa, la parte triste, escuchen atentamente, la única cosa que podía ayudarlos, de eso tenían miedo. Ellos dijeron: "Parece un fantasma. Podría ser, Uds. saben, un fantasma".
127 ¡Si eso no ha sucedido nuevamente! Le tienen temor. Tienen miedo de la adivinación, tienen temor que pueda ser alguna clase de poder del diablo; y Jesús dijo que acontecería en este día. Lo único que puede ayudarlos es Jesucristo. No otra denominación, no todos uniéndose; eso sólo lo va a empeorar más que nunca. Lo único que puede ayudarles es Jesucristo.
128 Y cuando El prometió regresar en los últimos días, en esta forma, y hacer esto, prometiendo (así como antes que el hijo prometido regresara a Abraham, la primera simiente) que la simiente real de Abraham, que Jesús.dijo que verían la misma cosa. Antes del Hijo prometido, Dios mismo se manifestaría en carne y haría exactamente como hizo Jesús, como El dijo que haría, exactamente como dijo que sería hecho en los últimos días. Y aquí con todas esas promesas, las cuales pudiéramos presentar, por docenas, aquí mismo delante de Uds., que esto debe acontecer.
129 Y las iglesias, las cuales debieran tener sus brazos extendidos, para recibirlo: "Yo tengo un poquito de temor en cuanto eso; eso no pertenece a nuestro grupo". ¿Ven? Y ellos le tienen miedo. Lo único que los puede traer a Cristo, es Cristo mismo, y tienen temor, de que sea algo espantoso. "Oh, yo no sé. Eso pudiera ser espiritismo", ¿ven Uds.? "Yo no estoy seguro de eso". Le tienen miedo a la única cosa que puede ayudarlos.
130 Y en esa hora oscura de angustia, aquellos elegidos de la iglesia, ese grupo sentado allí, asustados que pudiera ser espantoso, ellos no querían tener nada que ver con eso. Entonces vino esa dulce Voz: "No temáis. Yo soy".
131 El es la Palabra. ¿No es así? [La congregación dice: "Amén".] El nunca cambia, de ser la Palabra. Ahora ¿no pueden oír la Palabra decir, esta noche: "El es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos? No temáis; Yo soy". ["Amén".]
Inclinemos nuestros rostros.
132 Padre Celestial, la—la noche es calurosa. Las horas son tenebrosas, cómo es que el Fuego se ha ido del altar. Tú estás espigando a través del campo. Tú dijiste: "El Reino es semejante a un hombre que tomó una red y fue al mar, la echó, y luego la sacó". El Reino era así. ¡Señor Dios, algún día ese último pez que está en esa agua! Tú dijiste: "Ellos cogen de toda clase". Esa red del Evangelio atrapa de toda clase; atrapó tortugas, cangrejos, arañas, serpientes, peces de carroña. Nosotros no sabemos qué tanto atrapa, pero había algún pez allí que Tú buscabas. Tú eres el Juez. Pero nos damos cuenta, rápidamente, que la tortuga, el langostino, y todos ellos regresan nuevamente a la laguna lodosa, de nuevo a las aguas. Pero algún día ese último pez que es ordenado, predestinado a venir, esa última parte del Cuerpo, será sacada de ese lago.
133 Tú arrojaste una red en los días de Lutero, y Wesley, Alejandro Campbell, Juan Smith, Calvin, Knox, Finney, Sankey, y demás; en la edad pentecostal, los días de F. F. Bosworth, y Frochman, esos grandes hombres. Tú arrojaste redes, en los días de Billy Sunday, y a través de la edad.
134 Y ahora Tú todavía estás sondeando el mar. ¿Habrá uno de ellos sentado aquí esta noche, Señor? Si así es, que sean como esa mujercita junto al pozo. Aun en su estado de prostituta, ella sin embargo reconoció que Tú eras el Mesías. Ella vio esa señal; con eso tuvo. Ella dijo: "Me parece que tú eres profeta". Ella no tenía idea que pudiera ser el Mesías. Ella dijo: "Estamos esperando un Mesías", en otras palabras. "Sabemos que cuando el Mesías venga, El nos dirá estas cosas". Y Tú dijiste: "Yo soy El". Eso fue todo.
