63-0721 - EL TIENE CUIDADO TIENE UD?

 

     
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21 de Julio de 1963, Jeffersonville, Indiana, E.U.A.

1 Gracias, hermano. Permanezcamos de pie tan solo un momento ahora para orar. Ahora, con nuestros rostros inclinados, ¿habrá alguna petición hablada, o que se dé a saber con solo levantar la mano?, si levantan la mano, así es, solo presenten ahora su petición.
2 Nuestro Padre Celestial, nos acercamos a Ti de nuevo, por estas peticiones que… ellos tienen sus manos levantadas en el aire. Y están necesitados esta mañana, Señor, de muchas cosas. Tú sabes lo que ellos están pensando en su corazón, porque Tú eres la Palabra, y la Palabra es Discernidora de los pensamientos y las intenciones del corazón. Te pido, Sumo Dios Misericordioso, que respondas a cada uno conforme a sus necesidades, sabiendo esto: que Tú lo harás de acuerdo a su fe. Danos fe entonces mientras hablamos Tu Palabra, Señor, que Ella les traiga fe a ellos. Ayúdame a hablar Tu Palabra, porque Tu Palabra es Verdad, para que produzca fe para responder a estas peticiones. Y también podría haber algunos aquí, Señor, que se han desviado de ese camino angosto, que no están caminando en la Verdad del camino. Pedimos, Padre, que algo suceda hoy, y se manifieste, para que ellos vuelvan rápidamente a ese camino de comunión nuevamente con Cristo. Los días avanzan, el mal está a cada mano, hay una gran apostasía. Y oramos, Padre, que Te des a conocer hoy a nosotros, al sanar a los enfermos en medio nuestro, haciendo milagros. No es que tengas que hacerlo, Señor, para demostrarnos que eres Dios, sino porque Tú prometiste hacerlo. Y sabemos que Tú nos concederás Tus promesas si nosotros tan solo las creemos y reconocemos que son ciertas. Pedimos estos favores en el Nombre de Jesucristo. Amén. (Pueden sentarse.)
3 Solo me tomé un momento para leer algunas de las peticiones aquí, hay dos o tres, una es por petición de oración. Por supuesto, hay muchos pañuelos puestos aquí por los que nos daría gusto orar dentro de poco, cuando sintamos que la Presencia del Espíritu Santo está—está en Su apogeo. Es entonces cuando quiero orar por esto, cuando toda la congregación, todo está ungido con Su Presencia.
4 Sentimos mucho la—la molestia de tener a tantos de pie, y sin espacio para que se sienten. Y—y hoy es un día de mucho calor, no pudiera hacer más calor, tenemos un cien por ciento de humedad y como unos cien grados [38°C], así que está muy pegajoso y caluroso.
5 Y anuncié esta mañana los servicios de sanidad, o no… La razón por la que hago ese, servicio de “sanidad”, es porque pongo mi fe en lo que Él prometió. ¿Ven? Ahora, yo no puedo decir que Él lo hará, pero creo que después de escuchar Su Palabra y basar nuestra fe en lo que Él ha prometido, entonces tenemos el derecho de reclamar Sus promesas de sanidad, tal como lo hacemos con Sus promesas de salvación.
6 Estas son unas peticiones. No sé si ya encendieron las grabadoras para esto, o no. Tal vez sea bueno. Pues, supongo que está bien que afuera, el público escuche esto, es una petición.
¿Profetizó Ud. que un—un millón de negros morirían en el…? O ¿acaba Ud. de anunciar que—que sucedería esto?
7 Ahora, ¿ven?, siempre les he pedido que tengan cuidado con lo que escuchan. ¿Ven? Mucho de eso solo es la parte humana. Pero siempre que se diga algo, dirá: “Es ASÍ DICE EL SEÑOR”, aun con las visiones o lo que sea. Las visiones en la plataforma, en la congregación, son Uds. mismos que lo hacen; no es Dios, son Uds. ¿Ven? Dios no produce esa visión, lo hacen Uds. mismos, por su fe en un don Divino.
8 Como la mujer que tocó Su ropa, Él no sabía quién era ella ni qué le pasaba, sino que ella misma lo hizo. ¿Ven? Ahora, eso no fue ASÍ DICE EL SEÑOR. Fue ASÍ DICE EL SEÑOR cuando Jesús le respondió y le dijo que su fe la había salvado. Pero, ¿lo ven?, Uds. tienen que mirar.
9 No, yo solo hablaba de Martin Luther King, de este gran desastre que tienen en el sur, con la—la gente de color. Yo dije: “Si esas personas fueran esclavas, yo tomaría mi iglesia e iría al sur para ayudar a esas personas a salir de la esclavitud”. Seguro, porque el hombre hace esclavos, no Dios. Todos somos de una sangre. Todos venimos de un árbol, y fue de Adán. Dios, con una sangre, ha hecho a todas las naciones. Y ya sea que nosotros, nuestro color sea café, o negro, o amarillo, o rojo, o lo que pudiera ser, todos somos criaturas del Todopoderoso, ¿ven? y no debería haber diferencia entre nosotros.
10 El asunto allá es la “segregación escolar”. Ahora, yo estuve allá en la primera protesta, y escuché, y yo—yo sé de lo que hablo. La gente de color tiene buenas escuelas, a veces mucho mejor que las otras escuelas. Y, por ejemplo, en Shreveport tienen mejores escuelas que la escuela blanca. Pero es la idea de que alguien los inspire a que deben ir y mezclarse. Lo cual, yo creo que estaría bien, pero mientras la gente proteste eso, esos sureños, pues, ¿cuál es la diferencia?
11 Y yo creo que Martin Luther King está inspirado por el Comunismo, lo cual llevará a cerca de un millón de personas a una verdadera trampa mortal. ¿Ven? Yo no digo que el Señor me lo haya dicho. Eso pienso “yo”, ¿ven? Y pienso que no se debe hacer eso. Yo creo que las personas deben ser Cristianos y reconocerse como hermanos. Y, pero creo que solo porque…
12 Estos Estados Unidos, este gobierno ahora me dice que ni siquiera puedo firmar un cheque que—que es… me ha sido dado personalmente. ¿Ven? Esos son derechos constitucionales que me han quitado, pero ¿qué puedo hacer al respecto? Seguir adelante, no queda más. ¿Ven? Y tiene que pasar por otro sistema antes de que yo, como ciudadano de los Estados Unidos, pueda cobrar un cheque, tiene que pasar por esta iglesia, yo no puedo cobrarlo. ¿Ven? Y eso no está correcto. Eso es inconstitucional. Pero, ¿qué—qué puedo hacer yo al respecto? Nada. Este recaudador de impuestos acá, es el que me dijo que no podía hacerlo, así que, bueno, ahí lo tienen. Si se puede, pues ¿qué haría? Entonces no insistí.
13 Creo que debería ser igual, que los… que mis hermanos y hermanas de color en el sur no deberían levantarse en armas contra sus hermanos y cosas así, por algo así tan pequeño. Vaya, ¿qué diferencia hay si Ud. va a la escuela a dónde sea o lo qué sea? Yo vi a una señora fina, de color, esa mañana cuando ellos estaban… tuvieron la revuelta allí en Shreveport, y fue un ministro de color, anciano, que le insistía a la milicia: “Déjenme hablar con ellos”. Y pues él era un anciano piadoso, y se paró allá arriba y dijo: “Jamás me he avergonzado de mi color”. Él dijo: “Mi Creador me hizo lo que soy, y nunca me he avergonzado de ello, sino hasta esta mañana”. Y dijo: “Cuando los veo a Uds., mi pueblo, actuando así” dijo, “entonces me avergüenzo de ser un hombre de color”. La milicia lo llamó, le gritó que bajara.
14 Así que, una señora de color, muy bonita, educada, se puso de pie, con una inteligencia ¡vaya! suprema. Ella dijo: “En primer lugar, yo no quiero que una mujer blanca les enseñe a mis hijos”.
Dijeron: “¿Por qué?”.
15 Dijo: “Porque ella no tendrá el interés por mis hijos como lo haría mi… una maestra de color”. Y dijo: “Miren nuestras escuelas aquí. ¿Por qué gritan?”. Dijo: “Tenemos piscinas para nadar y de todo en nuestras escuelas, y ellos no lo tienen allá”. Dijo: “Entonces, ¿por qué gritan Uds.?”. Y la abuchearon, ¿ven?
16 Viene de una inspiración equivocada, ¿ven Uds.?, ¿ven?, ellos, esas personas. Y por esa razón lo digo, no es que haya alguna—alguna profecía al respecto. No he recibido nada del Señor en cuanto a eso. Y pues tengan la seguridad, si yo digo algo así del Señor, para decirles, siempre… soy yo hablando ahora. Pero cuando Él habla, yo digo: “No soy yo, es ASÍ DICE EL SEÑOR”. Y yo no puedo decirlo hasta que Él me lo diga. Yo podría estar completamente equivocado en lo que pienso de Martin Luther King. No sé, no podría decirlo. Esa solo es mi opinión. Cualquier cosa que genere problemas, eso es lo que debe suceder en los últimos días. Y todo es inspirado por Satanás, para dividir a nuestra comunidad y lo que tengamos, cualquier cosa que se levante así. Así que yo estoy a favor de esas personas allá, jamás vayan a creer que no. Yo—yo estoy a favor de la libertad y de todo, pero la gente no está en esa situación ahora. Pero lo que provocará, yo creo que eso comenzará otra revolución si alguien no detiene eso. Miren, son los comunistas trabajando entre esa gente.
17 Yo estaba en África cuando hicieron lo mismo. ¿Ven? Y yo sé que había comunistas que entraron allí diciéndole a esa gente de color: “¡Oh, Uds. son esto, aquello, o lo otro! Uds. son esto, aquello o lo otro”. Y al darse cuenta, les causó la muerte a miles de ellos. Y ¿adónde llegaron? A nada, ¿ven?, a nada.
18 Y yo—yo amo la vida humana. Sirvamos al Señor. Nuestro Reino está Arriba; nada qué ver con esto aquí. Mientras comamos, bebamos y podamos tener, ¿qué más quieren? ¿Ven? Así que, yo sé lo que sucederá. Me—me doy cuenta de que eso solo causa problemas.
Ahora, otra pregunta aquí es:
Juan el Bautista, al encontrarse con Jesús, ¿ven?, ¿por qué dijo Él: “Nos conviene cumplir toda justicia?”. ¿Qué quiso decir?
19 Bueno, recuerdo al Dr. Roy Davis, un—un—un amigo personal mío, quien me bautizó la única vez que he sido bautizado. Y él dijo que Juan quería decir, recuerdo esto en su escuela, él dijo: “Juan sabía que él mismo nunca había sido bautizado, así que él… Jesús. Juan dejó que Jesús lo bautizara”. Bueno, eso, yo—yo difiero con el—el gran doctor allí.
20 No por controversia, sino por el bien de la Verdad, tal vez diga esto. No, allí estaban dos hombres, los dos líderes de la hora, el Mesías y Su profeta se encontraron en el agua. Ahora recuerden: Juan estaba bautizando no para perdón de pecados, sino para arrepentimiento. No para perdón de los pecados, porque la ofrenda aún no había sido hecha, ¿ven?, no había Sacrificio. Y el Sacrificio vino a él en el agua. Ahora fíjense. Juan, al levantar la mirada y ver a Jesús, dijo: “Yo necesito ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí?”.
21 Jesús dijo: “Deja ahora”, lo cual así fue. “Deja ahora, porque así nos conviene, o es propio, que cumplamos toda justicia”. Entonces Juan, siendo un profeta a quien vino la Palabra del Señor, solo viene al profeta. Juan, siendo profeta, entendió que ese era el Sacrificio. Y de acuerdo a la Ley, el sacrificio tenía que ser lavado antes de ser presentado, y por esa razón él lo bautizó a Él. ¿Ven? Dijo: “Así nos corresponde cumplir toda justicia”. El Sacrificio, que era Él, debía ser lavado en la fuente, antes de ser presentado para el sacrificio. Y Jesús era el Sacrificio; y Juan lo sabía, y sabía que Él debía ser lavado antes de ser presentado. E inmediatamente después, Él fue presentado al público en juicio y fue el Sacrificio por toda la vida humana. Que el Señor los bendiga.
22 Ahora vamos a tener un pequeño Mensaje corto, y confiando en que el Señor nos concederá Sus bendiciones. Ahora, probablemente, si regreso… me voy la próxima semana para llevar a los niños de vacaciones a las colinas. Y luego si—si regreso a tiempo, queremos hablar el próximo domingo por la mañana, con el permiso de Dios y aquí del pastor. Les avisaremos después a Uds. esta semana, a los que no están en la ciudad, por carta. Quiero hablar sobre el tema de ¿por qué exactamente creemos las cosas que creemos acerca de Cristo?, ¿por qué debe ser de esta manera y no puede ser de otra manera? ¿Ven? Y probarlo por las Escrituras. Ahora, es si el Señor quiere. Si no lo hago, intentaré verlos este invierno o el próximo verano, en uno, cuando volvamos, si el Señor tarda. Regresamos ahora a casa, a Arizona, para poder registrar los niños en la escuela.
23 Ahora, esta mañana, justo antes de la oración por los enfermos, vamos a leer un poco de la Palabra de Dios. Lo cual, sabemos que sin esta Palabra, es imposible, no se puede hacer nada. Y solo la Palabra puede producir estas bendiciones que estamos pidiendo para los enfermos y los necesitados. Y ahora quiero leer algo de Primera de Pedro, el capítulo 5, comenzando con el versículo 1. Y luego del Libro de Hebreos, quiero leer Hebreos 2:2-4.
Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo del padecimiento de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada:
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;
no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, no vestidos… revestidos de humildad porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
Humillaos,…bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
24 Y en Hebreos, el capítulo 2, leemos estas palabras: Ahora estoy tomando como, dando como texto: “Echando vuestra ansiedad. Voy a… Mi texto es: Él tiene cuidado. ¿Tiene cuidado Ud.? Quiero leer ahora esta porción, mientras van a Hebreos 2, para que vean el—el verdadero significado de estas Palabras, lo que ellas, lo que significa este texto.
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fueron—fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
testificando Dios juntamente con ellos, con ambas…con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
25 Quiero emplear el tema aquí, de: “Él tiene cuidado”. Y, “¿Ud. lo tiene?”. Cuando Él estuvo aquí en la tierra, Él se interesó por la gente. Me viene este pensamiento en la mente antes de hablar u orar por los enfermos, al no saber exactamente qué clase de—de línea de oración tendremos.
26 Yo, yo… primero, y para abordar esto, la congregación debe estar ungida con fe. Ud.—Ud., si no tiene fe, entonces no hay—no hay necesidad de siquiera venir a recibir la oración, porque requerirá de su fe con mi fe juntas; mi fe para creerle a Él, su fe para creerle a Él. Así que no olvidemos esto ahora mientras avanzamos. Necesitamos tener algo evidentemente, con evidencia, quise decir, en que podamos basar nuestra fe en cuanto a lo que tratamos de hacer. Porque si un hombre aborda cualquier cosa que quiera hacer, sin suficiente fe, está destinado a fracasar. Pero si él puede abordarlo con suficiente fe, entonces está destinado a tener éxito si está conforme a la voluntad y al propósito de Dios de hacerlo.
27 Ahora, yo estaba pensando en que a Él le importa. Anoche, de alguna manera, extrañamente, fui guiado por el Espíritu Santo. Cuando estaba esperando que unos hombres vinieran a ayudar al Hermano Wood a poner un—un trailer que había construido en la parte trasera de su camioneta. No sabía por qué estaba tratando de encontrar a mi buen amigo, el Hermano Evans, y fui, salí por la carretera. Y, mi esposa y mi familia sentados aquí atrás saben que es verdad. Y de alguna manera, extrañamente, me di la vuelta y regresé a un lugar, un motel.
28 Y, ¡oh!, cómo me conmovió el corazón ver a tantos de mis amigos que se reunieron allí en unos dos minutos, al punto que obstruyó el camino, los carros no pudieron pasar más, verdaderos amigos, conduciendo cientos de millas, desde Georgia y Tennessee y Alabama, y todo alrededor, solo para—para escuchar un servicio. Entonces me vino ese pensamiento a la mente: “Entonces, ¿qué debo decirles a esas personas, sabiendo que en el día del Juicio tendré que responder por lo que les diga?”. Y yo también soy—soy un amante de esta gran vida que está por venir, y yo—yo quiero estar allí.
29 Y luego, extrañamente, fui a un lugar donde di una vuelta rara. En vez de dar la vuelta allí, seguí para dar la vuelta. Las luces destellaron sobre unas parejas encantadoras afuera, dos jovencitas muy finas que yo acababa de casar con dos ministros jóvenes, finos. Y Satanás, después que vio al—al ministro, uno de ellos ya tenía su ministerio establecido y tomó una—una compañera aquí mismo, en este altar. Se fueron felices en su luna de miel, y—y el enemigo saltó sobre este joven. Y digo esto para expresar lo que estoy diciendo: “¿Tendrá Él cuidado?”. De alguna manera, con fe que no aceptaba un “no”, dieron la vuelta y regresaron aquí, sabiendo, después de estar (lejos en el este) por allá en algún lugar en su luna de miel, regresaron y estaban sentados, esperando. Y yo entré, un joven muy apuesto; su esposa sentada afuera, llorando, ella y su pequeña compañera. Y el otro hombre y el otro hermano llegaron corriendo, que es amigo de este joven, diciendo: “¡Oh, Hermano Branham!, sucedió tal y tal cosa”.