135 Ahora, en esta noche, Señor, permite que puedan ver que: "Yo soy; no temáis. Es promesa Mía". Sana a los enfermos Señor, salva a los perdidos, llena a los vacíos.
136 Que al irnos en esta noche, digamos en nuestros corazones, mientras salimos, igual que aquellos que venían de Emaús: "¿No ardían nuestros corazones en nosotros mientras nos ministraba esta noche en el edificio, Su Divina Presencia"? ¡Cómo sabían que eras Tú! Te invitaron a entrar y sus ojos fueron abiertos. Que cada uno de nosotros en esta noche, te invitemos a entrar. Si no lo entendemos, que de todas maneras te invitemos a entrar. Esa es la única manera que te puedes revelar.
137 Y nos fijamos en la manera en que te revelaste después de Tu resurrección, hiciste algo de la misma manera que lo habías hecho antes de Tu crucifixión. Ahora, ven en esta noche, Señor. Tú dijiste que eras "el mismo ayer, y hoy, y por los siglos". Haz de nuevo, por nosotros, como lo hiciste en los días cuando estuviste aquí en carne, en la Tierra. Nos iremos a casa, contentos de corazón, como aquellos. En el Nombre de Jesús oramos. Amén.
138 Ahora en el servicio, esta noche, yo sé que hace un calor terrible, y tenemos como veinte minutos para salir a tiempo. [cinta en blanco.] Yo estoy. . .
139 Yo no puedo detener ni evitar las cosas que hago. Yo soy guiado por Algo, yo siempre lo he sido, toda mi vida, y siempre ha sido correcto. Eso nunca me ha dicho nada que no estuviera en la Biblia. Yo no puedo detenerlo. Yo no puedo hacer nada al respecto. Así funciona de todas maneras. Y estoy seguro, si soy obediente, que hay alguien que lo necesita. Y yo seré fiel. Y en ese día, yo quiero, como dijo el gran San Pablo: "Que la sangre de ningún hombre esté en mis manos". Yo—yo quiero hablarles Verdad. No que yo sea.Yo les amo.
140 Y si Ud. tuviera un muchachito. . .Ahora piénselo, señora, a Ud. que reprendí hace rato, a Uds. hermanas con cabello cortado y eso. Si yo.Si Ud. tuviera un muchachito sentado allá en la calle, y le dijera: "Junior, querido, es mejor que vengas acá adentro, querido. Pudiera ser, yo no sé, será que ellos probablemente manejen de tal forma y no te golpean". Ud. no ama a ese niño. Correcto. Ud. se iría a la calle y hasta le quitaría el cuero, o lo haría entrar. Correcto. Ud. lo ama.
141 Así es el Evangelio. Dios les ama. "Y aquellos que El ama, El castiga y reprende, a todo hijo que viene a El". Si Uds. no pueden soportar el castigo, si se van y se enojan al respecto, entonces Uds. son hijos ilegítimos, y no son los hijos de Dios. Así que sólo recuerden, sólo es la Escritura.
142 Ahora una Palabra de parte de El, una Palabra significaría más de lo que yo pudiera decir en un millón de vidas; es El. Nosotros conocemos Su promesa. Sabemos lo que El prometió hacer. Ahora yo no sé si.repartiría.nosotros de las.
143 ¿Repartió él tarjetas otra vez? ¿Repartieron Uds. tarjetas hoy? ¿Cuál fue? J, muy bien. Muy bien, para ahorrar tiempo, sólo comencemos del número uno. Ahora, probablemente estén por todo el edificio. J, número uno.
144 Y ahora tenemos algunas dispersas por allí. Comenzamos desde, en una ocasión desde esta, otra vez de otras, para acá y para allá, y alrededor, y las tenemos dispersas por aquí. Pero todas las personas que entran, todos los días, todos tienen la oportunidad de pasar a la línea. Eso no quiere decir que porque están aquí. . .
145 ¿Cuántos saben, que en esta reunión, han habido casi el doble sanados allá en la audiencia, que los que fueron sanados aquí? Seguro, Uds. lo saben. Vean, una tarjeta de oración es simplemente para traer la gente aquí arriba, para traer el Espíritu Santo entre ellos; así que estamos acostumbrados a hacer eso. Nosotros ni siquiera tenemos que tenerlo ahora mismo. Podemos omitir las tarjetas de oración.
146 Así como lo hicimos anoche, anoche no tuvimos tarjetas de oración. El Espíritu Santo salió entre aquellos que no tenían tarjetas de oración. Y yo vi muchas cosas de las que no dije nada, porque no sabía si era así o no. Todavía se mantenía oscuro sobre ellos, y simplemente lo dejé en paz. Yo no sabía. No haría ningún bien llamarlos. Lo que sea que El dice es correcto, así que escuchen a lo que El dice.
147 Ahora, ¿me dijeron que esa era J? ¿J, número uno? J, número uno, quien tenga la tarjeta de oración, levante su mano. Tú debes estar equivocado, hijo; debe ser algún. . .¡Oh, lo siento! ¡Oh! Muy atrás contra la pared, en la parte de atrás. Pase aquí, señora. Ellos—ellos sólo traen estas tarjetas, el joven, el Hermano Borders o Billy, alguno, a veces ambos, mezclan esas tarjetas aquí delante de Uds., y luego le dan a cada uno su tarjeta, como Uds. desean. Nosotros no sabemos, ellos sólo...Este pudiera recibir el número cinco, y aquel el número siete, este recibiría el número quince, y aquel noventa y cinco, y así no sabemos. Y entonces, también, cuando yo vengo, yo simplemente, lo que esté en mi corazón, yo llamo, comenzando allí, no importa dónde sea. Yo simplemente.Si yo digo.Algunas veces yo cuento cuántos están en una fila, y lo divido por los que están en esta fila y obtengo una respuesta. ¿Ven? Y entonces, si no, pues, yo sólo.lo que me venga primero a la mente, eso llamo.
148 Número uno. J, número dos. Número dos, número tres, número cuatro, número cinco, número seis, siete, ocho, nueve, diez, déjenlos venir, ¿ven? Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez. Eso está bien. Así se hace, vengan. Esperen, uno se fue hacia el otro lado. Yo estaba.Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve. Eso es correcto. Ahora, aquí, aquí está, diez. Muy bien.
149 Once, doce, trece, catorce, quince. Esos son cinco más. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Bueno, eso está bien.
150 Dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte. Uno, dos, tres, cuatro. Yo sólo veo cuatro. Veinte, ¿respondió el veinte? Muy bien. Ahora, no queremos tener demasiados parados a la vez. Ahora si terminamos con estos, y aún es temprano, pediremos por algunas más. No llamamos. Quizás.
151 Intentemos unas cuantas más. Intentemos cinco más. Veintiuno al veinticinco, en las J, por favor que se paren. Veintiuno al veinticinco. Uno, dos, tres, bien allá en la parte de atrás, cuatro. Uno, dos, tres, cuatro, ese es cinco. Muy bien, ahora paremos allí. Hay veinticinco en la línea, y están—están haciendo la fila por aquí.
152 Ahora, les voy a pedir un favor. ¿Me darían toda su.? Denle a Dios toda su atención, por los próximos quince, dieciséis minutos. ¿Harán eso? Y al harer esto, ¿abrirán su corazón? Ahora recuerden lo que he dicho. No lo dejen pasar por la espalda, como agua cayendo sobre la espalda de un pato, como dice el dicho. No hagan eso. Consideren esto.
153 Si yo les digo cualquier cosa que no esté en la Escritura, y no es una promesa para la hora, Uds. están obligados a verse con el gerente y venir a decirme algo al respecto. Correcto. Yo—yo no enseño nada sino lo que está en la Palabra. Y si yo me quedo correctamente con esa Palabra; y si yo digo que es de esa manera, y Dios, y así está en la Biblia. Si el Angel del Señor me dijera algo que no estuviera en la Biblia, ese no sería el Angel del Señor. Correcto. El nunca ni una vez me ha dicho algo que no estuviera en la Palabra, y Uds. me sirven de testigos. El nunca ha dicho una cosa, de los cientos de miles y miles, y en los lenguajes de todo el mundo, El nunca ni una vez me ha dicho algo errado, ni me ha dicho alguna cosa que no se haya cumplido.