30 Fui allí y vi a este joven apuesto sentado allí, justo en la flor de su vida, un líder de jóvenes, sentado allí, y atado por Satanás. Él no se dio cuenta, pero tomé mi mano (la izquierda) para estrechar la mano con la suya (la derecha), para ver si alguna enfermedad le había afectado. Pero no había señal de vibración. Salí de la habitación después de orar y ayunar, y esperando en el Señor, la unción del Espíritu Santo estaba allí, y por eso nos guió, ¿ven? Y luego al ver esta sombra de oscuridad sobre él, no dije lo que estaba haciendo, pero después de solo un momento todo se había ido, la frialdad de sus manos se había ido, él gritó y alabó a Dios por unos minutos, por encontrarse a sí mismo. Y ellos están sentados aquí mismo esta mañana, sentados en la congregación. ¿Ven cómo Satanás estaba tratando de trastornar a ese joven, mostrándole algún complejo para que eso volviera a venirle, lo cual el Espíritu Santo sabía, y yo lo vi por la visión del Señor? Pero Dios cuidó de ese hombre. Dios cuidó de ese joven.
31 Al llegar hace unos momentos, una—una dama, la veo sentada aquí en el pasillo, sin… de alguna manera se consiguió un asiento, y se sentó. Ella dijo: “Nueve años, Hermano Branham, he intentado localizarle”. Y dijo: “¡Estoy muy desesperada! Llegué aquí tarde y ni siquiera pude conseguir una tarjeta de oración para entrar en la fila”.
32 Billy, por supuesto, tiene órdenes de ver que no me perturben, me entra y me saca. No se molesten con Billy, le ha sido ordenado por esta junta de síndicos que lo haga. Y si él no lo hiciera, yo no podría llegar a la línea de oración, entrar aquí. Uds. saben eso. ¿Ven?, tiene que haber un sistema para lo que sea que estemos haciendo. Tenemos—tenemos que tenerlo, ¿ven? Pero él decía: “Vamos, papá, date prisa”, así.
33 La señora retrocedió. Y dijo: “Hermano Branham, solo una palabra con Ud.”. Allí de pie, se abrió una visión sobre esta hermosa joven, y vi que su corazón estaba agobiado. Y ella se esforzaba en trabajar para ganarse el sustento. Y una—una cosa tremenda pasó mucho antes, en los tiempos de sus padres, que había causado que esta gran cosa le sucediera, y el Señor Jesús lo reveló y mostró lo que era. Y allí, en un momento, eso salió de la mujer. Ella fue regocijándose. Y está sentada aquí en la congregación con nosotros ahora, regocijándose, con lágrimas, se está limpiando los ojos ahora, sabiendo que se dio a conocer la verdad del asunto. Y esa, ¿qué?, esa pobre mujercita neurótica, que estaba tan nerviosa que no sabía qué hacer consigo misma, y pensando que no había esperanza, y que no había Espíritu Santo, y que este era su último día. Ella lo había intentado por nueve años y estaba al borde de la desesperación, Dios cuidó de esa mujercita que a nadie le importaba. ¿Ven? ¡Qué momento! A Él sí le importa.
34 Cuando Él estuvo aquí en la tierra, como digo, Él se preocupó tanto por las personas que sanó a los enfermos, consoló sus corazones, les habló de un—un lugar donde Él iría y lo prepararía para ellos, y vendría de nuevo para recibirlos a Sí mismo. Él tuvo cuidado de ellos. Y fíjense, Él se preocupó tanto, que cuando supo que Él tenía que irse para traernos esto tan grandioso, Él dijo: “No los dejaré sin consuelo, sino que enviaré el Espíritu Santo, y Él continuará con Mi cuidado de Uds.”, hasta que Él vuelva. Nadie se preocupa más que Jesús. Sabiendo que Su cuerpo, como Sumo Sacerdote, en un trabajo de mediador que Él está haciendo ahora, ese Cuerpo debe estar en la Presencia de Dios en todo momento, para interceder, para que Dios no pueda ver el pecado del pecador; Él ve solo la Sangre de Su Propio Hijo. Y sabiendo eso, Él envió de nuevo al Espíritu Santo para continuar consolando a Su pueblo. ¿Tendrá Él cuidado? Seguro, Él tiene cuidado. Ahora, Él continuaría cuidando de la gente, Su gente aquí en la tierra, así mismo como los cuidó cuando Él estuvo aquí. Porque Él dijo en San Juan, el capítulo 15, si quieren tomar… tengo notas aquí con estas Escrituras a las que me refiero, San Juan 15:26 y 27.
35 Veo a muchos de Uds. anotando Escrituras. Y si Uds. no lo saben, yo me refiero muchas veces a esto, a la Escritura. Apunto la Escritura, y luego sé de lo que estoy hablando, de aquí, pues siempre está en la Palabra del Señor. ¿Ven?
36 Él dijo: cuando el Espíritu Santo haya venido, a Quien el Padre enviaría en Su Nombre, Él testificaría de Él. En otras palabras, haría lo mismo que Él hizo. El Espíritu Santo obrando por medio de un tabernáculo que Él había santificado, haría lo mismo que Él hizo. Ahora, ¡qué debería hacer eso por nosotros! Entonces estamos seguros de que aquí mismo entre nosotros hoy tenemos al mismo Señor Jesús consolándonos en la forma del Espíritu Santo, otro oficio en el que Dios mismo está trabajando.
37 Él fue el Consuelo para Israel cuando podían levantar la mirada y ver la Columna de Fuego, y oír al profeta hablar las Palabras que eran verdad, y Dios las vindicaba. Ese era su Consuelo.
38 Él fue un Consuelo cuando estuvo aquí en la tierra como hombre, Dios hecho carne. Dios representándose a Sí mismo y expresándose a través de un—un Hombre, Cristo Jesús, Quien prometió que “Las obras que Yo hago, las haréis también vosotros. Y Yo voy al Padre, y enviaré de nuevo el Espíritu Santo, el cual seré Yo en forma de Espíritu. Y Yo estaré con vosotros, y moraré en vosotros. Y las mismas cosas que Yo he hecho aquí, el Espíritu Santo las volverá a hacer en Mi Nombre, cuando Él venga”. ¿Ven? Por eso dijo Él: “Hablar en contra de Eso” ahora que la expiación ya está hecha, era el pecado imperdonable, “blasfemar al Espíritu Santo”.
39 Y Él lo haría de la misma manera, para que así nosotros supiéramos si era un consuelo desde algún punto de vista terrenal, para saber si era un consuelo de alguna persona mayor que nos puede poner el brazo encima y darnos un pequeño abrazo y hacernos sentir bien, o—o algún término teológico de una denominación que diga: “ahora, Ud. nos pertenece, y nosotros tenemos la razón; y no pertenezca a los demás porque ellos no la tienen”.
40 Él aseguró esto directamente, ¿ven?: “Él hablará en Mi Nombre. Las obras que Yo hago vosotros también las haréis, cuando Él haya venido a vosotros”. ¿Ven?, Él consolaría de la misma manera: al perdonar todos nuestros pecados, sanando toda nuestra enfermedad, y al hablarnos del consuelo de un Reino que vendrá. ¿Ven?, probándose a Sí mismo entre nosotros, como Dios mismo probó estar entre nosotros con Jesucristo. Y en—en Segunda de Timoteo… Primera de Timoteo 3:16, está escrito así, sepan de Dios: “Indiscutiblemente sabemos que grande es el misterio de la piedad: porque Dios fue manifestado en la carne”. Nosotros vimos a Dios en carne. Ese fue el consuelo de Dios, saber que Él vino, tanto (Él se interesó por nosotros) que llegó a ser uno de nosotros. Dios se manifestó en la carne. No otra persona, ¡sino Dios mismo!
41 Y ahora para acercar eso aún más, Él envía el Espíritu Santo para encargarse de nuestro consuelo, y Él mora en nosotros. ¡Oh, Él sí tiene cuidado!
42 Ahora tenemos que ir a otra porción de Escritura aquí, o a otro pensamiento para respaldar esto. Antes de irme, yo diría esto: no todos tienen a este Consolador. Ellos, ellos no tienen, no Lo tienen. Y la razón por la que no Lo tienen, es porque ellos no Lo aceptan. Es para ellos, pero no Lo aceptan. Ahora, espero que Uds. sean suficientemente espirituales para—para entender lo que estoy diciendo. ¿Ven? Estoy hablando con un grupo de personas por las que se ha de orar en unos minutos. Y nosotros tenemos este Consuelo en el Espíritu Santo que ha sido enviado por el Consolador, pero no todas las personas Lo reciben. Ellos no creen en Él. ¿Ven? Ellos, para conseguir eso, pues reciben su consuelo de alguna otra fuente, alguna otra manera. Si ellos no reciben al Consolador provisto por Dios, entonces tienen que conseguir algún otro consolador, ¿ven?, porque Ud. no podrá vivir sin tener algo por lo cual vivir.
43 Y confío en que cada uno de Uds. capten eso, en especial Uds. por los que se ha de orar, que están tan incómodos en esta mañana, tal vez con problemas que los médicos ni pueden solucionar.
44 Nosotros creemos que los médicos ayudan a las personas. Yo creo que Dios sana por la medicina. Dios sana por medio de la cirugía. Dios sana por el entendimiento. Dios sana por el amor. Solo un poco de amor logra mucho. Vea alguien que esté todo perturbado, y Ud. solo muestre interés por ellos. ¿Ven? Dios sana por el amor. Dios sana por la oración. Dios sana por los milagros. Dios sana por Su Palabra. ¡Dios sana! Por la fuente que sea, Dios la usa para sanar. Es Dios quien sana, porque Él dijo: “Yo soy Jehová que sana todas tus dolencias”. Así que todo debe trabajar en conjunto, y los hombres en diferentes ministerios deben trabajar en conjunto en favor de eso. ¿Ven? Ahora, pero ellos no lo hacen, porque a veces se les prohíbe fijar ciertas posiciones con la Palabra de Dios, porque sus ciertas denominaciones no les permiten hacerlo. Pero, como sea, eso no detiene la Verdad, Dios igual continúa sanando.
45 Así que tratan de conseguir consuelo de alguna otra fuente. Hablemos primero del alma.
46 Vemos que muchas personas buscan consuelo bebiendo. Uds. saben, hay un dicho muy conocido hoy entre nosotros, que—que muchos ministros beben antes de pasar al púlpito, se intoxican con un—un—un buen trago pesado. Se ha sabido que han visto ministros en la plataforma tambaleándose bajo la influencia del licor. Y eso—eso no debería ser. No debería suceder. Sucede porque muchas veces tal vez condenamos al hombre cuando tal vez no deberíamos, deberíamos escudriñar a fondo cuál es el problema. Muchos han sido convertidos del alcohol. Y encontramos que si están en esa condición, es una desgracia y un reproche. Pero no es más reproche que lo que sería mentir, robar o codiciar mujeres, o cualquier otra cosa del mandamiento. ¿Ven? Y puede ser que un hombre nace muy apasionado, y ve estas desnudistas modernas por la calle, y él—él constantemente está en problemas. ¿Ven? Él, eso, el hombre nace así. Ahora, lo que él debe hacer, el ministro que bebe…
47 O la—la mujer que fuma, o que viste inmoralmente, buscando consuelo por su forma agraciada, que quiere causar que los hombres la miren. No hay otra razón. Ella está parcialmente demente. ¿Ven? Ninguna mujer sensata se desvestiría ante los hombres, estando en sus cabales. ¿Ven? No hay ninguna razón para eso. Y ella, pero ella está buscando, estas muchachas jóvenes que salen hoy a la calle, son muy… Pues, excusen la expresión. Y recuerden, esta cinta no es solo para estas personas aquí, le da la vuelta al mundo. ¿Ven?
48 Y una—una mujer que se quita la ropa, ¡ella sabe que tendrá más calor! Salga Ud. allá al sol, desnuda, y luego salga con ropa, y ¿cuál es más fresco? Los indios allá, los pápagos y navajos; los pápagos en especial, y de la reserva, esas mujeres salen allí cubiertas con grandes mantas de hilo, y se sientan allá bajo el sol, para estar frescas. ¿Por qué? Sudan, y el viento que sopla es como un aire acondicionado, ¿ven? Y estas mujeres no tienen otra razón más que… No lo saben, ellas no se dan cuenta. No estoy diciendo que lo sepan. Muchas de ellas son buenas mujeres, y no lo digo para ser descortés. Lo digo para—para tratar de—de—de despertarlas. ¿Ven?
49 Solo es Satanás, ¿ven? Se dan cuenta Uds. que el otro sexo, el sexo masculino al mirar, los influencia tanto que ellos—ellos chirrían sus llantas y hacen el silbido del—del—del lobo. Y—y—y ¿con qué fin lo hacen? Las mujeres lo hacen para que el hombre se porte así. ¿Por qué salen Uds., en pleno calor del día, y a las cuatro de la tarde, a cortar el césped cuando la gente está llegando de su trabajo y cosas así? Muestra que es un espíritu de demencia. Y sé que muchas tienen un coeficiente intelectual un millón de millas más alto que el mío, pero yo pruebo su coeficiente intelectual con la Palabra de Dios y veo lo que resulta. ¿Ven? Ese es el coeficiente moderno, pero la propia evidencia y los frutos de la vida es la prueba. Así que, ellas buscan consuelo en eso.
50 Muchas dicen: “Pues, yo no hago eso”. Pero Uds., se visten con tanto atractivo que buscan ser más modernas que la mujer que se sentará a su lado en la iglesia a la mañana siguiente, usa un mejor sombrero o ropa un poco mejor, porque Ud. puede costear hacerlo. ¿Ven? Vean, el pecado llega muy a fondo. Y buscan consuelo al hacer eso. Y ellas han…
51 Ha llegado a tal punto que eso ha afectado absolutamente a la nación completa, no solo a la nación sino a todo el mundo. Pudiera decir mucho aquí, pero, para ahorrar tiempo, viene el servicio de sanidad, yo—yo me pudiera extender en esto, pero no lo haré. Estoy seguro que Uds. entenderán lo que digo. Esto, ha afectado al mundo político, la vida política, la vida social, la vida moral de la nación, a la gente alrededor del mundo. Ha llegado a tal punto que el hombre quiere ser un político solo por tener el nombre de político. Tiene mucho dinero, puede atraer votos y comprar máquinas para lograrlo, y—y todo eso, solo para tener ese nombre, y tiene millones y millones de dólares, ¿ven?, solo para tener ese nombre de que es un gran político. Ya se ha dicho suficiente de eso, Uds. saben de lo que hablo.
52 ¡Y la vida social! La gente quiere juntarse en esta vida social tan demente. No me diga que el mundo no está en demencia, y haciendo lo que hace. No cabe duda. Seguro. Es un mundo neurótico. Y por la gracia de Dios es de la única manera que lo escaparemos. Fíjense, en esta vida social, la gente ha llegado a tal punto que se—se socializan en pequeños clanes, y se meten en ellos y piensan: “Somos mejor que el otro grupo”. ¿Ven? Y eso, así se ha vuelto. Y con la moralidad, eso ha golpeado la moralidad de la gente a tal punto que, sinceramente, amigos, yo ni siquiera creo que (el mundo) la palabra “moralidad” es reconocida entre noventa por ciento de las personas de esta nación. Ellos ni siquiera saben (el mundo) lo que significa la palabra “moralidad”. Es—es ajena para ellos. Y se ha logrado con mucho engaño.
53 Satanás es muy sutil, ¿ven?, y lo hace muy fácilmente, muy—muy sutil, solo un poquitito aquí y un poquito allí, y lo hace. Él tiene suficiente tiempo, así que mete un poquito aquí y otro poquito aquí y, cuando Ud. menos lo piensa, la gente ha entrado gradualmente en eso. ¿Qué hubiera sucedido con una mujer, allá cuando yo era muchacho, de dieciséis años, si ella hubiera caminado por la calle como lo hace hoy en esta forma de desnudista? Pues, la hubiesen metido en la cárcel. Bueno, si estaba mal allá, está mal ahora. ¿Ven? Pero, ¿ven Uds.?, Satanás simplemente comenzó a cortarle a las faldas, y hacerlas más cortas, y—y vendrá a cumplimiento que alguien diseñará algo más allá del mikini o bikini, o como le llamen a esa cosa, a una hoja de higuera. ¡No lo olviden! Así es, llegará a eso directamente. Y está, está allí ahora prácticamente.
54 Y vemos entonces que todas esas cosas suceden porque la gente está buscando consuelo. Quieren encontrar algo que ellos… Y recuerden, su consuelo es la religión, y Ud. hace de esas cosas su religión. ¿Ve? ¡Qué tristeza darse cuenta que a Ud. le espera la muerte! ¿Ven? Al punto que, todo esto ha sucedido hasta que parece que no hay un—un fundamento sólido que quede en la nación sobre lo cual construir.
55 Permítanme preguntarles algo. A duras penas se puede creer algo excepto la Biblia. Aún tenemos a Cristo; gracias a Dios. ¿Ven? Uno—uno no puede creer nada. Vaya a… Por ejemplo, cuando enciende su televisor (Uds. que tienen tal cosa), y cuando encienden su televisor y ven los—los comerciales, bueno, si una persona tratara de vivir una centésima de esos comerciales, Ud. moriría en una semana. ¿Ven?, Ud. no podría. Y la misma cosa que una compañía desacredita, como un producto, y diciendo: “Esto aquí sí es la cosa, y no escoja este otro acá”, y la misma compañía vende el mismo producto. Luego viene otro comercial, escoja este de este lado y no aquel, y es la misma compañía. El pueblo americano es engañado por cosas así, al punto que todo el asunto está podrido, al grado que ya no queda ninguna esperanza. Nadie sabe qué creer. Pero yo les diré en un momento qué creer, si quieren consuelo, el Señor mediante.