154 Escuchen. Pregúntenle al gerente y los demás aquí. Esto que Uds. ven aquí, es la parte mínima. ¿Es correcto, hermanos? [Los hermanos dicen: "Correcto".] Pero, allá afuera, allá en la vida privada, donde El dice: "Ve a este lugar, y observa esto. Y esto acontecerá. Y di esto aquí, o allá". Es así constantemente, todo el tiempo (¿ven?) año tras año. La gente en la audiencia sólo ve las—las cosas pequeñas. Pero ahora si se mantienen reverentes.
155 Ahora, ¿serán todos desconocidos para mí en esta línea de oración, parados aquí? Levanten la mano si así es. Muy bien. ¿Cuántos allá saben que yo no sé nada acerca de Uds.? Levanten su mano. Ahora mientras. . .Gracias. A mí no me importa donde esté Ud., si está arriba en el balcón, atrás contra la pared, por aquí, dondequiera que estén. Yo voy a.
156 Ahora, esto es por su bien. Esto es para su beneficio. ¿Ven? Esto es para su beneficio.
157 Yo pensé que era mi nietecito hablándome en ese momento, pero no era. Yo tengo un nietecito aquí en alguna parte, esta noche, él es como de ese tamaño, y yo pensé que era él el pequeño Paul. El siempre dice que va a venir, a pararse en la plataforma, para predicar en mi lugar; y él no tiene ni los dos años todavía. Yo creo que aquel muchachito está buscando a su mamá.
158 Así que recuerden, yo estoy tratando de ayudarlos. Yo.Dios sabe eso. Yo estoy tratando de ayudarlos, ¿ven? Ahora miren, yo quiero que reciban el beneficio, si El viene entre nosotros.
159 Ahora piénsenlo, la Persona de Jesucristo obrando en carne, como El prometió que haría al final. ¿Cuántos saben que El prometió eso? [La congregación dice: "Amén".] Así como fue allá en Sodoma, cuando ese Angel con Su espalda hacia.Ese era Dios. ¿Creen Uds. que ese era Dios? ¿Cuántos creen que ese era Dios? ["Amén".] Seguro, lo era. La Biblia dice que lo era. Y El, Jesús, se refirió a eso. Ahora fíjense bien.
160 Ahora Uds. sentados allá sin tarjeta de oración, yo quiero que hagan algo por mí, dondequiera que estén. Ahora recuerden, estas cosas, observen cuando El les dice que han sido sanados, o lo que El les diga que hagan. Observen lo que El les dice. Si El simplemente se los dice, eso es para edificar su fe. Y entonces cuando su fe llega a cierto punto, pueden simplemente extender la mano y aceptar a Dios. No soy yo, porque el Padre Celestial sabe.
161 Yo miro aquí por esta línea, no veo una persona que conozco. Yo no puedo ver sino como dos o tres personas en toda la audiencia, que yo conozco. Y yo no sé si ahora mismo, que pueda decir, o mostrar una. Yo sé que Edmund Way estuvo aquí hace unos momentos. Yo pensé que lo vi a él, y yo—yo no alcancé.
162 Si no estoy equivocado, yo sí veo a alguien que conozco, es un hombre y su esposa, y una niñita, llamado Fritzinger, de allá de Ohio. ¿Será ese, es Ud. el Hermano—Hermano Fritzinger? Ud. está sentado más o menos como en esa pequeña curva donde.Ese es el Hermano y la Hermana Fritzinger, de Ohio, amigos míos.
163 Y aparte de eso, sentado allá atrás, está un.Yo veo de este lado por aquí, está un anciano que tiene casi noventa y dos años, se llama William Dauch. El y su esposa, ella es una enfermera. William Dauch, en Ohio, un íntimo amigo mío. Y no hace mucho, él, con noventa y un años, tuvo una completa falla cardiaca, un ataque al corazón, y su esposa me llamó, a venir inmediatamente, él se estaba muriendo en ese momento.
Y en.
164 El ha sido un amigo tan íntimo para mí. En mi camino para verlo, yo estaba preocupado. Y me paré, estaba mal la alineación de una rueda y estaba desgarrando la llanta, y entré en una gasolinera Texaco para comprar gasolina, y ellos salieron, y la miraron. Y yo miré hacia arriba, y vi al Hermano Dauch, caminando por mi iglesia, estrechando mi mano. Yo dije: "Alabado el Señor". Y miré hacia atrás en esta dirección, y aquí venía caminando por la calle, y me estrechó la mano. Y yo fui a verlo.
165 Yo vi a su doctor, un joven judío, o un hombre de mediana edad, un hombre judío. Y yo dije: "Doctor, ¿qué me dice de él"?
166 Dijo: "El no tiene ni siquiera una posibilidad". Dijo: "El está bajo la tienda de oxígeno". Dijo: "El morirá allí mismo". El dijo: "Recuerde, él tiene noventa y un años".
Yo dije: "Sí, señor".
167 Dijo: "Es una completa falla del corazón. Nada se puede hacer". Dijo: "Es su tiempo de partir".
168 y yo dije: "Sí, señor. Pero, no, él no partirá. Eso es todo".
169 Yo entré, puse mi mano bajo la tienda. Yo dije: "Hermano Dauch, ¿puede oírme"? El me miró. Ahora realmente, su nombre, él es alemán, D-a-u-g-h, y yo lo pronuncio Dauch, [Dau] ¿ven? Y yo—y yo le puse mi mano por debajo de la tienda, y dije: "¿Me oye, Hermano Dauch"?
El dijo: "Sí".
Yo dije: "Ud. no se va. Ya vi que Ud. no se va ir".
170 ¡Una semana después, estando yo parado en mi iglesia, quién entró caminando en la iglesia sino el mismo Hermano Dauch! Yo salí de la reunión y crucé el río, a una cafetería para comer. Y cuando me bajé del carro, e iba caminando por la calle, allí venía el Hermano Dauch con su mano extendida. Esas visiones no fallan.
171 Y ese hombre de noventa y un años, y asiste a cada reunión, hasta estuvo en California. ¿Podría levantaría la mano, Hermano Dauch, sentado allí, para que la gente vea lo que es un verdadero soldado? Aquí, sentado aquí mismo (¿ven?) noventa y un años, y asiste a cada reunión. Cuando yo estoy en el tabernáculo, él maneja cientos de millas cada día, para oírme predicar un pequeño sermón, y se regresa. Dios, "Habrá Luz al atardecer".
172 Yo dije, el otro día hablando con él, yo dije: "¿Qué puedo hacer por Ud. Hermano Dauch"?
173 "Sólo una petición, Hermano Branham. Cuando El venga, yo me quiero ir con El".
174 Dije: "No se preocupe. Eso está asegurado. Seguro". Ahora, el hombre entró, fue bautizado, oh, entró y recibió el bautismo del Espíritu Santo y todo, simplemente un maravilloso siervo de Cristo.
175 Ahora yo voy a pedirle a todos, sean reverentes, y miren hacia acá y oren.
176 Ahora ¿cuántos maestros aquí saben que El es el Sumo Sacerdote, ahora mismo, que puede compadecerse de nuestras debilidades? [La congregación dice: "Amén".] Pues, si El es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos, y el mismo Sumo Sacerdote, El actuaría de la misma manera. Unicamente que El, Su cuerpo está en el—en el Trono de Dios. ¿Cuántos saben eso? ["Amén".] El cuerpo de Jesús está en el Trono de Dios. Pero El usa nuestro cuerpo a través del cual manifestarse, exactamente como El prometió hacer. "Las obras que Yo hago vosotros las haréis también".
Les voy a pedir que se mantengan quietos, sean reverentes, observen, y oren.