56 La gente miente, hace trampa, roba, al grado que se necesita un bono de seguridad para pedirle prestado cinco dólares a alguien. Es un… Uds. saben, la Biblia lo dice, que no habría amor en los postreros días sino solo entre el pueblo elegido. Así es. La Escritura habla de eso, que el marido estaría contra la esposa, y la esposa contra el marido, los hijos contra los padres. Solo entre los Elegidos del Señor quedará un poco de amor.
57 Las iglesias han entrado en lo mismo en la vida social. Lo trajeron a la iglesia, su vida social y su política y a sus otras cosas, a tal grado que tienen a la iglesia tan confundida que no sabe qué hacer. Ellos trajeron la política a la iglesia. También trajeron vida social, su vida social a la iglesia, sus actividades sociales, bingo o bunco, o como lo llamen, y estas cenas y bailes, y esas cosas, a la casa del Señor. Vaya, es—es una lástima.
Dicen: “Bueno, no es así, eso se hace en el salón anexo”.
58 Recuerden, de hecho fue en el salón anexo que Jesús sacó con azote a los—los mercaderes con su mercancía, y dijo: “Escrito está: ‘La casa de Mi Padre ha sido hecha casa de oración’. y Uds. la han convertido en una cueva de ladrones”. ¿Ven? Está mal, no me importa dónde sea. Mientras que la iglesia… La iglesia no es tanto el edificio, sino la gente en el edificio. Y si esa gente está participando en esto, pues, está mal. Y han traído esa práctica.
59 Ahora vemos que las iglesias también están siempre prometiendo algo, como la televisión y demás, que nunca llegan a lo que—lo que prometen. Como he dicho a menudo, una vieja cita: “El hombre siempre está alabando a Dios por lo que hizo, alabando a Dios por lo que hará (esperando lo que Él hará), y luego ignorando lo que Él está haciendo”. ¿Ven?, ellos—ellos—ellos fallan. Y así es como ellos se convierten en historia después de un tiempo, por la contaminación ¿ven?, ¡porque fallan al no reconocer ahora! Pueden hablar del consuelo que Cristo dio alguna vez, y decir que Él dará consuelo en las edades por venir, pero rechazan el consuelo que Él tiene aquí ahora para Uds. ¿Ven? Sobre esa misma base encontramos eso. Bueno, se ha convertido en una gran cosa. Ahora encontramos que ellos—ellos vienen…
60 Eso aun ha entrado en pentecostés, en las iglesias. Ha entrado en las esferas pentecostales, que siempre están prometiendo algo que nunca alcanzan. Siempre es que cada persona tiene una sensación diferente, y—y la establecen ya sea Escritural o no, y están prometiendo algo que nunca consiguen, hasta que parece que ha llegado al punto donde no parece haber sinceridad. La—la gente no llega a esa verdadera raíz de sinceridad. Ha perdido la… La propia palabra inglesa de sinceridad ha perdido su—su valor para la gente. O, por el estilo de vida de—de la gente, ha perdido sinceridad para ellos. Ahora parece que no entienden.
61 ¡Aun en nuestras confesiones! Ahora, quiero que Uds. las personas que vienen, o aquí y tienen… o en la—la cinta, quiero que escuchen ahora atentamente por un momento a esta cita. Eso—eso…
62 ¡A menos que Ud. sea completamente sincero! Y Ud. no puede ser sincero hasta que esté plenamente convencido. Si Ud. está presumiendo, o suponiendo, o esperanzado, entonces no puede existir la profundidad de sinceridad que Dios requiere. Ella, la fe, no es alguna “esperanza” o “podría ser lo correcto”. Ella tiene que ser absolutamente “¡Amén!”. Ella es lo definitivo para Ud. Es—es—es su—es su absoluto. Es a lo que Ud. está amarrado. ¿Ven? Ud. ha llegado a lo definitivo para Ud., que “Ella es la Verdad y hay… Ella no es más que la verdad, y ¡Eso tiene que ser así!”. Y entonces cuando Ud. se da cuenta de eso en su mente, entonces Ud. tiene que abordar Eso con toda su vida, alma, cuerpo, todo lo que hay en Ud., entregarlo todo completamente por eso. Como Jesús tan bondadosamente nos enseñó con el hombre que compraba perlas, y que encontró Aquella de gran precio y él vendió todas las otras para conseguir Esa. Todas las verdades y todo lo que él tenía, aunque eran buenas perlas, él—él… Esta significaba todo para él. Y cuando Ud. encuentra lo Definitivo de Dios, Su Palabra, una promesa en cierta cosa, Ud. debe saber primero que eso sí es la Palabra de Dios, que lo que Ud. está viendo que se está haciendo sí es Dios. No—no hay—no hay un “tal vez, pudiera ser, parece que pudiera ser”. “¡Eso sí es Dios”! Entonces cuando Ud. llega a ese punto, pues esa es la Perla de gran precio, Ud. deberá apartarse de cualquier cosa que cualquier otro le diga que sea contrario a Ella. Ud. no deberá mirar los logros que el hombre haya conseguido. Ud. deberá mirar a lo que Dios ha dicho y lo que ha prometido, y al verlo a Él hacerlo, entonces eso allí es lo Definitivo para Ud. Y entonces todo lo que Ud. es, todo lo que Ud. era, todo lo que Ud. espera ser, deberá ser puesto sobre Esto como si fuera de vida o muerte para Ud. en ese momento.
63 Creo que una de las cosas que impide que nuestra gente sea sana es la falta de confesión, es la falta de confesión sincera. Ahora, por ejemplo, esto podría sonar un poco mal, pero no es con esa intención. Pero, miro a mi esposa sentada aquí. Si yo saliera aquí hoy y abrazo alguna otra mujer y—y entro en amoríos con ella, y yo supiera luego, después de hacer eso, que yo estaba errado, muy errado. Ahora, por supuesto, mi Consolador no me permitiría hacer eso. ¿Ven? ¿Ven? Pero quiero decir, si yo—si yo lo hiciera, y yo… sucediera que lo hice o algo similar. Y yo sé que lo primero es decírselo a mi esposa, antes de decírselo a Dios: “perdóname”, porque yo pequé contra ella. Si Ud. viene al altar y recuerda que tiene algo contra alguien, vaya y arregle eso primero, antes de presentar su ofrenda. Así que yo tengo que ir a ella. Yo creo que el confesar también es corregirse. No es una verdadera confesión a menos que sea así.
64 Pues, ¿qué pasaría si yo dijera: “Voy a confesarlo, que actué mal, y dijera: ‘Buen Señor, ¡Oh, Amigo mío!, Tu sabes que yo Te conozco muy bien. ¡Gloria a Dios! ¡Aleluya! Yo—yo—yo—yo creo que Tú eres un buen Tipo. Perdóname. Tú sabes, viejo, viejo Amigo, yo—yo no lo hice con esa intención?’”. ¿Ven?
65 Ahora, Ud. diría: “Eso es sacrilegio”. Lo es. Hacer una confesión así, lo es.
66 Pero ¿y si yo voy y digo: “Señor: no fue mi—mi intención hacerlo de esa manera, y Tú ayúdame y no lo volveré a hacer?”. Él rechazará mi sacrificio hasta que primero yo vaya y arregle eso con mi esposa.
67 Y qué pasa si yo vengo a ella con esa misma irreverencia y digo: “Oye, vieja amiga, mi vieja amiga, vieja madre de mis hijos, y vieja novia, sabes que hemos sido viejos amigos por mucho tiempo. Oye: ¿qué pasa si abrazo a otra mujer? Pues qué dices, vieja amiga, ¿me perdonarías?”.
68 Me imagino su expresión. Pensaría: “¿Qué le ha sucedido a mi esposo?”. ¿Ven? Ahora, para comenzar, ella no sabría si estoy bromeando o no.
69 Y uno no va así de esa manera a hacerle una confesión a su prójimo ni a Dios. Uno va con profunda sinceridad, con lamento piadoso por su pecado. Primero, Ud. tiene que estar arrepentido. Yo tengo que decirle: “Cariño, ven aquí, esto puede costarnos el resto de nuestra vida matrimonial. La mujer con la que vivo, es mi amor, y cuánto te he amado todos estos años. Pero ahora tal vez me dejes, de aquí en adelante, puede ser que no te quedes conmigo, pueda ser que no me aceptes. Y yo sé eso. Con todo, para arreglar eso, tengo que corregirlo”. Tengo que decírselo desde lo profundo de mi corazón.
70 Entonces así mismo tengo que decírselo a Dios. Y decirles a los dos, a ella y a Dios, con sinceridad, que no lo volveré a hacer, por la gracia de Dios. ¿Ven? En realidad, no solo… Pues, pueda ser que yo la engañe, y ella (¿ven?) no lo vea. Pueda ser que mi discurso la—la convenza a ella, pero mi discurso no va a convencer a Dios. Él ve mi corazón y lo conoce. Y después de todo, solo unos años más con ella, si Dios permite, y abandonaremos este mundo. Pero con Dios, es la Eternidad, así que debo ser profundamente sincero con Dios. Y entonces si soy sincero, Él me oirá. Pero si no soy sincero, para qué malgastar el tiempo de Dios, escuchándome.
71 Y a eso ha llegado hoy, entre la gente, no parece haber esa profunda sinceridad que—que deberían tener.
72 Y yo creo que un hombre o una mujer que viene a recibir oración, deben primero confesar todo lo que han hecho, y corregir todo. Pues, Uds. verán, uno nota que muchas veces en la plataforma, uno ve, observa lo lejos que está el ASÍ DICE EL SEÑOR. ¿Ven? ¿Ven? Las personas, la visión se materializa, desde luego, conforme a su fe, Dios prometió eso por un don. Pero la sanidad es algo diferente, ¿ven?; Dios lo reconoce en ese momento, ¿ven?
73 Ahora, vemos que las personas que hacen su confesión, tienen que venir con profunda sinceridad. Tengo aquí, no me queda tiempo para leerlo, pero fue en Binghamton, Nueva York, me parece. O ¿no es así? Sí, Binghamton, creo que es correcto. El lugar allí donde está la Compañía De Zapatos Endicott. Binghamton, creo que se llama Binghamton, Binghamton, es correcto, Nueva York. Estábamos allí en el lugar de zapatos Endicott-Johnson, un auditorio grande, y teníamos una reunión allí. Y una mañana, Billy Paul estaba enseguida, hacía mucho frío, los vientos soplaban. Y yo había encontrado entre la gente, lo que parecía como una falta de sinceridad. Y yo—yo me preguntaba ¿por qué? Hubo un hombre que fue sanado, propósito, o un hombre en—en particular al que me refiero. El hombre tenía una gran aflicción, y él fue sanado esa noche al estar allí parado. Y antes de que nos fuéramos, en cinco días, la aflicción volvió a él. ¿Ven? Porque, en la Presencia del Espíritu Santo, le fue quitado eso. Así como lo hizo con esta joven hace un rato aquí en el patio, el joven anoche, ¿ven? Pero tiene que haber una profunda sinceridad al saber que el Dios que puede quitar eso de Ud. ahora, teniendo Ud. esa misma unción, puede mantenérsela alejada. ¿Ven? Y entonces el Espíritu Santo me habló una mañana, como al amanecer, y dijo: “Sube a la plataforma o a algún lugar, y trae allí a estas personas y haz que confiesen todo lo que han hecho, antes de orar por ellos”. ¿Ven? ¡La sinceridad profunda!
74 Si el mundo no se arrepiente, tendrá que perecer. ¿Ven? Y la confesión es lo que el mundo necesita hoy, confesión sincera.
75 Es como medicina para la enfermedad. Todos podemos leer en la botella la clase de medicina que es y la enfermedad que—que cura. Pero, Uds. saben, el leer las instrucciones, voy a aplicarlo como con la Biblia, nuestras escuelas y seminarios pueden leer toda la Palabra. Pero, saben, solo con leer las instrucciones y saber cómo tomarla, eso—eso no cura la enfermedad. ¿Ven? Eso—eso contiene la medicina, así que, ¡hay que tomarla! Entonces un hombre puede decir: “Yo soy un—un teólogo. Así que, no me hable a mí, yo—yo—yo… de tal y tal cosa, yo conozco las Escrituras. Yo—yo sé que la Biblia dice esto y esto, aquello”.
76 “El que oye Mi Palabra”, San Juan 5:24, por ejemplo. “El que oye Mis Palabras y cree en Él que Me envió, tiene Vida Eterna”. O como lo dice la versión King James “perpetuo”, que es “Eterno”, correctamente. “Tiene Vida Eterna porque él ha creído”. Muchas personas dicen que creen. Ahora, eso es verdad. La—la—la Escritura es lo correcto. Yo—yo estoy leyendo la—la—la Receta, estoy leyendo lo que es la Receta y el Antídoto para mi pecado, pero, ¿podré tomármelo? ¿Podré yo creer? Tal vez yo diga que “sí creo”, pero ¿en verdad creo? Eso es lo siguiente. Solo leerla y conocer las instrucciones no cura la enfermedad. El problema es que (en nuestro caso) no aceptamos lo que el Remedio dice que se haga. Tenemos el Remedio, pero no Lo tomamos. Decimos que así es, porque podemos leerlo; pero realmente tomarlo, no lo hacemos. ¿Ven?, así mismo es el Evangelio, una medicina, en este caso. Si el paciente… Y ha sido probado que el remedio cura al paciente, y el paciente lee todo acerca del—del descubrimiento de esta droga, y ellos conocen cada onza de medicina en ella, saben todos los—los nombres de los científicos que descubrieron esta cierta droga, como la vacuna Salk, contra la poliomielitis y demás. Si—si nosotros conocemos toda Palabra al respecto, pero rehusamos tomarla, Ella no nos ayudará. ¿Ven?, Ella—Ella no nos ayudará.
77 Pero, entonces cómo decimos: “¡Pero la hemos tomado!”. Y si Ud. dice que se la tomó, y el paciente no muestra resultados, no se la tomó. Así de sencillo. Cómo es que, si ese reloj no se moviera tanto, ¿ven? Me gustaría quedarme aquí y aclarar eso firmemente para nuestra—nuestra gente, siendo que el Evangelio ha probado estas cosas, y ellos reclaman haberlo tomado, ¡y muestran que no se Lo toman! ¡Cómo una persona puede leer las Escrituras sobre alguna cosita de las que yo hablo, de mujeres cortarse el cabello y usar pantalones cortos, y cosas así!, ¡cómo pueden llamarse Cristianos cuando la Medicina Misma dice que eso no es así! ¿Ven? ¿Cómo? Uds. dicen: “Pero yo dancé en el Espíritu, yo hablé en lenguas”. Eso no significa nada. ¡Su propia vida prueba que Ud. no se La tomó! ¿Ven? Dice que Ud.—Ud. se La tomó, ¡pero no lo hizo! Pues, Ud. aún está mostrando todos los síntomas que la Medicina debe curar. Y la Medicina, en cuanto al Evangelio, ¡es una cura garantizada! Tiene que serlo. Ahora, ¿ven?, Ud. tiene que mostrar resultados.
78 Tome Ud. a una persona que dice serlo: “Lo soy. Soy un creyente. Yo creo”. Deje que la Luz del Evangelio los impacte, hermano, ¡se La beben en el instante! Y ellos mostrarán resultados. Seguro. Ud. no verá a ese hombre más en los billares, no lo verá acá afuera con el cigarrillo en la mano, Ud. no lo verá bebiendo. ¡Oh, no! Ud. no lo verá coqueteando con otras mujeres. No, no, no. No me importa cuánto pavoneen su carne femenina delante de él, él tornará su rostro hacia los cielos y mirará hacia Cristo. ¿Qué es? Eso muestra que el Remedio funcionó. Y si no surte efecto, Ud. dice: “Bueno, sé que me La tomé”, pues, entonces ¿dónde se encuentra Ud. hoy? Ud. se está muriendo. ¡Se ve en Ud.! Lo estoy mirando a Ud. diagnosticando su caso, por la—por la Biblia, que Ud. aún está en pecado. Y la paga del pecado es muerte. No creo que pudiera ser más claro que eso. ¿Ven?, sus propias acciones prueban, sus propias acciones prueban que Ud. no se La tomó. Ud. pensó que sí. Amén. Ud.—Ud. tal vez haya sido sincero en hacerlo, ¡pero Ud. no lo hizo! Pues, si Ud. lo hizo, Dios prometió que Eso tendría efecto. Y el miserable pecado aún está allí, la antigua naturaleza de Adán persiste allí, esa vieja incredulidad. Sin embargo Ud. quiere aparentar, delante de sus compañeros, decir: “Bueno, soy un creyente. ¡Oh, gloria a Dios! Sí, yo soy un creyente”. Pero, vean, Ella no les hizo ningún bien.
79 Tal vez el paciente mismo ni siquiera fue predestinado para la—la Medicina. Si es así, Ella jamás tendrá efecto. Es cierto. ¿Ven?