177 Ahora, Padre Celestial, yo he tratado de ser lo más reverente posible, al respecto. Ahora sólo una Palabra de Ti en este momento, Señor, y luego que la Voz suave y apacible venga a través de esta audiencia y diga: "Yo soy, no temáis". Concédelo, Padre. Y yo me encomiendo a Ti, con el Mensaje que ha sido predicado esta noche juntamente con la Palabra, para ser confirmado. No tienes que hacerlo; pero si lo haces, o si lo hicieras, es debido a que Tú lo prometiste. Yo ruego que Tú concedas esto, en el Nombre de Jesús. Amén.
178 Y todos muy reverentes, simplemente muy reverentes. ¿Cómo está Ud.? Ahora yo les daré una Escritura a medida que vamos pasando. Si es que el Señor lo hace, yo no sé. Pero.Y al estar yo predicando de esa manera, vean, esa es una clase de unción. Esta es otra clase de unción. Esa sólo fue una bendición. Esto, un solo caso, sencillamente le saca la vida a uno.
179 Ahora la señora está parada aquí. Yo nunca la he visto en mi vida. ¿Somos desconocidos? Yo creo que Ud. dijo, hace rato, que yo no la conocía. Dios la conoce. El me conoce a mí. ¿Sabe Ud. que aquello por lo cual estamos parados aquí ahora, tendremos que responder por ello en el Día del Juicio? [La hermana dice: "Amén".] ¿Está Ud. consciente de eso? ¿Sabe Ud. que lo que hacemos ahora, Dios nos hará responder por ello allá arriba? Yo dije eso con un propósito. Ahora, si el Señor Jesús me revela lo que Ud. está haciendo, lo que está en su mente, o algo así, ¿lo creería Ud.? Ud. tendría que creer eso, ¿no es así? ["Amén".]
180 ¿Lo creerán Uds. allá en la audiencia? [La congregación dice: "Amén".]
181 Ahora nos encontramos igual como la mujer junto al pozo, y nuestro Señor, un hombre y una mujer encontrándose por primera vez. ¿Ven? Aquí estamos, encontrándonos para.Ese es San Juan el capítulo 4. Ahora si el Espíritu Santo dirá.Si Ud. está aquí por alguien más, si Ud. está enferma, si es un problema doméstico, si son problemas financieros, sea lo que sea, yo no tengo idea; pero El sí. Pero El puede discernir los pensamientos que están en su corazón. El es la Palabra. Yo no puedo, yo soy un hombre. Ud. está un poquito nerviosa, y esa es la razón que estoy haciendo esto, ¿ve Ud.?
182 Ese es uno de sus problemas, es el nerviosismo. Correcto. Y Ud. también tiene diabetes, es otra cosa que está mal con Ud. Correcto. Complicaciones, simplemente muchas cosas están mal. ¿Es correcto eso? Si es correcto, levante la mano. ¿Cree Ud. que El la sanará? [La hermana dice: "Yo creo".] ¿Cree? Ahora, su nerviosismo es causado por su edad (¿ve?) pero ahora todo eso la dejará. Y yo creo que por fe iremos al Calvario, tendremos una transfusión de Sangre.
183 Ahora, eso es exactamente lo que El hizo. El le dijo a la mujer junto al pozo cuál era su problema. Lo de ella era demasiados esposos. El suyo era.Yo creo era nerviosismo, y dos o tres cosas más mal con Ud. Eso es correcto, ¿no es así? Es igual.
184 Ahora, cuando El vino a Simón, El le dijo quién era él. ¿Cree Ud. que Dios puede decirme cuál es su nombre? ¿Eso la haría creer más? ¿Así es? Sra. Strong.[La hermana dice: "Stout".] Stout, ¿creería Ud.? Vaya y crea, y Ud..Todo ha terminado. Amén.
185 Venga. ¿Cree Ud.? También soy desconocido para Ud. Yo no la conozco. Dios sí la conoce. ¿Cree Ud. que El puede revelarme cuál es su problema? Y si El lo hace, entonces el Señor Dios sea bendecido. ¿Es verdad eso? [La hermana dice: "Sí, es verdad".] Ahora no—no tiene que estar preocupada, ¿ve Ud.?, ese es—ese es El, por eso Ud. siente eso. Muy bien. Ud. también está sufriendo de una condición nerviosa, nerviosismo mental, y se aflige fácilmente. Y Ud. está sufriendo con un problema de la vesícula, algo mal con el hígado, y Ud. es anémica. Eso es correcto. Ud. tiene algo.
186 Es un hombre que continuamente aparece aquí. ¿Cree Ud. que Dios puede sanarla? [La hermana dice: "Sí, creo".] ¿Sanar también a su esposo, para que esté bien? ¿Cree Ud. que el problema del estómago se le irá, y él estará bien? Es de eso que él está sufriendo. Vaya y ponga sus manos sobre él, dígaselo, y eso lo—lo dejará a él.
187 Yo soy un desconocido para Ud. El Señor Jesús nos conoce a ambos, ¿no es así? ¿Cree Ud. que Dios puede sanarla? Si el Señor Jesús me revela a mí la cosa que.que Ud..lo que está en su corazón, ¿cree Ud. que El la sanará? Ud. ha tenido problemas. Ud. tiene un—un—un problema de la vesícula biliar, por una parte. Y por otra, ha causado que su vesícula tenga una condición ulcerosa, o sea eso le ha dicho su médico. Ahora, otra cosa es, ellos quieren operar en eso. Eso es exactamente correcto. ¿No es la verdad? ¿Cree Ud. ahora que El puede evitar eso? ¿Cree Ud. que su fe está en El? Ahora Ud. sabe que no soy yo haciendo eso. ¿Cree Ud.? Muy bien. Vaya, y como Ud. ha creído, así sea con Ud.
188 Somos desconocidos el uno al otro, supongo. El Señor Dios nos conoce a ambos. ¿Cree Ud. que El es capaz de revelarme las cosas que le ayudarían a Ud.? [La hermana: "Sí, yo lo sé".] Ud., Ud. cree que El lo hará. ["Segura".] Estoy diciendo."Segura", eso está muy bien. Eso está muy bien. Ahora Ud. tiene muchas cosas mal con Ud., tantas complicaciones y cosas, como una tos, y Ud. no puede vencer eso. Y Ud. está muy nerviosa. Y—y eso, eso es correcto.
189 Luego, Ud. tiene una carga en su corazón, y esa carga es por alguien, el cual es su hijo. Y él está sufriendo con un—un problema, algunos problemas domésticos. El y su esposa, ellos siempre están discutiendo y comportándose así.Y Ud. está cargada por eso. Eso es verdad. Ahora Ud. crea con todo su corazón, y todo se aclarará y desaparecerá. Crea Ud. ahora. El Señor le bendiga.
190 ¿Cómo está Ud., señor? Yo soy un desconocido para Ud., y—y Ud. es un desconocido para mí. Y eso—eso ha comenzado. . . Ahora las visiones (¿ven?), parece que todo el edificio se está iluminando, como algo girando. ¿Ven? ¿Pero cree Ud. que el Señor Jesús me puede revelar el porqué está Ud. parado allí? ¿Cree Ud. que El lo haría? Yo también lo creo. Yo le estoy hablando a Ud. para hacer contacto con su espíritu, precisamente por eso es que lo estoy haciendo. Vea, yo no lo conozco, así que tiene que ser algo aparte de mí que lo haga. Yo tengo que apartarme tan completamente de mí mismo, para que sea El mismo quien lo hace. ¿Lo entiende?
191 Ahora, una cosa, Ud. está sufriendo con una tremenda condición nerviosa, y esta condición nerviosa la ha tenido Ud. por mucho tiempo. Correcto. [El hermano dice: "Eso es correcto".] Y esa condición nerviosa le ha causado tener alta presión, también. Y Ud. ha sufrido un derrame. ["Eso es correcto".] Así es. Oiga, o Ud. ha sido un predicador, o Ud. es un predicador. ["Yo lo soy".] Ahora, Ud. es un predicador; yo lo he visto parado en un púlpito. Entonces, tenga fe en Dios, y ese nerviosismo lo dejará. Todos los ministros tienen eso. Ud. estará bien. Regrese a su púlpito, y obedezca a Dios y manténgase fiel a esa Palabra, Jesucristo.