80 Pero miren a esa mujercita inmoral cuando la Luz la impactó, había algo allí que se encargaría de su condición. ¿Ven? Si nosotros creemos y en sinceridad confesamos, este Remedio de la manera de Dios tendrá efecto. Dios ha provisto una manera para estas cosas.
81 Pero, ¿ven?, el hombre irá, dirá: “Bueno, yo me uní a la iglesia. Con eso me basta”. Ese no es el camino provisto de Dios.
82 El camino provisto de Dios es el arrepentimiento, la confesión, y mostrar resultados, producir frutos dignos de arrepentimiento, mostrar sinceridad. ¡Si Uds. tan solo hacen eso esta mañana, por los que se ha de orar! Y Uds. que oyen esta cinta, por todo el mundo, y después de escuchar esta cinta y el ministro o la persona que la está colocando en la congregación de los grupos allá en las junglas o donde estén, que está poniéndola a sonar, primero hace su confesión claramente, y luego viene sin absolutamente nada en el corazón, solo con fe, y recibe la oración, la Medicina funcionará.
83 Jesús dijo: “¡Arrepentíos, cada uno de vosotros!”. Quise decir Pedro, en el día de Pentecostés, “Arrepentíos, y bautícese cada uno en el Nombre de Jesucristo para el perdón de pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Cuando Ud. se arrepiente completamente y cree en el Señor, y se bautiza en el Nombre de Jesucristo, Ud. hace de Dios un mentiroso si Ud. no recibe el Espíritu Santo. Si… Jesús dijo esto, la última comisión para Su iglesia: “Estas señales seguirán a los que creen. Si ellos ponen sus manos sobre los enfermos, sanarán”. Y Ud. ve esas señales que siguen al creyente, y Ud. pasa al frente y ese creyente impone las manos sobre Ud., y algo no sucede, entonces algo anda mal con su creencia. ¿Ven? “¡El creyente”! Dios prometió un camino provisto.
84 Nosotros tratamos de encontrar consuelo al decir: “Yo no tengo que escuchar”. No, eso es cierto, Ud. no tiene que escuchar.
85 Pero si Ud. está predestinado a Vida Eterna, Ud. Lo escuchará y se regocijará en Ello. Es su Consuelo. Es lo que Ud. ha esperado toda su vida. Es—es esa Perla, por la que Ud.—Ud. está dispuesto a dejarlo todo. ¿Ven? Ud. La quiere porque sabe que ese es el cuidado amoroso de Dios por Ud. Es algo que termina el problema del pecado, termina con la incredulidad, lo resuelve todo para Ud., si Ud. Lo desea. Pues es el que está muy enfermo y sabe que está enfermo, quien busca al médico. ¿Ven? El que no está enfermo, no lo necesita, dijo Jesús; sino que es para los enfermos. Si Ud. reconoce su condición, entonces tiene que hacer lo que Él dijo. Y entonces tiene que suceder, o Dios dijo algo errado. ¿Ven?
86 Tanta gente, durante los servicios de sanidad, Uds. no comienzan desde el fondo. Ud. tiene que limpiar su vida, tiene que estar en condición, en realidad tiene que decir: “Sí, yo Lo creo”, y tiene que ser de corazón. Entonces Ud., nadie tiene que andar mimándolo, diciendo: “Pues, ¡oh!, querido hermano, querida hermana, Ud. debería hacer esto, Ud. debería hacer aquello”. Ud. es un creyente, nadie se lo puede quitar. No me importa lo que alguien pudiera decir, cualquier consolación, cualquier consolador, cualquier médico, cualquier hospital, lo que diga cualquier diagnóstico, Ud. aún no cree eso. ¡Ud. está seguro de Aquello! ¡No hay necesidad de decir otra cosa al respecto, Ud. ya Lo sabe! Y, eso es la cosa genuina.
87 Tenemos tanta imitación en todas las cosas. Así tiene que ser. No se sientan mal por eso. Tiene que estar allí. Siempre ha estado y lo estará. Pero yo estoy diciéndoles en esta mañana lo que es la Verdad y los hechos. Estamos en el tiempo del fin. Tenemos que presentar esto en la Verdad, ¿ven?, y dar a conocer que es la Verdad.
88 Ahora vemos que la gente no toma la manera de Dios en esto. Ellos quieren, ellos… Dios tiene una manera provista para su consuelo. Dios tiene una manera provista para todas estas cosas. Pero la gente no La quiere, la gente se va por los otros caminos. Y cada vez que lo hacen por algún otro camino aparte del camino de Dios, ellos se traen la ira de Dios encima, cada vez que lo hacen. Muy bien.
89 Y todas estas cosas de las que he hablado, nos trae a esto: el mundo, todos estos yendo tras otros logros científicos, yendo tras logros de la iglesia, yendo tras otras cosas, nos ha traído al fin del mundo. Estamos en el fin. No queda esperanza. No nos queda esperanza de sobrevivir. No nos queda ni una esperanza de sobrevivir. Ahora déjenme desglosar esto solo por unos minutos, y probárselos.
90 Y cada uno de Uds., Uds. consigan, si no lo hacen, deberían conseguir un diario médico, deberían tomar la Reader’s Digest, y cosas así, donde leen de estos avances. Ahora para hacer…
91 Un ministro aquí, enviando este Mensaje alrededor del mundo. El hacer una declaración como esa, que no tenemos esperanza, que estamos más allá de la redención, que hemos cruzado la línea entre la redención y el juicio, ahora debo darle a la congregación algunas bases sobre la cual fundamentar esta declaración. Debe haber alguna razón por la cual un hombre, si está en sus cabales como pienso que lo estoy, haría una declaración como esa, de decirle a su nación, decirle a su congregación, decirles a los pueblos a donde irá alrededor del mundo a treinta o cuarenta naciones diferentes, posiblemente, alrededor del mundo, y gentes e idiomas, que “estamos en el tiempo del fin”, nos conviene dar una declaración o—o—o explicar un poco eso hasta que lleguemos a nuestro texto principal de esta mañana.
92 Miren, veamos ahora hasta donde nos ha traído la ciencia y la educación, y eso es exactamente lo que el hombre ha aceptado en lugar de la Palabra de Dios, algo aprobado por la ciencia. Y la ciencia siempre ha tenido que retractarse de lo que ha dicho. Estaba leyendo aquí hace un tiempo, donde un científico francés dijo, hace como doscientos años o trescientos: “De rodar una bola alrededor de la tierra”, y dijo: “si esta bola, a esta velocidad… Si el mundo llegara a inventar alguna clase de objeto que les permitiera viajar por lo menos a treinta millas por hora [48km], algo así, alrededor del mundo”, que él científicamente probaría: “que por su peso se levantaría de la tierra por la gravedad”. ¿Ven? Ahora, ¿piensan Uds. que la ciencia llegaría a referirse a ese individuo? Seguro que no. Eso quedó en el pasado, para ellos.
93 Ahora, solo pensemos entonces, todos queremos decir: “Yo quiero probarlo científicamente”. Eso es lo que muchas denominaciones de personas religiosas dicen hoy. Ellos quieren una prueba científica. Bueno, yo pudiera dar la vuelta y decir: “Pruébenme científicamente a Dios en su congregación. Pruébenme algo, científicamente, que sea real. Pruebe…”
94 ¿Qué es real? La vida. Yo quiero que me consigan veinticinco centavos de ella, o—o que yo venda todo lo que tengo, para conseguir esa parte de la vida. Y la vida ¿es real? Si no lo es, ¿para qué estamos todos aquí?
95 La vida, fe, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, mansedumbre, paciencia, la ciencia no la puede tocar. Y esa es la única realidad que perdura, que existe. La armadura Cristiana completa consiste en mirar a lo que no se ve. Pero los sentidos no declaran esas cosas, sin embargo, ahí están. Por esa razón se necesita fe para creerlo, y eso produce en Ud. lo que la fe ha declarado que está allá afuera. Ella se lo trae a Ud., sanidad Divina y demás. Ellos no pueden probar qué es lo que sana Divinamente, pero saben que hay sanidad Divina. Yo… Ellos no pueden probar qué salva del pecado, pero saben que la gente es salva del pecado. Así que eso no se puede probar científicamente, pero sí es científico de la manera cómo Dios lo ve.
96 Ahora, ¿qué nos ha traído la ciencia? Pues, los podría sorprender por un momento. La ciencia nos ha traído enfermedad, muerte y dolencias. Ahora, a Uds. solo se les ha enseñado un lado del cuadro; pero tiene dos lados. Uds. dicen: “La ciencia inventó esto, aquello y lo otro”. Bueno, les vamos a conceder ese privilegio. Pero miremos el otro lado. La ciencia nos ha traído dolencias. La ciencia nos ha traído enfermedad, muerte.
97 ¡Miren! La hibridación científica ha traído muerte a esta generación, en los alimentos y cosas. Tiene a la gente tan blanda y tan, al grado que el—el hombre y la mujer están formados de una cantidad de basura, y eso no—no—no tiene estructura. Han llegado a ser un montón de medusas. No pueden vivir sin aire acondicionado, se mueren. No pueden jugar un juego de béisbol, si alguno se golpea, eso lo mata, en los cuadriláteros y demás. Y está tan blando que hombres y mujeres, bueno, los está pervirtiendo.
98 Y les están inyectado esto híbrido al ganado que ahora ha entrado nuevamente al ser humano, conforme a la ciencia misma, y los está haciendo una perversión. Pues, cuando una—una vaca es híbrida, o cualquier alimento es híbrido, ese alimento crea una célula de sangre, y la célula de sangre es su vida. ¿Ven lo que ha hecho? Y luego, en la carne; ellos le inyectan estas inyecciones a la carne, y ahora se ha probado que estas inyecciones afectan a la raza humana. ¡Científicamente!
99 Fumigan los campos con este DDT, lo vi el otro día, y ahora tenemos ochocientas personas enfermas en esta comunidad por comer huevos. ¿Recuerdan hace años cuando yo comencé, cuando teníamos la pequeña estructura aquí, y yo estaba profetizando, y dije: “Sucederá en los últimos días, no vivan en un valle ni coman huevos”. Lo tengo en mi libro. Recordé que había algo acerca de eso, y fui y lo busqué. “No coman huevos”. Eso fue por allá en 1933. Ahora los huevos contienen algo, y veo donde la ciencia dice que un hombre con más de cincuenta años no debería comer huevo, porque es lo más pesado para el corazón que se pueda comer. ¡Enfermedades!
100 La leche, antes nuestra dieta más balanceada era la leche. Los médicos le dirán: “No la beba”. Está causando sinusitis y cuanta cosa más. Es el mismo ser humano que antes la bebía y vivía por años y jamás había conocido la sinusitis, pero la cruzas y todo eso ha debilitado la estructura del ser humano hasta que no es más que una cantidad de basura, una bola de—una bola de enfermedad. ¿Qué lo causó? ¡La ciencia!
101 ¡Miren! Ha causado que los genes entre el—el hombre y la mujer se debiliten, la debilidad física del ser humano, por los genes, y el número de niños espásticos por cerca de un treinta por ciento. El mongolismo está incrementando grandemente. Y estas debilidades por cruzar los alimentos que estamos comiendo como sustento, está debilitando el cuerpo, lo cual causa cáncer, problemas mentales y toda clase de enfermedad está agobiando al cuerpo humano por su debilidad. La ciencia, destruyéndose ellos mismos, apartándose del plan de Dios.
Él dijo: “Que toda semilla produzca según su género”. A-já.
102 ¿Ven dónde estamos? Yo pudiera seguir y seguir; el tiempo se nos va. Pero, fíjense: “¿Qué lo está causando?”. La ciencia ha producido muerte, enfermedad y destrucción.
103 Y vi el otro día, hablando con mi buen amigo, el Doctor Vayle, aquí sentado, un artículo donde la gente se está muriendo por la penicilina. Realmente no es la penicilina, es la suciedad que le dejan entrar cuando fabrican la penicilina. Es un negocio de avaricia para ganar dinero. Los médicos que la recetan a veces ni conocen la fórmula de la aspirina, y sus padres los envían para que sean un—un especialista en alguna cosa, y ni siquiera saben cómo curarle un dolor de estómago a un niño. Pero ¿qué tenemos? Avaricia, de algún tipo o alguna cosita. Ya casi no hay de esos médicos rurales, a la antigua, que se arrodillaban y le hablaban a uno y lo consolaban y lo hacían todo. Ellos dejan a Dios completamente fuera del cuadro, porque se han ido tras su propio camino. Para sacar a Dios del cuadro, ellos lo explican completamente todo.Ahí nos encontramos.
104 Eso es lo que hemos hecho con esas cruzas. Uds. ven, el cuerpo… ¿Qué hace a una planta que un germen difícilmente le entre? Son estas plantas de invernadero, estas plantas híbridas que hay que fumigar constantemente. Y muchos de Uds. han leído mi mensaje de La religión híbrida, hay que mantenerla fumigada y mimada y—y todo eso. Fíjense, pero la verdadera planta genuina no necesita fumigación, ella es la original.
105 ¿Qué hace que la enfermedad entre al cuerpo humano? Es el cuerpo… Como me lo dijo un precioso amigo mío médico, que yo no diría su nombre ahora mismo, pero él es un buen hermano fino, que me leyó recientemente del diario médico, un libro en su oficina donde tiene todos estos buenos libros y lo último en la medicina. Es la debilidad. Noten Uds. a alguien que está muy… Por decir que su cuerpo está agotado, Ud. se resfría rápidamente. ¿Por qué? Es por la debilidad de su cuerpo que produce una mucosa de las glándulas. Y, allí se arraiga el germen del resfrío y Ud. se resfría. Pero si ese cuerpo estuviera fuerte, rechazaría ese germen del resfriado, no podría tocarlo.
106 Entonces, ¿ven?, cuando Dios hizo al hombre en un principio, él era inmune a cualquier enfermedad. ¿Ven? Pero la incredulidad y la ciencia, la ciencia y la educación fueron lo primero que apartó al hombre de Dios, y aún lo está apartando.
107 Nada más miren lo que los cigarillos y la bebida, y estas desnudistas modernas y demás han hecho para debilitar esta generación. Supongo que Uds. siempre se preguntan… Voy a hacer una declaración aquí. No iba a hacerlo, pero creo que lo haré.
108 ¿Ven?, a veces ellos se preguntan, siempre me dicen: “Hermano Branham, ¿por qué—por qué Ud. siempre ataca estas cosas así? Uds. no lo oyen… Digamos que Ud. va a la iglesia de cierto hombre, pues, yo ni siquiera puedo llevar a mujeres conocidas mías y ellas no pueden sentarse cómodas donde Ud. está hablando. Pues, Ud. siempre las está regañando por su cabello corto y por usar ropa de hombre, y todas estas cosas así. Oiga, ¿por qué lo hace Ud.?”. Ahora yo—yo—yo…
109 Puede ser que este sea mi último Mensaje hasta el próximo verano, Uds. saben, pero se los quiero decir. Esto es. Es el Espíritu de discernimiento para estos últimos días, que sabe que eso es una cosa maldita delante de Dios. ¿A veces me pregunto si un ministro tiene discernimiento alguno de los últimos días? El mismo Dios que les dice desde la plataforma aquí su condición y lo que han hecho, y—y lo que van a ser, y—y los problemas en que se metieron, ese mismo Espíritu en uno mira allá afuera y puede discernir las señales del tiempo, y no puede evitar clamar. Es el Espíritu de discernimiento, porque el Espíritu Santo mismo dice que ese asunto es pecado, y quien participe de eso perecerá. Y entonces ¿cómo puedo yo estar justificado ante los ojos de Dios, y viendo a mis hermanas y hermanos en esa clase de condición, si yo no clamo contra eso? Aunque ellos se enojen conmigo, aún debo clamar contra eso. Es discernimiento. A veces ellos difieren en la Palabra y demás, y es por falta de discernimiento. Venga a confrontarlo por la Palabra. ¿Ven? Vean, sabemos—sabemos que es lo correcto. Bueno, es, es, sabemos que es la verdad. Es el discernimiento de los últimos días.
110 Ahora vemos en cuanto a la ciencia, yo—yo no quiero profundizar más en eso, mi tiempo parece que se va. Ahora echemos un segundo vistazo a la educación y veamos lo que ha hecho. ¿Ven? Ahora tenemos dos iglesias en general.
111 Ahora, nos damos cuenta de que fue, de que fue la razón, razonamientos comunes fueron lo que pusieron a rodar la bola de pecado para comenzar. Eran razonamientos ¿por qué? Por razonar contra la Palabra de Dios. Cuando Dios le dijo a Adán y a Eva: “El día que de él comieres, ese día morirás”, con eso bastó, fue todo. Y Él los fortificó contra el enemigo, detrás de Su Palabra. Pero cuando Eva, al escuchar los razonamientos de Satanás, ¿ven?, cultura, entendimiento, educación, el avance, ¿ven?, ella dio un paso saliendo de allí y escuchó los razonamientos de Satanás, e hizo lo que Dios le dijo que “no hiciera”. Y si un razonamiento, escuchar un razonamiento contra la Palabra causó todo este caos, un razonamiento contra la Palabra no lo llevará a Ud. nuevamente al mismo lugar, pues cuán insensato sería de Dios volver a traer al hombre por aquello mismo por lo cual lo sacó. ¿Ven? ¿Ven? Ud. tiene que venir a la Sangre derramada de Cristo. Su denominación no funcionará, ni sus razonamientos funcionarán. Es la Sangre y nacimiento, y Eso en Ud. produce una nueva criatura, Cristo, y Ud. vive conforme a Cristo, porque la Toxina que Ud. se toma, muestra que Ella mata el pecado de incredulidad, en contra de cualquier cosa excepto la Palabra de Dios.