192 ¿Cree Ud. que su problema de espalda le dejó, sentada allí en esa silla? ¿Lo cree? [La hermana dice: "Sí".] Muy bien, señora, entonces siga su camino, diciendo: "Gracias, Señor".
193 Venga, señora. ¿Cómo está? ¿Cree Ud. que yo soy Su siervo? [La hermana dice: "Seguro que sí".] Muy bien. ¿Cree Ud. que ese problema de mujer, problema femenino, la va a dejar? ["Amén".] ¿Lo cree? Entonces siga adelante, diga: "Gracias, Señor".
194 Problema del riñón, problema de espalda, en su espalda. ¿Cree Ud. que Dios lo sanará y lo restaurará, de eso? ¿Cree Ud. que El lo restablecerá? Muy bien, siga por su camino.
195 Venga señora. Yo soy un desconocido para Ud. Si yo no le dijera nada a Ud., ¿creería Ud. que la Presencia de Dios está aquí para sanar al enfermo? [La hermana dice: "Ciertamente, yo lo creo".] ¿Lo haría? Pues, de ser así, su problema del estómago.Ya se lo dije, ¿ve Ud.? Eso—eso ha desaparecido. Le dije, ¿ve? ["¡Gracias Dios! Oh, gracias, Jesús".]
196 ¿Cómo está, señor? Dios vive en el corazón. Y el corazón suyo últimamente se ha mostrado muy mal. ¿Cree Ud. que El lo sanará? Siga su camino y créalo. Dios le bendiga. Crea Ud., El lo sanará.
197 Ud. está nervioso, porque tiene un problema de estómago, una úlcera péptica. Le molesta después de comer. ¿Cree Ud. que ahora eso ha desaparecido completamente? Vaya cómprese algo de comer.
198 Es muy difícil para Ud. ponerse de pie, de lo mucho que le ha estado molestando la espalda. [El paciente dice: "Sí, señor".] No le molestará más, si Ud. lo cree. ¿Lo creerá? ["Sí, señor".] Muy bien, siga su camino, y que el Señor Jesús lo haga completamente sano.
199 ¿De qué está Ud. tan nervioso? Sólo siga, y diga: "Ya no voy a estar nervioso", y Ud. no lo estará. Vaya y crea. Muy bien señor.
200 Venga señora. Ahora, la mujer etíope, y el hombre blanco, exactamente algo parecido al encuentro en aquél día, Jesús. Ellos tenían una segregación, como antes tenían en el Sur, pero ya no la tenemos. Jesús les hizo saber que toda la gente era la gente de Dios. No existe diferencia, vean, aunque ella sea judía o samaritana.
201 Ahora, si Dios no le ayuda, muy pronto la artritis la va dejar paralizada. ¿Pero cree Ud. que El la va a ayudar, que la va sanar, igual como aquella mujer? Siga por su camino y cuéntele a su gente las grandes cosas que Dios ha hecho por Ud. Muy bien.
Ahora, hay un cirujano listo para pasar un bisturí.
202 Un momento. No era esta mujer. Ahora, un momento, todos reverentes. Es—es que Satanás ha tratado de hacer algo. Aquí está. Tumor, tumor, Uds. dos. Eso es correcto. Ud. tiene un tumor, ella tiene un tumor, y ese diablo está gritando por ayuda de uno al otro. Pero el Espíritu Santo también está gritando. ¿A quién le van a creer, a El? Muy bien. Levántese de ese catre, señora. Levántese de esa camilla, y crea. Vaya, crea en El ahora. Amén.
203 ¿Creen Uds.? Todas las cosas son posibles. ¿Creen Uds.? ¿Qué de Uds. en la audiencia?
204 Pongámonos de pie ahora mismo. Ahora mismo es el momento para hacerlo. Que cada persona.Dios les bendiga. Que toda persona se ponga de pie ahora mismo. Denle a Dios alabanza. Levanten sus manos.
205 ¡Gracias, Señor Jesús! Te alabamos por Tu grandeza, y Tu sanidad para los enfermos. [La congregación se regocija.]