112 La educación nos da… allí… Nosotros tenemos dos iglesias a la mano en esta mañana. Una de ellas es la Iglesia de Pentecostés que fue organizada en Pentecostés por el Espíritu Santo; la segunda es la iglesia de los católicos romanos que fue organizada en Nicea, Roma. Una de ellas es un nacimiento espiritual; la otra es una membresía intelectual. De esa iglesia han venido todos los protestantes, vinieron todas las denominaciones. Esa fue la primera denominación. Todas las denominaciones salieron de esa y están emparentadas con ella, Apocalipsis 17 lo dice: “Ella era una ramera y era la madre de las rameras”. Así es. Así que no hay… La sartén no puede decirle grasienta a la olla, ¿ven?, porque es—es cierto, es una. Está tan organizada, que está desahuciada, está en Roma. No me interesa qué sea, ¡está desahuciada! La Biblia, acabamos de estudiar esas edades de la iglesia, para probar eso. Una está basada en discernimiento espiritual; la otra está basada en educación y concepción intelectual.
113 Ahora, eso nos coloca directamente en el huerto del Edén otra vez, directamente en el mismo lugar. La mujer (la iglesia) fue la que escuchó, no Adán, ¡la mujer! Ahora ellos quieren ser la madre iglesia, ¡adelante! Así exactamente. No hay nada fuera de tiempo. Ellos hacen su propia confesión, ¿ven? ¿Ven?, directamente de nuevo a lo mismo, ¡a descreer la Palabra de Dios! En Nicea, Roma, cuando surgió la pregunta del bautismo en agua, y otras cosas así, y del bautismo del Espíritu Santo, los—los obispos todos juntos organizaron lo que se llamó la iglesia católica romana, que fue llamada la romana “real”. Acabo de verlo en la historia ayer, y de escucharlo, viéndolo de nuevo. Y eso era solo para Roma, en Roma donde estaba la iglesia real. Las otras solo eran iglesias hermanitas menores que ella, solo llamadas católicas.
114 Nuestra Iglesia también es la Iglesia católica universal, que es una—una creencia universal de todos los creyentes. Una de ellas nace del Espíritu de Dios y tiene en Ella el Espíritu Santo, y lo prueba por su Vida, Doctrina y acción, que el Espíritu Santo está allí adentro, porque ese es el Consuelo que Cristo—Cristo prometió, obrando en Su iglesia, haciendo lo mismo que Él hizo en el principio. Así es como funcionó la Toxina de la salvación de Cristo en el principio, así es como Ella funciona hoy, produce eso mismo.
115 La otra es una concepción intelectual de una denominación hecha por un grupo de hombres, que tiene “apariencia de piedad” como nos dijo el profeta, “y niega esta Verdad del Poder”. Ahora, no sabría cómo hacer eso más claro.
116 Ahora, ahí están las dos iglesias. Una de ellas nació en Nicea; y la otra nació en Pentecostés. Y—y una siempre ha estado en contra de la otra. Hemos estudiado las edades de la iglesia para probarlo, una está en contra de la otra. Una de ellas es fina, distinguida, una iglesia intelectual con eruditos finos y demás; la otra es clasificada como un “montón de santos rodadores”. En un principio era: “pescadores borrachos sin letras”, y sigue igual hoy, aún es clasificada en la misma categoría. Una de ellas es científica; la otra es espiritual. Una es una organización científica; la otra es discernimiento espiritual de la Palabra. Una es organizada científicamente, lo que los grupos de hombres digan, un obispo intelectual. La otra es absolutamente nacida del Espíritu de Dios, y vive por el Espíritu de Dios, y obra y trae a cumplimiento las Palabras que Dios prometió. Eso muestra qué toxina Ud. está tomando. ¿Tiene Ud. una toxina de la educación? O ¿tendrá Ud. la Toxina del Espíritu Santo? ¿Ven? Muy bien.
117 ¡Oh, esa sutileza de Satanás! ¡Y él sí que puede pintar ese cuadro!, ¡intelectualmente puede hacer que un hombre que no ha nacido del Espíritu de Dios de vueltas y vueltas! Y no hay manera, intelectualmente, de bajarlos de allí. No hay manera.
118 Es un discernimiento por fe, ¿ven?, un discernimiento. Nosotros vemos lo que dice la Palabra, y La creemos.
119 “Pero, Hermano Branham, ellos dicen que tienen el discernimiento”. Entonces que el Espíritu Santo produzca exactamente lo que Él prometió que produciría, entonces lo creeremos. ¿Ven? Ahí está la evidencia de Aquello.
120 ¿Cómo actuó la Toxina cuando entró a la persona? “Estas señales seguirán a los que creen”, dijo Él. Si la Toxina impactó así, entonces está bien. ¿Ven? Entonces nos traen…
121 Esto nos trae ahora, para terminar, en los próximos minutos, pues esto nos trae desde Abel y Caín, al juicio del tiempo de Noé, de cuando vinieron esos días de Noé. Ahora, antes de tener la línea de oración, escuchen atentamente mientras repaso algunas Escrituras aquí de un—de un pequeño texto.
122 Vemos que después de que el mundo escogió su concepción intelectual de la Palabra, esos hombres llegaron a ser grandes hombres, varones de renombre. La Biblia lo dice, Génesis 6:4. Varones de renombre yendo tras mujeres muy bonitas y cosas, como sucedió con todo el mundo. Acabamos de verlo en Las destellantes luces rojas, que lo hablamos la otra noche de cómo las mujeres serían más bonitas en los últimos días, y como hombres, hombres de renombre, como en el escándalo en Inglaterra y los Estados Unidos. Y eso saldrá a la luz uno de estos días. ¿Ven?, Uds. no saben de lo que se trata todas estas mujeres escort y todo lo demás. ¿Ven? ¿Saben Uds. que hay tres cantineras de bar por cada una que hay en la secundaria o en la universidad? Tres cantineras a una, más que en la secundaria y en la universidad. ¿Saben, cierto porcentaje, no puedo decirlo ahora porque no lo tengo frente a mí, no lo apunté, pero casi un tercio de los jóvenes de la secundaria de toda la nación han tenido conductas inmorales o han tenido que regresar a casa porque serán madres? ¿Saben Uds. que usar penicilina para controlar eso venéreo solo ha dado entrada a la corrupción entre la gente, siendo que esa cosa no está muerta? Pero aun, ¿ven?, Dios dijo que eso visitará hasta la cuarta generación. Está causando mongolismo y de todo, y los niños están… ¡Oh, cómo el pecado, lo sutil que es! ¡Cómo esas personas, esos ministros se paran y no predican contra esas desnudistas en la calle, y las dejan cantar en el coro, y todo eso así, y ver que ese es el mero asunto que ha enviado a nuestra nación al infierno, ha enviado nuestra raza al infierno! Es cierto. Entonces ahora vemos que después que Dios se hartó de eso, como creo que ha pasado con Él hoy…
123 Ahora estoy llegando a mi texto. Tengo una manera extraña de traer un… me gusta presentar muchas cosas y luego llegar a mi texto. Ahora, vemos que en los días de Noé, cuando Dios iba a juzgar al mundo, cuando llegó a estar como está ahora, pues Jesús dijo que así estaría, ¿tendría Él cuidado? ¿Le importó a Él? Él, seguro que a Él le importó. ¿Se preocupó por qué? Ahora, después que ya sabía que venía el juicio, y había pronunciado juicio, Él cuidó de aquellos que se interesaron. Y así mismo es hoy. Él cuidó de aquellos que estaban dispuestos a interesarse. Y vemos que Él les envió a ellos un profeta para guiarlos, para dirigir a Su pueblo elegido a su camino provisto para su escape. Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. ¿Ven? Encontramos que Dios cuidó de Su pueblo. [Cinta en blanco.—Ed.]
124 Estamos en el fin, ¡y vemos que estamos en el fin! No hay manera de construir sobre esa corrupción. ¿Cómo podremos edificar una ciudad sobre las ruinas carbonizadas de una Sodoma y Gomorra? ¿Cómo podemos hacerlo? Solo queda un fénix, y es la venida del Señor Jesús; ¡oh, vaya!, una purificación por medio del periodo de la Tribulación, para traer de nuevo una restauración de un mundo, para un pueblo que es justo ante los ojos de Dios y vivir conforme a Su Palabra.
125 Fíjense, Él cuidó de aquellos que se interesaron en escapar en los días de Noé, y Él les envió un profeta. Y este profeta los dirigió a ellos al camino provisto de Dios. Ahora, esa es la manera como Dios hace las cosas. ¿Ven? Dios le habló a Noé, que era la Palabra (en ese entonces no estaba la Palabra escrita), y le dijo a Noé que preparara un arca para salvación de la gente, y que advirtiera a toda persona que Él tenía “un camino de salvación”. Y este hombre era un profeta vindicado que les probó a ellos la vía de escape. Fíjense, los humildes y sinceros oyeron a este hombre y le creyeron, y ellos escaparon. Ellos ¿escaparon de qué? De la muerte del mundo pecaminoso que sería destruído en ese día, ellos escaparon de esa ruta mortal en la que estaba el mundo entero. ¡Dios tuvo tanto cuidado! (¡Oh, Dios!, ayuda que esto penetre ahora, antes de la línea de oración.) ¡Dios tuvo cuidado!
126 Él mira al mundo hoy, y Él ha llamado y llamado, y ellos han rehusado y rechazado. Hubo oportunidad de arrepentimiento en un principio. Cuando Dios le dijo a Isaías que subiera y pusiera… le dijera a Ezequías que moriría, Ezequías se arrepintió y hubo misericordia. Cuando Dios le dijo a Jonás que fuera a Nínive y clamara, porque en cuarenta días Él destruiría la ciudad, ellos clamaron misericordia y hubo arrepentimiento. Pero cuando ellos la rechazan, ¡no queda más que juicio! Y la nación ha rechazado a Cristo. Ellos rechazaron el llamado, así que no nos queda más que encarar el juicio.
127 Ahora, ¿tiene cuidado Dios de aquellos que se han arrepentido? ¿Ha hecho Él un camino para ellos? Ahora veremos lo que Él hizo en tiempos pasados.
128 En el tiempo de Noé, ¡Él tuvo cuidado! Envió al profeta, y Él—Él trajo el camino y les mostró el camino, y les hizo una vía de escape y escaparon del juicio. Él también tuvo cuidado de ellos. Vemos que Él los trae a un lugar en que Él, en los últimos días, donde (de todos) antes de que venga el gran juicio, Él se interesó tanto por ellos que preparó un camino en el cual ellos entraran y fueran libres de todos los juicios que vendrían.
129 Ahora, Él hizo eso por los—los Elegidos. Y, sabemos eso. Él hizo eso con los Elegidos, ¡ahora, fue solo con los Elegidos! Ellos fueron los que habían aceptado este germen de Vida. Ellos fueron esos predestinados a verlo. Fueron ellos. Todos nosotros, si creemos la Biblia, tenemos que creer en predestinación. ¿Ven? Correcto. Dios no quiere que ninguno sufra, pero Él sabía quién Lo recibiría y quien no.
130 Él también tuvo cuidado de Su pueblo elegido en los días de la destrucción de Egipto. Ellos estaban allá en Egipto y terminaron esclavos. En los días de Moisés, Él tuvo cuidado del pueblo. ¿Qué les envió? Un profeta nuevamente. ¿Verdad que sí? Y Él separó a Su pueblo del mundo incrédulo, del juicio venidero de ese día. ¿Lo hizo Él? Él tuvo cuidado cuando Egipto había amontonado tanto su pecado al punto que Dios envió juicio, porque Él ya se lo había dicho a Abraham: “Y Yo lidiaré con esa nación”. Así que en lugar de derramar Su ira sobre todos ellos, Él les envió Su cuidado. Les envió Su Consolador. Les envió Su Palabra. Y Él siempre envía Su Palabra por medio de Su profeta, como lo hizo en el tiempo de Noé. Él hizo lo mismo en los días de Noé. En los días de Elí-… de Moisés, vemos que Él hizo lo mismo. Les envió Su profeta, y ellos se separaron de la incredulidad. Ahora, esa es la clase de gente que sale. Esa es la clase de gente que Lo creyó. Ellos le creyeron a Moisés, que él era… A los ojos de Faraón, él era un fanático, él era un mago, él era un hipócrita, él era algo horrible. Pero para las personas que fueron elegidos, que salieron conforme a la Palabra de Dios (“Yo los sacaré”), él era un profeta para ellos. Él era el camino provisto de Dios. Y él también… Fíjense, ellos le creyeron y escaparon del juicio de ese día. Ellos le creyeron a Moisés.
131 Y Él dijo que también tuvo cuidado de ellos de sacarlos, y cuidó de ellos en el viaje después de que salieron. Amén. Como eso fue en lo físico, esto es en el reino espiritual. ¡Él tuvo cuidado! ¿Por qué? Él proveyó todo lo que necesitaron mientras estuvieron de camino. ¿Fue así? Él los sanó cuando estuvieron enfermos. Él proveyó sanidad, Él proveyó una vía para su enfermedad. Él proveyó una—una serpiente de bronce, pudiendo ellos mirar esa serpiente de bronce, simbolizando el pecado, y ser sanados. Él los alimentó mientras iban de camino, donde no había pan Él hizo llover pan del Cielo. Él los alimentó. No solo eso, sino que los vistió, mostrando que Él tiene cuidado de aquellos que tienen cuidado.
132 Si ellos están dispuestos a confesar y arrepentirse y creer y aceptar, ¡Dios tiene cuidado! Pero a Ud. tiene que importarle primero, Ud. tiene que aceptar lo que Él le envió a Ud. Él cuidó tanto de ellos para que tuvieran la seguridad de que no hubiera error, Él vindicó a Su profeta con la señal de una Columna de Fuego, para que el pueblo viera que no era solo este hombre caminando por aquí, que era Dios allí mismo sobre él, Él era Quien guiaba en el camino. Dios tiene cuidado de las personas que se interesan. Dios tiene cuidado de aquellos que se interesan por Él. Así que Él vindicó a este hombre y probó que él era el siervo de Dios, enviándoles a ellos una Columna de Fuego para guiarlos a la tierra misma. Y ellos sabían que siempre y cuando esta señal de este Fuego, una Columna de Nube y Fuego los seguía… Dijo que Él: “no quitó la Columna de Fuego y la Nube”. Él los acompañó por años y años en el desierto, cuarenta años. ¿Es así? ¡Esa Columna de Fuego los guió! Vamos para nuestro año treinta y tres, con siete años más sería el mismo tipo. Muy bien, una Columna de Fuego los guió. Él tuvo cuidado de ellos. Y Él tuvo tanto cuidado de ellos que sencillamente les hizo saber que—que no era una cosa científica, no era algún error, sino que Él vindicó el Mensaje, probándolo.
133 Él se preocupó tanto que aun cuidó de una mujer extranjera, no una israelita. Ella no pertenecía al grupo, era una extranjera, presbiteriana, metodista o algo, ella estaba del otro lado. ¡Pero cuando ella oyó! Su nombre era Rahab, vivía… ella era una ramera. Pero cuando oyó de cómo Dios estaba en una Columna de Fuego y los estaba guiando, ella dijo… clamó a Dios, y les mostró misericordia a los espías que habían venido a conocer la tierra. Y por cuanto ella cuidó de ella y de su gente, Dios cuidó de ella. Tanto así que esta ramera que le entregaría su vida a Cristo, a la Causa, porque ella había visto la señal de un Dios Sobrenatural, y ella había servido a sus dioses en su propia denominación; pero cuando ella vio esta gran señal Sobrenatural, ella clamó y pidió misericordia, y misericordia para su familia, y Dios cuidó tanto de ella que toda la ciudad se derrumbó, una sobre la otra, pero ni una roca se movió en su casa. ¡Él tiene cuidado! Aunque ella era una extranjera, no estaba en ese grupo en ese momento, pero Él tuvo cuidado. Él siempre tiene cuidado.
Él tuvo cuidado de Elías cuando él, y solamente él, tuvo cuidado de Dios.
134 ¡Aleluya! Y ahí llegamos a esto: “Echa toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”. Pedro, hablando a los ancianos elegidos, a los ancianos y demás en la iglesia, les dijo: “Poned sobre Él vuestras preocupaciones, porque Él cuida de vosotros. Depositen todo allí, pues estarán limpios ante Dios. Uds.—Uds. caminarán como siervos de Dios”.
135 Dios se preocupó de Elías porque Elías se preocupó de Dios. Los demás predicadores todos habían perdido la visión de ese día, habían perdido la voluntad de Dios y el amor de Su Palabra, y todo se volvió moderno. Pero no importa cuán modernos los tenía Jezabel, la primera dama del país, no importa cuánto aquellos otros predicadores las dejaran actuar y comportarse. Elías clamó contra eso, en el Nombre del Señor. Él cuidó lo que dijo Dios, y Dios cuidó entonces lo que dijo Elías, porque él dijo la Palabra del Señor. Dios se interesa cuando Ud. se interesa, pero Ud. primero tiene que interesarse. Sí.
136 Fíjense, Él se preocupó al llamar a Elías, por Su Palabra, de entre las denominaciones. Pareciera que él debiera haberse muerto de hambre, pues no había diezmo ni ofrendas llegándole. Pero Él cuidó tanto de Elías, que no permitió que se muriera de hambre en el tiempo en que él estaba obedeciendo la Palabra de Dios. Él ordenó a los cuervos que lo alimentaran. Él se preocupó de Elías porque Elías se preocupó de Él, y Él es la Palabra.
137 Él cuidó de Daniel cuando Daniel cuidó de la Palabra de Dios al punto de orar en sinceridad. No importa lo que el rey dijera: “Yo no quiero que se haga más eso”, Elías simplemente abrió las persianas y miró hacia Jerusalén y oró. Elías cuidó de Dios, y—y Dios cuidó de Elías. Daniel cuidó de la Palabra de Dios, y Dios cuidó de Elías. Él envió una Columna de Fuego que asustó a ese león y él permaneció allí toda la noche. Dios se preocupó porque Daniel se preocupó. Sí, señor. Sinceramente oró, sabiendo que le significaba ser arrojado al foso de los leones si él desobedecía las órdenes denominacionales. Pero él se arrodilló junto a la ventana, sin temor de lo que dijera el hombre. Él abrió decididamente la ventana porque era un mandamiento de Dios, y oró sincera y honestamente a su Dios a diario. Él cuidó de Dios y de Su mandamiento, y a cambio Dios cuidó de Daniel y su mandamiento, su posición. Daniel cuidó de Dios y de Su Palabra, y Dios cuidó de Daniel y su posición por la Palabra. Él lo hará cada vez. Amén.
138 Él cuidó de los jóvenes hebreos cuando respetaron sinceramente y cuidaron de la fe que les había sido encomendada a ellos, la Palabra de Dios. Él los cuidó tanto que aun cuando tocaron la trompeta… Ellos tenían un mandamiento de Dios: “No te postres ante ningún dios pagano, ninguna estatua. No te postres y no los adores”. Ese era el mandamiento. Y cuando tocaron la trompeta y dijeron: “echaremos en el horno a los que no lo hagan”, a ellos les importó tanto que hasta le dieron la espalda a la estatua. Correcto. Dios cuidó tanto de ellos, que cuando el calor subió, Él envió al cuarto Hombre allá al horno ardiente y los mantuvo frescos. Él se preocupó porque ellos se preocuparon.
139 Si Ud. se quiere aferrar a algún credo, a Dios no le importa lo que Ud. hace. Si quiere hacer eso, Él nunca cuidará de Ud., porque Ud. está haciendo lo que ha dicho el hombre. Pero si Ud. se aferra de la Palabra de Dios, su confesión sincera y creencia en que Dios es un Sanador, el mismo ayer, hoy, y por los siglos, Él tendrá cuidado de Ud.
140 Él tuvo cuidado allá, Él cuidó de los jóvenes hebreos, y Él les envió el cuarto Hombre para librarlos, que era Cristo. Sabemos eso.
141 Cuando el leproso clamó: “¡Señor!”. Diez leprosos salieron y clamaron con sinceridad: “Señor, ten misericordia de nosotros”. Ellos se interesaron lo suficiente por sus propios deseos, Él tenía poder para cuidar de ellos. Él cuidó del leproso porque los leprosos tuvieron cuidado de hacer su confesión, Le llamaron “¡Señor!”.
142 Él se preocupó, cuando el centurión se interesó lo suficiente para enviar a pedir ayuda a Jesús. Cuando el centurión pro-… mostró por su fe, renunció a sus ídolos de Roma, y tuvo suficiente interés (mostrándolo públicamente) al enviar por Él para que viniera a sanar a su hijo, Jesús tuvo suficiente cuidado para ir a sanarlo. Él tiene cuidado cuando Ud. tiene cuidado. No obstante, Ud. tiene que tener ese cuidado primero. Él tuvo cuidado.
143 Él tuvo cuidado cuando Jairo se interesó lo suficiente por Jesús. Él era un creyente secreto. Creyó que Él tenía la razón, pero por su posición denominacional no pudo salir abiertamente y confesarlo, pero cuando su hijita se enfermó y murió, Jairó supo, al ver la muerte de su hija o al expresar su interés, él tuvo suficiente cuidado para denunciar a los incrédulos que lo rodeaban, y ponerse su sombrerito ministerial, y fue y encontró a Jesús. Cuando Jairo mostró que a él le importaba, Jesús mostró que a Él le importaba cuando vino y la resucitó de los muertos. ¡Arroje sobre Él sus preocupaciones, pues Él tiene cuidado! ¡No importa lo que sea, Él tiene cuidado!
144 Él se interesó lo suficiente cuando ni siquiera había un mandamiento, no había nada dicho, Él no había mencionado nada de eso, pero a Él le importó que la mujercita no haya podido entrar en la línea, y ella dijo: “Si yo pudiera tocar el borde de Su manto, yo Le creo”. Él tuvo cuidado, por la fe de ella en eso, tanto que Él se dio la vuelta y la llamó de entre la audiencia, y le dijo que su fe la había sanado. Él tuvo cuidado porque a la mujer le importó.
145 A Él le importó cuando al neurótico llamado Legión le importó lo suficiente, con toda la oposición, de zafarse de entre esas lápidas de demonios y salir a encontrar a Jesús, y arrojarse postrado. ¡Cuando, Legión! Esos diablos no hubieran venido si Legión no se hubiera esforzado para ir allá a encontrarlo a Él. Y cuando él se interesó lo suficiente para hacer el esfuerzo, de pararse en su creencia, Jesús tuvo el suficiente cuidado para expulsar esta legión de diablos de él, y su condición neurótica cesó. Él tuvo cuidado cuando Ud. tiene cuidado. Sí, señor. Él tiene cuidado cuando Ud. tiene cuidado.
146 Ahora, cuando el ciego clamó en la puerta de Jericó: “¡Oh, Jesús!”. Era un judío, ortodoxo, con buena posición en la sinagoga. Pero cuando dijo: “¿Qué es ese ruido que pasa?”.
Le dijeron: “Jesús de Nazaret pasa, un Profeta”.
147 Dijo: “Jesús, ¡Hijo de David!”. ¡Oh, qué reproche fue para su pastor y los sacerdotes allí parados! Pero a él no le importó lo que el pastor, sacerdote ni otra cosa dijera, ¡él estaba interesado! Y se interesó lo suficiente por recobrar su vista, ¡entonces clamó! Y cuando ese ciego estuvo dispuesto, y tuvo el suficiente interés para clamar, Jesús tuvo el suficiente interés para sanarlo. ¡Él es el mismo ayer, hoy, y por los siglos! A Él le importa cuando a Ud. le importa, pero tiene que importarle a Ud. primero. Ud. tiene que probar que le importa.
148 Él se preocupó tanto que cuando una mujer, viviendo con seis hombres, identificó y supo y reconoció Su señal Mesiánica del discernimiento, Él tuvo el suficiente cuidado de perdonarle todo pecado y le dio aguas que ella no fue allí para sacar, porque ella reconoció. Ella dijo: “Señor, me parece que Tú eres profeta”, cuando Él le dijo lo que había mal en ella. Y ellos, ella estaba esperando que llegara ese día, solo que había estado agrupada en una iglesia, ella no tenía la oportunidad de hacerlo. Pero cuando vio a un Hombre Quien pudo decirle lo que estaba mal en ella, dijo: “Señor, me parece que Tú eres profeta. Yo sé que cuando el Mesías venga Él hará estas cosas”.
Él dijo: “Yo soy”.
149 ¡Fue suficiente! A ella le importó. Dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y ella dijo: “Venid, ved a un Hombre Quien me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el mismo Mesías?”. Ella fue como Rahab, fue tanto su interés que alarmó a toda la ciudad. Ella tuvo cuidado porque algo había sucedido, la Escritura vindicada había acontecido y fue algo seguro, ¡y a ella le importó! A ella no le importó lo que los hombres dijeran ni cualquier otro; ella Lo vio, estaba allí cuando sucedió. A ella le importó. Y ella se interesó tanto por su pueblo que fue y les habló a todos, y eso hizo que toda la ciudad creyera en Jesucristo. Ella tuvo cuidado, y Él tuvo cuidado. Seguro, Él lo tuvo.
150 A Jesús le importó lo suficiente el Mensaje de hoy que trajo a cumplimiento estas mismas cosas como Él lo dijo, que murió y se levantó otra vez para enviarles el Espíritu Santo, el Consolador, para mostrar Su ministerio hoy que Él aún vive. A Él le importó lo suficiente. ¿Nos importará a nosotros? Ese es el asunto, ¿cuidaremos de eso nosotros? Él murió por este ministerio. Él murió para que el Espíritu Santo pudiera estar aquí en este día para mostrar estas cosas. Él tuvo cuidado de Ud. A Él le importó presentarlo aquí. A Él le importó hacer esa declaración. Él tuvo cuidado porque Él lo amó a Ud. Él tuvo el suficiente cuidado de hacerlo, de enviar el Espíritu Santo para esto, hacer este ministerio hoy.
151 Así es como Él probó que le importó en ese día, porque Él vino a vindicar lo que Dios dijo que Él sería. Por eso es que la mujer Lo reconoció a Él. Ella dijo: “Yo sé que cuando venga el Mesías, Él es un Profeta. Cuando venga el Mesías, Él nos dirá estas cosas”. ¿Ven?, Él tuvo suficiente cuidado de la Palabra de Dios de vindicársela a ella. Amén.
152 Ahora Él envió el Espíritu Santo, para que en este día de concepción intelectual, para que Él pudiera, por el mismo Espíritu Santo probar por medio nuestro que Él aún es el Mesías, probarlo de la misma manera. Él es el mismo ayer, hoy, y por los siglos. Ahora la pregunta es, ¿le importa a Ud.? ¿Qué piensa Ud. al respecto? Está aquí. Ha sido probado una y otra vez. ¿Le importa a Ud. lo suficiente para creerlo? ¿Le importa a Ud. lo suficiente para confesar sus pecados, que Ud. está errado? Confiese su incredulidad y acepte eso. ¿Le importa a Ud. lo suficiente para aceptarlo? A Él le importó lo suficiente para morir y resucitar, para traérselo a Ud. ¿Le importa a Ud. lo suficiente para aceptarlo? Pienso que ha sido plenamente probado, desde el tiempo de Noé, desde allá de Génesis en todo momento. No tenemos tiempo para cubrirlo todo. Pero Uds. ven que Él tiene cuidado, y Él murió para que a Ud. le importara, para que hubiera un camino para Ud. Y Él ha provisto ese camino. Él dijo exactamente lo que ese camino hubiera hecho, lo que haría, y ahora Él está aquí hoy mostrando que es Verdad. Entonces, en esta hora perversa en que vivimos, ¿le importa eso a Ud. lo suficiente, de todo corazón, para creerlo?
153 Ya sea que Ud. entre a una fila de oración o lo que sea, eso no es, ¿le importa a Ud.? Déjele a Él sus preocupaciones, Él cuida de Ud. Sea sincero al respecto. Interésese Ud. lo suficiente para ser sincero, porque Él ha probado por Su Palabra vindicada que Él tiene cuidado. Él prometió enviarlo, ¡Él lo ha hecho! Él lo prometió en la Palabra, ¡aquí está! A Él le interesa, ahora ¿qué me dice de Ud.? Ahora es a Ud. quien le debe interesar.
154 Él Se interesó lo suficiente, Él tuvo el suficiente cuidado para vencer todo enemigo por Ud., para que todo lo que Ud. tuviera que hacer es ser sincero y creerlo. Él venció la muerte. La muerte no es algo que yo tenga que vencer, ya fue vencida. Yo no tengo que vencer la enfermedad; no le queda a Cristo vencerla; ya fue vencida. Yo solo tengo que tener el cuidado suficiente para creerlo. ¿Teme Ud. lo que alguien le ha dicho? ¿Teme Ud. el diagnóstico del médico? ¿Teme Ud. lo que la iglesia le dirá? ¿Teme Ud. encarar al diablo cara a cara? Diga: “He confesado mis pecados, he dejado todo a un lado. He creído toda Palabra. Heme aquí, Señor. Crea en mí ese interés. Yo… Tú tuviste cuidado de mí, yo tengo cuidado de Ti”.
155 Pienso en ese precioso canto antiguo: “Él cuida de ti. Por sol o tiniebla, Él cuida de ti”.
Inclinemos ahora nuestros rostros, no podemos continuar.
Él cuida de ti,
Él cuida de ti;
Por sol o tiniebla,
Él cuida de ti;
Cantémosle a Él, con nuestros rostros inclinados, y nuestro corazón.
Él cuida de…
Miremos todo lo que Él ha hecho.
Él cuida de ti,
Por sol o tiniebla,
Él cuida de ti.
Él cuida…
Ahora, si a Ud. le interesa, levante la mano mientras lo canta.
Él cuida de ti;
Por sol o tiniebla,
Él cuida de ti.
156 Padre Celestial, en este momento, a esta hora avanzada del día, confesamos desde lo más profundo de nuestro corazón, que sabemos ahora por la Palabra que Tú siempre Te has preocupado por los Tuyos. Pero el problema, Señor, es ¿nos importa? ¿O solo nos importa recibir una educación, decir: “Bueno, tengo un título de doctorado, o—o un LL.D.”? Eso es conocer la Receta, no es tomarla.
157 Dios, oro que cada uno de nosotros hoy llevemos el dolor de Cristo a nuestro propio corazón, que tomemos su sufrimiento, para darnos cuenta de que nosotros debemos sufrir también el reproche de Su Nombre, que debemos sufrir. Y que seamos como los discípulos de antaño, regresar regocijándonos porque se nos ha otorgado el privilegio de llevar el reproche por Su Nombre. Concédelo, Padre.
158 Voy a orar por los enfermos, Señor, poniendo sobre ellos las manos. Tienen las manos en alto, muchos de ellos, y muchos recibirán la oración, y tienen tarjetas de oración. Y algunos aquí no llegaron a tiempo para las tarjetas de oración, pero ellos—ellos—ellos van a creer, Señor. Ellos puede ser que hayan levantado las manos, me parece como que toda la congregación. Muchos están enfermos. Aquí están estos pañuelos puestos aquí, al sentir Tu Presencia Divina por la Palabra Ungida, sánalos, Señor. Concede que sus peticiones les sean respondidas.
159 Y ahora de los pañuelos a la audiencia, a seres humanos que están sentados allá sufriendo. ¡Oh, la Presencia del Señor, permítela que venga, Padre, y sánalos a todos! ¿Tú, esta mañana en gracia Divina, cuando confesamos, Señor…? Yo Tu siervo, confieso una incapacidad. Yo no tengo nada, Señor, que Te pueda presentar a Ti como mérito. Somos indignos. Ninguno de nosotros lo puede hacer, Señor. No somos dignos de las cosas que vamos a pedir. Pero, Señor, sabemos que Jesús partió, subiendo a la Gloria, y está allá preparando un lugar para que lleguemos y poder recibirnos hacia Sí. Y nos dijo que Él nos enviaría un Consolador, que sería el Espíritu Santo, y Él haría Su obra y moraría con nosotros para siempre.
160 ¡Oh, Espíritu Santo!, ¡Espíritu de Dios!, ven nuevamente sobre nosotros en esta mañana, y vindica Tu Presencia, Señor, de la misma manera que lo hiciste cuando caminaste aquí en la tierra, para que esta congregación pueda saber que Tú estás aquí en estos postreros días para vindicar Tu Palabra, y para probar que “como fue en los días de Lot, así será en la venida del Hijo del Hombre”. Señor, es para Tu honra y gloria que lo pedimos, rindiéndonos a Ti con nuestra confesión. Límpianos con Tu Sangre, Señor. Lávanos con el agua de la Palabra, y límpianos en la Sangre. Y preséntanos, Señor, como “ejemplos” como dijo Pedro en la lectura del texto esta mañana, para el mundo incrédulo. Porque lo pedimos en el Nombre de Jesucristo. Amén.
161 Voy a pedirle ahora a la hermana con el… y el piano, por un momento. Tal vez nos retrasemos un poquito hoy, pero, ¡oh!, no vengo tan a menudo. Solo téngannos paciencia, solo, ¿podrían quedarse todos por unos minutos?, vamos a orar por todos. Billy, Billy Paul, ¿dónde está—está aquí? ¿Desde dónde repartiste?, ¿repartiste tarjetas de oración? ¿De cuál? B, uno a la cien. Tomemos algunas de la B y veamos si Él nos da el discernimiento. ¿Qué les parece? Veamos si está aquí con nosotros. Solo pregúntenle, ¿creen que Él lo hará? He predicado, y yo—yo estaba ungido, pero ahora dejé de predicar apartándome de eso, ¿ven Uds.?
162 Y que la gente se ponga de pie. Bueno, vamos a orar por todos de todas maneras, empezaremos desde el número uno. ¿Quién tiene B, número uno? Póngase de pie, el que tenga la tarjeta de oración. No, solo los traeré por aquí, saldrán por esta fila y vendrán. B, número uno, ¿quién la tiene? ¿La tarjeta de oración número uno? ¿Quieren decir que no está en el edificio? Muy bien, empezaremos… ¡Oh, lo siento, señora! Está bien, de acuerdo. B, número dos, entonces, si ya empezamos de la uno. B, número dos. ¿Quién la tiene? ¿Levantaría la mano así para que podamos verlo? Venga aquí, señora, aquí mismo. Tres, ¿quién tiene la tres? Que nuestra línea llegue ahora hasta la pared, movámonos, o hacia allá atrás. Pues, muy bien, la tarjeta de oración número tres, ¿quién vendrá? ¿Será esta la señora, que viene aquí? No vi su mano, excúseme, hermana. La tarjeta cuatro, ¿quién tiene la tarjeta de oración número cuatro? ¿Levantaría la mano para poder ver quién es? El varón allá atrás, el hermano de color, ¿podría venir aquí, señor, el número cuatro? Número cinco, ¿quién tiene el número cinco? El caballero allá atrás, ¿podría venir aquí por—por favor? Número seis, ¿quién tiene la tarjeta de oración seis?, ¿levantaría la mano? Por aquí, de acuerdo, seis, señor. Siete. Ahora, esto evitará que se amontonen. Siete, muy bien, venga aquí, siete. Ahora la número ocho, así como Ud.… ¿Podría venir, señor? Número nueve. Muy bien, señor. Número diez. Muy bien, pequeño.
163 Mientras pensamos en eso, la cosa más conmovedora; cuando entré, un niño, casi me quebranta con solo pensarlo, un niño se paró allí hace un rato, me dijo: “Hermano Branham, ¿podría hacer algo por mí?”. Casi de la altura de este pequeño.
Dije: “¿Qué sería, hijo?”.
164 Él dijo: “Ore por mi mamá”. Dijo: “Usa el Nombre de Dios en vano, y lleva una vida muy terrible”.
Le dije: “¿Dónde vives? ¿Aquí en la ciudad?”.
Dijo: “Sí, señor”.
165 Él quería que su mamá fuera una buena mujer. Y, con razón Isaías dijo: “un niño los guiará”.
166 Número diez, número, ¿no es el número diez? Muy bien, número once. Muy bien, número doce, número doce. Muy bien, número trece, catorce. Muy bien, quince. Quince, no lo vi, número quince. Dieciséis. Muy bien, dé la vuelta por allí, señor, por favor, dieciséis. Diecisiete, dieciocho. Dieciocho, no lo vi. Muy bien, señora, o hermana, dieciocho. Muy bien, ahora vaya por allí, señora, por favor, salga por allí. Ahora mire, a medida que la línea de oración, son suficientes de pie a la vez.
167 A medida que la línea de oración comienza a menguar, ¿ven?, entonces que Billy Paul o algunos de ellos aquí desde la plataforma… Hermano Neville, Hermano Neville, que el Hermano Neville después de un rato, cuando los vea… Ahora, cuando vean que el Hermano Neville vea que la línea de oración vaya… él hará un gesto así, porque yo voy a orar por el Espíritu Santo…
168 Ahora, este hombre, ¿tiene una tarjeta de oración, en la silla de ruedas, señor? Él—él—él tenía su tarjeta de oración. Muy bien, pueden llevarlo directo a la línea de oración. Ahora, ¿hay alguien más aquí que—que—que no pueda levantarse? Que alguien los ayude si ellos… cuando llegue su—su momento, ¿ven? Ahora, solo recuerden, empiecen donde terminé, como en la dieciocho o veinte, por ahí en algún lugar, entonces comiencen desde la veintiuno, veintidós, conocen su lugar como entraron.
169 Ahora ¿le importa a Ud.? ¿Cree Ud. que Él siempre ha tenido cuidado? ¿Creen que a Él le importa ahora? Si—si Él—si Él alguna vez se interesó, a Él siempre le importará. ¿Lo creen Uds.? [La congregación dice: “¡Sí!”.—Ed.] Ahora quiero que todos sean muy reverentes, manténganse en su lugar y oren. Ahora, Uds. en la congregación, oren también. Ahora, ¿cómo tuvo Él cuidado? Porque Él no pudo tener más cuidado, y no hay hombre ni profeta, no hay otro que pueda sobrepasar los límites de la obra prometida de Dios. ¿Correcto? Ahora, pues no me importa, puede que Ud. haya pasado por líneas de oración cientos de veces, pero Ud. que está parado ahora y Ud. que está sentado, si hay pecado en su vida, incredulidad, confiéselo ahora mismo. No se atreva a pasar por aquí sin eso. Si Ud.—Ud. pudiera pasar por aquí, y no importa cuánto un hombre estuviera ungido, y se pusiera de pie y le impusiera las manos, a Ud. se le pasaría por un—un millón de millas si no lo cree. Ud. tiene que creerlo. Ud. tiene que confesarlo. Tiene que hacerlo. Vea, entonces si mira aquí, cómo está… Espero que capte el cuadro. ¿Ve? Es completamente imposible que Dios no le cumpla Su Palabra, si Ud. le ha cumplido su palabra a Dios. ¿Ve? Si Ud. verdaderamente lo cree, nada puede hacerlo dudar eso. Tiempo, espacio, ni otra cosa pueden hacer que Ud. lo dude. Ud. lo cree. ¿Lo creen Uds.? [La congregación dice: “¡Sí! ¡Amén!”.—Ed.]
170 Ahora, pues voy a mirar por esta línea de oración. Hasta donde sé, con excepción de este hombre aquí, a él lo conozco; y conozco aquel, a Gene Slaughter allá, lo conozco a él; aparte de eso… y no sé ellos por qué—por qué estén parados aquí. No tengo idea por qué están allí. Dios sí lo sabe. Y ahora si todos saben que yo no sé nada de Uds., levanten las manos, Uds. parados allí. Ahora, ¿cuántos en esta congregación saben que yo no sé nada de Uds., levanten la mano? Ahora, ¿cuántos están conscientes de que Jesucristo los conoce a Uds.?
171 ¿Y cuántos estarán dispuestos a decir esto? Yo creo [la Congregación dice, “Yo creo”.—Ed.] con todo mi corazón [“con todo mi corazón”] que Jesús [“que Jesús”] me sanó [“me sanó”] cuando Él fue crucificado [“cuando Él fue crucificado”] en el Calvario [“en el Calvario”.]. Correcto. ¿Ven? Ahora, si Él ya lo ha hecho, entonces es conforme a su fe aceptarlo. Ahora, Él tuvo suficiente cuidado para hacerlo, ¿tendrá Ud. el suficiente cuidado como para dejar a un lado toda duda, y creerlo? Eche sobre Él sus cargas, porque Él tiene cuidado de Ud.
172 Ahora, si Ud. está enfermo, si está afligido, yo he visto, bueno, Uds. saben, decenas de millares por millares de cosas que el Espíritu Santo ha hecho. Y Uds. lo saben; de espásticos, aun hasta con muertos.
173 Un hombre cayó muerto aquí mismo en la plataforma, aquí mismo frente a nosotros, hace como tres semanas. Su esposa que está aquí es una enfermera certificada. Y el hombre se desplomó. Está sentado aquí en algún lugar. Su esposa está sentada aquí ahora, y—y aquí está él en el frente en algún lugar ahora. Sí, aquí está parado aquí mismo. Se le voltearon los ojos, se puso así oscuro, directamente… cayó, y yo bajé. Ella lo examinó, sin el corazón, sin pulso. Le impuse mis manos (había muerto) y solo llamé su espíritu, en el Nombre de Jesucristo, y él se levantó. ¿Ven? ¿Ven?
174 ¿Qué es? Él es la Resurrección y la Vida. No fui yo. Ese fue el Consolador que actuó, el Espíritu Santo intercediendo por nosotros. ¿Ven? Lo hemos aceptado, ahora depende de Él hacer intercesiones. Entonces, ¿cuánto pudiera yo…? ¿Podría Dios salvarle contra su voluntad? Ciertamente que no. Él no lo puede sanar contra su voluntad. Ud. tiene que creerlo.
175 Ahora, qué sería esto, si—si Él puede probar, si Dios me permite por un don Divino mostrarles que Jesucristo está aquí con nosotros, que ese Consolador es Jesucristo, Él es la Palabra. “En el principio era el Verbo”. ¿Es así? “La Palabra era Dios. Y la Palabra fue hecha carne y habitó entre nosotros”. Y la Biblia dice, en Hebreos 4, que “La Palabra de Dios es más aguda que una espada de dos filos, Discernidora de los pensamientos del corazón”. ¿Correcto? Y eso fue lo que hizo Jesús para probar que Él era la Palabra ungida, el Mesías. ¡Oh, vaya! ¿No pueden verlo? ¿Qué es el Mesías? El Ungido. El ungido ¿de qué? ¡La Palabra ungida! “Y la Palabra fue hecha carne”. ¡Él fue esa Palabra ungida! ¿Lo puede ver, Hermano Vayle? ¿Ven?, ¡Él es la Palabra ungida!
176 Y ahora cuando Ud. se encomienda a Él, entonces Él lo usa a Ud. más allá de su conocimiento, probando que Él aún es la Palabra ungida, Discernidora de los pensamientos del corazón. ¡Oh!, ¿cómo, cómo puede alguien dudar? Solo crean. No duden. Y ahora Uds. sentados allá afuera, yo—yo toqué ese tema esta mañana. Cuando a una mujercita le importó que ella no iba a entrar a la línea de oración, tal vez, pero ella tocó el borde de Su manto y Él se dio la vuelta. ¿Lo creen Uds.? ¿Creen Uds. que eso se puede hacer de nuevo hoy? Sí. Ahora, ¿cómo lo tocarían Uds.?
177 La Biblia dice que Él es el Sumo Sacerdote, ahora mismo un Sumo Sacerdote, sentado a la diestra de la majestad de Dios, para interceder en base a nuestra confesión. Confesamos que nosotros Le creemos, y queremos tocar al Sumo Sacerdote. Y si Lo tocamos, ¿cómo actuaría Él? Él está aquí en la forma del Espíritu Santo. Entonces Él les respondería directamente y se los diría exactamente. ¿Correcto? Ahora Uds. créanlo y manténganse en su asiento, guarden silencio, sigan en reverencia y observen. Ahora, si Él lo hace por lo menos tres veces, será suficiente, ¿no es así? Tres veces, si Él lo hace. Una, dos, tres, si Él lo hace.
¿Cómo le va?
178 Ahora, un momento, solo mientras oramos. ¿Ven?, esto es, yo no… Esto es algo un poco diferente ahora mismo; he estado predicando, y luego paso a esto. Ahora, no he llamado al Señor para esto en mucho tiempo, pero Jehová Dios conoce mi corazón, y que Él conceda su petición. Y yo estoy creyéndolo, que Él lo hará.
179 Ahora, aquí hay una mujer, no nos conocemos. Hasta donde sé, jamás la he visto en mi vida. Ella tal vez se halla sentado en alguna congregación de alguna parte, o me conozca de alguna literatura, pero el Padre Celestial lo sabe, hasta donde sé, en mi vida no he llegado a verla. Ella no me es conocida.
180 Ahora, si Él es el mismo, he aquí un hombre y una mujer que se encuentran aquí tal como Jesús encontró a la mujer en el pozo, de la cual hablé hace un rato. Él tuvo cuidado de ella. Ahora, puede ser que esta mujer no sea culpable de lo mismo de aquella mujer, pero algo anda mal. Pero Él tiene igual cuidado de ella como lo tuvo de aquella mujer. ¿Ven?, Él tiene cuidado. Ahora, y cuando ella vio eso, lo reconoció. Ahora aquí estamos ambos de pie así. Y, yo nunca la he visto a ella.
181 Ahora, si el gran Espíritu Santo, el Invisible, pues si los sentidos de la fe me lo declaran a Él a mí. Él ha traído los sentidos de la fe, y Su Palabra lo ha traído tan cerca en estos postreros días que Él tiene la fotografía de Aquello allí. Él lo ha traído tan cerca a nuestros sentidos, ungido, que se ha ido y Lo vimos entrar aquí y moverse alrededor en esa forma de la Columna de Fuego. ¿No es así? Ahora, Él está aquí, yo sé que Él está aquí. Mi fe declara que Él está aquí. Ahora si Él tan solo pudiera materializarse lo suficiente aquí para captar la vida de esta mujer, ¿ven?, como prometió que lo haría. El Espíritu Santo haría la misma obra que hizo Él.
182 Ahora yo, siendo que he estado predicando, solo quiero hablarle a Ud. por un minuto solo para poder ver.
183 Como hizo Él con la mujer junto al pozo, Él dijo: “Tráeme de beber”. Saben, Él solo… Él probablemente estaba sentado allí pensando en que ellos se fueron por la comida, y entonces Él—Él tuvo que hablarle a ella por un minuto, Uds. saben. El Padre lo había enviado a Él allí. Tenía que hacerlo. Él iba para Jericó; y Él fue a Samaria, queda sobre la montaña, Él tuvo “necesidad de pasar por allí”.
184 Bueno, de alguna manera u otra, yo tuve necesidad, el Padre me envió de Arizona, aquí, y Ud. entró. Así que todo es igual. Nada sucede por casualidad, todo sucede por alguna razón. La gracia de Dios, es correcto.
185 Ahora, al no conocerle, y Ud. se ve muy saludable, y puede que no sea por lo que Ud. esté aquí. Podría ser otra cosa. Podría ser algún ser querido, podría ser doméstico, finanzas. Yo no tengo manera de saberlo, Ud. lo sabe. Pero si Él me dice el porqué Ud. está aquí, Ud. sabrá si es la verdad o no. ¿Y entonces creerá la audiencia, unánime? Ahora Ud. nos oye, y está grabado, y estamos aquí de pie en la plataforma.
186 La dama, la veo que se agarra la cabeza así. Ella tiene, sufre dolores de cabeza que la molestan, como migrañas. Son dolores de cabeza persistentes que vienen en todo momento. Es cierto. Si es así, levante la mano. ¿Ven? Así es. Otra cosa, tiene un problema de tiroides, que le han dicho, de todos modos, que—que la está perturbando, y él tiene razón, es la tiroides. Y también Ud. tiene complicaciones, sufre de muchas cosas; es nerviosa, molesta, se aturde, “a veces me pregunto dónde estoy, y si estoy dentro o fuera”. Y así es. Es la verdad. Ahora, Él la conoce, Ud. no podría esconderse ahora aunque tuviera que hacerlo. ¿Ve? ¿Cree que Él puede decirme lo que Ud., quién es Ud.? Bueno, Viola, vuelva a casa, Jesucristo la sana.
¿Cree Ud.?
187 Yo no sé. Jesucristo lo sabe todo. Es otro extraño para mí. Dios nos conoce a los dos. ¿Cree que soy Su profeta, Su siervo? ¿Cree que estas cosas que he predicado de esta Palabra son la Verdad? ¿Lo cree? Si el Señor Jesús me dice por qué está aquí, Ud. creerá que yo soy Su siervo. Y hace esto porque Él cuida de Ud. Él, Su cuidado es para Ud., Él lo está haciendo porque Él cuida de Ud. Está cuidando de estos otros que han entrado a la línea. Él tiene cuidado de ellos. Ud. ha tenido un problema, un accidente, un accidente automovilístico. Eso le ha conmocionado. Así es. Tiene problemas con su extremidad. Así es. Se va a mejorar, y el nerviosismo le dejará, así que solo vaya a casa, dando gracias al Señor y diciendo: “¡Alabado sea el Señor!”.
“Si puedes creer, todo es posible”. Muy bien.
188 ¿Cree Ud.? No la conozco, es una extraña para mí. Pero Dios la conoce. ¿Cree que Él puede decirme la razón por la cual está aquí, o algo más de Ud.? ¿Lo creería Ud.? [La mujer dice: “Sí”.—Ed.] Hay otra mujer. No era Ud., ¿ve? No, no es así. Es Ud., Ud. está aquí por alguien. Es por algo, es su madre. Así es. Ella también sufre de una extremidad. Así es. Ella no está aquí. Ella está cerca de un lugar que me parece como inglés, por acá en algún lugar. Ud., así es, ¿cree? Muy bien, adelante. Ha sido sanada. Solo siga su camino.
189 Había dos mujeres. Una de ellas era mucho mayor, así que me—me preguntaba dónde era. Miré para ver dónde—dónde era. El Señor Dios sabe todas las cosas, ¿no? Y Él puede hacer todas las cosas. ¿Lo cree? Amén. ¿No es Él maravilloso? Yo Lo amo. Él, Él es mi Vida. Es todo lo que tengo. Él es todo lo que quiero. Siga su camino, él lo sanó, señor.
190 La unción siguió a esa dama. Hay otra señora sentada allí que está perturbada por el nerviosismo, y tiene un crecimiento debajo del brazo. ¿Es verdad? Cuando ella le puso las manos encima en ese momento, Ud. sintió una sensación muy extraña. ¿Correcto? Fue entonces cuando Él la sanó. Ud. va a estar bien. Jesucristo. Miren dónde está ella. La mujer que estaba orando, o aquí, miren. ¿Se dieron cuenta cuando ella estaba orando, que yo estaba orando por ella, lo que pasó? ¿Ven? Vi a otra mujer, y miré en esa dirección. Hubo una gran sensación. Deben conocerse, algo, o se han conocido, porque esa mujer se compadecía por esta mujer. Y entonces esta mujer baja y la toca, y cuando lo hizo, miré y vi algo más allá, y ahí estaba ella de pie, justo ahí. No he visto a esa mujer en mi vida. Dios en el Cielo lo sabe. ¡Oh, vaya! ¿Por qué dudarían?
191 Si podéis creer, Él podría incluso quitarle los malos hábitos. ¿Lo cree Ud.? ¿Cree que Él le sanará? Hágalo, y dejará eso ahora mismo y no volverá a fumar otro. Hágalo, y crea con todo su corazón. Tenga fe en Dios. No lo dude.
192 ¿Están creyendo? ¿Ya pasaron tres? Tengan fe en Dios. No lo duden. Solo crean. ¿Creen que Su unción está aquí ahora? [La congregación dice: “Sí. Amén”.—Ed.] Amén. No duden. ¡Crean!
193 Voy a imponerle las manos, y crea. ¿Creerá conmigo? [El hombre dice: “Sí, señor”.—Ed.] En el Nombre de Jesucristo, que este hermano sea sanado. Amén. Tenga fe ahora, no dude. Esperen un momento.
194 Algo pasó allá en la congregación y no pude verlo, fue justamente por aquí atrás. Creo que no está a la vista mía ahora mismo. Aquí está. Lo veo en una sombra. Es un hombre, y está sufriendo con nerviosismo. Tiene un niño con epilepsia. Crea con todo su corazón, señor. ¿Lo cree? Eso es. Muy bien, ponga su mano sobre ese chico y él estará bien. Amén. Alabado sea el Señor.
195 ¿Están creyendo? Ese diablo pensó que podía esconderse de eso, pero fracasó. ¿Lo creen? Esa cosa aún se está moviendo en alguna parte. ¡Oh, vaya!, ¡por la gracia y el cuidado! Hay otro epiléptico aquí en algún lugar. Sí, aquí está, justo aquí. ¿Cree Ud.? Tenga fe. ¿Cree que Dios le conoce? Puede regresar a Ohio, que sea sanado, Sr. Nelson T. Grant. Ese es su nombre. Si cree, esas cosas le dejarán y nunca más le molestarán. Nunca he visto al hombre en mi vida, no sé nada de él.
Ud. no puede esconderlo ahora, el Espíritu Santo está aquí!
196 Solo inclinemos nuestros rostros y alabemos a Dios. Señor Jesús, Te damos gracias. Eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Tu gracia nunca falla, Señor, es igual todo el tiempo. Oro para que Tu gran misericordia y bondad descansen sobre la gente. Tú tuviste el suficiente cuidado, Señor, para venir y vindicarte. Tú eres Dios. Tú eres el gran Ser Santo, el gran Espíritu Santo. Ahora, que estas personas crean, Señor, al pasar por aquí, y que cada una de ellas sea sanada. Mientras Tu unción está aquí, me pongo sobre estos pañuelos. Oro, Señor, que concedas estas peticiones, Padre. Concédelo, Señor, tanto aquí como en la congregación.
197 Y que cada persona que está en la Presencia Divina tenga el suficiente cuidado ahora para creer que Tú has tenido el suficiente cuidado para levantarte en el último día entre Tu pueblo, ¡y probarlo! Tú no puedes sanarlos, Señor, no puedes hacer lo que ya has hecho. Ya los has sanado. Y esto es lo único que se puede hacer, para hacerles creer. Y Tú tienes el suficiente cuidado, aunque tambaleamos con tanta incredulidad, aún Te importa lo suficiente para mostrarte vivo y resucitado con nosotros, de entre los muertos. Que podamos poner nuestras preocupaciones sobre Ti, y que cada persona en la Presencia Divina sea sanada, tanto su alma como su cuerpo. En el Nombre de Jesucristo. Amén.
198 Muy bien, pasen directo por aquí, que las personas pasen por aquí. Muy bien, Billy los llamará, sección por sección. No, ahora no hablemos más, la—la unción está en mí, ¿ven? Quiero imponerle las manos mientras Esto está aquí. ¿Ven? No puedo detenerme en ese discernimiento. Si lo hago… ¿Cuántos están aquí por la oración, levanten la mano? Como un setenta por ciento. ¿Ven? Ahora mismo es la una menos diez minutos. El servicio bautismal viene después de esto. Yo no puedo hacerlo, pero Uds. pueden creer. Si a Él le importa lo suficiente para mostrarse, a Uds. les debería importar lo suficiente para creer. ¿Correcto? Muy bien, que ore toda la congregación. Y Billy o el Hermano Neville, uno, usará estos, usará este micrófono. Tengamos nuestros rostros inclinados y oremos mientras ellos pasan por la línea. Ahora, voy a orar por cada uno de Uds., imponerles las manos y pedir que toda posesión que tengan, del mal, salga de Uds. a medida que pasan bajo este lugar ungido ahora mismo, aunque tenga que decirlo de esa manera. La unción está allá atrás igual que aquí. Pero lo hago por su fe, que lo digo. Todo el mundo ore ahora.
199 En el Nombre de Jesucristo, que este niño sea sanado. Amén. Dios, en el Nombre de Jesucristo, que nuestro hermano sea sanado. En el Nombre de Jesucristo. Estoy obedeciendo Tu mandamiento, Señor. Tú dijiste: “Estas señales seguirán a los creyentes”. Creyentes, nosotros dos, ambos. “Si ponen sus manos sobre los enfermos, sanarán”. En el Nombre de Jesús, llevo a cabo este acto. En el Nombre de Jesucristo, yo impongo las manos sobre este hermano. Amén. En el Nombre de Jesucristo, impongo las manos sobre nuestro hermano, para su sanidad. Amén.
200 Él cuida de Ud., hermana. A mí me importa, al ponerle las manos. ¿Le importa lo suficiente a Ud. para creer? Amén. En el Nombre de Jesucristo, que así sea que nuestra hermana sea sanada.
201 En el Nombre de Jesucristo, que nuestro hermano sea sanado. En el Nombre de Jesucristo, que nuestro hermano sea sanado. En el Nombre de Jesucristo, que nuestra hermana sea sanada. En el Nombre de Jesucristo, que nuestro hermano sea sanado. En el Nombre de Jesucristo, que nuestro hermano sea sanado. En el Nombre de Jesucristo, que nuestra hermana sea sanada. En el Nombre de Jesucristo, que nuestro hermano sea sanado. En el Nombre de Jesucristo, que nuestro hermano sea sanado. En el Nombre de Jesucristo, que nuestro hermano sea sanado. En el Nombre de Jesucristo, que nuestra hermana sea sanada. En el Nombre de Jesús, sana a esta mi hermana, Señor. En el Nombre de Jesús, sana a esta mi hermana. En el Nombre de Jesús, sana a mi hermano. En el Nombre de Jesucristo, sana a esta mi hermana. En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana. En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana. En el Nombre del Señor Jesucristo, sana a mi hermana.
Hermano, a Él le importa. ¿Y a Ud.? En el Nombre de Jesús, ¡sana!
202 Todos ahora en oración, todos oren. Este es su pueblo pasando.
203 En el Nombre de Jesús, sana a mi hermana. En el Nombre de Jesús, sana a este mi hermano. Amén. En el Nombre de Jesucristo, sana a este mi hermano. En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana. En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana. En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana. En el Nombre de Jesús, sana a mi hermanita. En el Nombre de Jesucristo, sana a esta mi hermana. En el Nombre de Jesucristo, sana a esta mi hermana, Señor. En el Nombre de Jesús, sana a esta mi hermana. En el Nombre de Jesucristo, sana a esta mi hermana, mi hermano. Sana a esta mi hermana. Sana a esta mi hermana, Señor. Sana a esta mi hermana, oro en el Nombre de Jesús. Sana a mi hermana, Padre, en el Nombre de Jesús. Sana a mi hermana, en el Nombre de Jesús.
204 Hermana, Él tiene cuidado. ¿Y Ud.? En el Nombre de Jesús, reciba su sanidad. En el Nombre de Jesús, reciba su sanidad, hermana. En el Nombre de Jesús, reciba su sanidad. En el Nombre de Jesucristo, reciba su sanidad. En el Nombre de Jesucristo, sana a esta mi hermana. Sana a esta mi hermana, Padre, en el Nombre de Jesús. Sana a este hermano mío, en el Nombre de Jesús. Sana a esta hermana, en el Nombre de Jesús. Sana a nuestra hermana, en el Nombre de Jesús. Sana a mi hermano, Señor, en el Nombre de Jesucristo. Sana a mi hermana, Padre, en el Nombre de Jesús. Sana a este, mi hermano, en el Nombre de Jesús. Sana a mi hermana, en el Nombre de Jesús. Sana a mi hermana, en el Nombre de Jesús. Sana al niño, en el Nombre de Jesús. Sana al Hermano Creech, Señor, en el Nombre de Jesús. Sana a esta nuestra hermana, en el Nombre de Jesús. Sana a esta nuestra hermana, en el Nombre de Jesucristo. Sánalos, Padre, a ambos, en el Nombre de Jesucristo. Amén.
205 Dios le bendiga, hermano. ¿Ese es su hijo? ¿Su esposa? Bueno, no lo sabía. El Señor le bendiga, hermano. Sana a este, mi hermano, en el Nombre de Jesús. Sana a esta, mi hermana, Padre, en el Nombre de Jesús. Sana a esta, mi hermana, en el Nombre de Jesús. Sana a este, mi hermano, en el Nombre de Jesús. Sana a esta, mi hermana, en el Nombre de Jesucristo. Sana a este, mi hermano, Señor, en el Nombre de Jesucristo. Sana a esta mi hermana, en el Nombre de Jesucristo. Sana a este, mi hermano, en el Nombre de Jesús. Sánalos, Padre, en el Nombre de Jesús.
206 Ofrezco mi oración sincera, por cada uno. Interésese Ud. ahora. Jesús tiene cuidado. Jesús envió el Mensaje. Jesús envió Su Espíritu. Jesús envió Su Palabra. Jesús envió a Su siervo. A todos nos importa. ¿Ahora le importa a Ud.? Si a Ud. le importa, créalo, acéptelo con sinceridad, sucederá.
En el Nombre de Jesús, sana a mi hermano.
En el Nombre de Jesús, sana a esta, mi hermana.
En el Nombre de Jesús, sana a mi hermana.
En el Nombre de Jesús, sana a mi hermano.
207 Dios, en el Nombre de Jesucristo, sana a esta, mi hermana. Concédelo, Padre.
En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana.
En el Nombre de Jesús, sana a esta, mi hermana.
En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana.
En el Nombre de Jesús, sana a este, mi hermano.
208 ¡Oh, Dios del Cielo!, ten piedad y sana; concédelo, Señor. Que la carne y la fuerza vengan en el Nombre de Jesucristo.
Dios, en el Nombre de Jesucristo, sana a este, mi hermano.
Dios, nuestra hermana aquí en la silla, oro para que la sanes y le des salud, Señor, en el Nombre de Jesús.
209 Dios, sana a nuestra hermana aquí, en su fino acto de caridad, ayuda a esta mujer, en el Nombre de Jesús.
Dios, en el Nombre de Jesucristo, sana a esta, mi hermana.
Dios, sana a mi hermano, oro en el Nombre de Jesucristo.
Dios, en el Nombre de Jesucristo, sana a esta anciana.
En el Nombre de Jesucristo sana a esta mujer.
En el Nombre de Jesús sana…?…
En el Nombre de Jesucristo, sana a esta, mi hermana.
En el Nombre de Jesús, sana…?… Señor.
En el Nombre de Jesús, sana a mi hermano.
En el Nombre de Jesús, sana a este, Señor.
En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermano, Señor.
En el Nombre de Jesucristo, sana a esta, mi hermana.
En el Nombre de Jesús, sana…?…
Sana a mi hermano en el Nombre de Jesucristo.
Sana al hermano en…?… [Cinta en blanco.—Ed.]
210 Venga con toda sinceridad; no duden de nada; solo créanlo. Todos ahora estén orando. Este es nuestro pueblo que pasa por aquí, hijos de Dios. Crean.
Sana a nuestra hermanita, Padre, en el Nombre de Jesús.
211 Sana a mi precioso amigo, Señor. Dios, él ha esperado tanto tiempo; que esta sea la hora. Amén.
En el Nombre de Jesús, sana a esta, mi hermana.
En el Nombre de Jesús…?…
En el Nombre de Jesús, sánala, Padre.
En Jesús…?…
En el Nombre de Jesucristo, sánala, Padre.
En el Nombre de Jesús, sana a este, mi hermano.
En el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana.
Sana a mi hermana, Padre, en el Nombre de Jesús.
En el Nombre de Jesús, sana a mi hermano.
En el Nombre de Jesús, sana a mi hermano, Padre.
En el Nombre de Jesús, sana a mi hermana, Padre.
En el Nombre de Jesús…?…
Dios, sana a nuestra hermana, en el Nombre de Jesús.
Dios, en el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermana.
212 Dios, en el Nombre de Jesús, quita la parálisis de mi hermano, Señor, dale salud, Padre.
Dios, en el Nombre de Jesús, sana a este, mi hermano.
En el Nombre de Jesús, sana a este, mi cuñado, oro.
213 En el Nombre de Jesús, sana a esta, mi hermana, Señor; que Dios la sane, en el Nombre de Jesucristo.
Sana a nuestra hermana, Padre, en el Nombre de Jesucristo…?…
214 ¡Oh, Dios!, ahora, aquí hay unas peticiones, concédelas, en el Nombre de Jesús.
215 Ahora, Así es como se recibe, hermano. Ahora, porque eso, el Señor lo ha hecho.
216 ¿Vean si ese niño no se…?… Ahora, Él me dice qué es lo que le pasa a Ud. Yo simplemente no lo hablo…?… en el Nombre de Jesucristo…
217 ¡Oh, Dios!, aquí de pie…?… ella está aquí de pie por Edith. Pensamos en esa pequeña, Señor. Estaría aquí para que la llevaran, ahora mismo. Su hermana está de pie en su lugar, Señor. Concede, ¡oh, Dios!, concede estas peticiones, en el Nombre de Jesús, por ella.
218 Dios, ten piedad de nuestro hermano y sánalo, Padre, en el Nombre de Jesús.
219 Dios, en el Nombre de Jesucristo, toca a este, a mi hermano precioso y haz que se recupere, Padre.
En el Nombre de Jesucristo, sana a nuestra hermana.
En el Nombre de Jesucristo, Señor, sana a nuestra hermana.
Sana a nuestro hermano, Padre, en el Nombre de Jesús.
En el Nombre de Jesucristo, sana a esta, nuestra hermana.
¡Oh, Dios!, en el Nombre de Jesucristo, sana esto…?…
Dios, sana a este niño, en el Nombre de Jesucristo.
En el Nombre de Jesucristo, sana a nuestro hermano, Señor.
En el Nombre de Jesús, sana a nuestra…?…
¡Oh, Dios!, en el Nombre de Jesucristo, sana a nuestra hermana.
En el Nombre de Jesucristo, sana …?…
Sana a nuestra hermana…?… el Nombre de Jesús.
¡Oh, Dios!, sana a esta, nuestra hermana, oro en el Nombre de Jesús.
Dios, sana a esta, nuestra hermana, oro en el Nombre de Jesús.
Dios, dale salud; concédelo, Señor, en el Nombre de Jesús.
220 Dios, toca a nuestro hermano; es Tu Palabra; Tú lo prometiste, Señor, y venimos creyéndolo, en el Nombre de Jesús.
221 En el Nombre de Jesucristo, sana a nuestra hermana, Señor; ha venido con sinceridad, creyendo ahora; que se vaya y esté bien.
En el Nombre de Jesús, que vaya y sea sanada, Señor.
222 Dios, pon Tus manos sanadoras sobre…?… que regresen a su casa con su petición. ¡Oh, Dios!, concede la sanidad, Señor.
Sana a nuestra hermana, Padre, en el Nombre de Jesús.
Sana a mi hermana, en el Nombre de Jesús.
Dios del Cielo, sana a mi hermano, en el Nombre de Jesucristo;
Y a mi hermana, en el Nombre del Señor Jesús.
Sana esto…?… en el Nombre de Jesús.
Sana a esta, mi hermana Daulton, en el Nombre de Jesús.
Sana a mi hermana, Padre, en el Nombre de Jesús.
Sana a mi hermano, Señor, en el Nombre de Jesús.
223 Ahora, Él tiene cuidado; Ud. también lo tiene, hermano. Vaya alabándole y dele gracias a Él, en el Nombre de Jesucristo…?… Concédelo, Señor, muchas han sido sus cargas; aligéralas ahora, Padre, en el Nombre de Jesucristo, sana a nuestro hermano.
224 Envía misericordia sobre ella…?…
225 Dios, concede la sanidad de mi hermana, aquí. La veo parada en la puerta, esperando, el Espíritu Santo a su alrededor. Dios, que ella vaya y te crea. Concédelo, Padre.
En el Nombre de Jesús, que él se vaya libre, Padre.
Dios, en el Nombre de Jesucristo…?…
En el Nombre de Jesús, oro que Tú sanes a mi hermana.
En el Nombre de Jesús, sana a esta, mi hermana.
Dios, en el Nombre de Jesucristo, sana a mi hermano.
Dios, en el Nombre de Jesucristo…?…
Dios, haz que mi hermano esté bien, en el Nombre de Jesucristo.
Dios…?…pase por…?…poder lo sanará.
226 ¡Oh, Dios!, sana…?… y muéstrale a ella…?… un lugar aquí. Hazlo que baje, Señor, y que ella sienta el poder de Dios, en el Nombre de Jesús…?…
Dios, sana a nuestro hermano, Señor, y que esté bien.
En el Nombre de Jesucristo, sana a nuestra hermana, Dios.
227 Dios, sana…?… ella Te ha visto hacer tantas cosas. Concede ahora que todos sean…?…
Sana…?… Señor, Te pido misericordia, querido Señor Jesús.
228 Dios, sana esto…?… haz que se recupere…?… Señor, y muchas han sido sus penas y las compartimos. Ahora, que ella sea…?…
En el Nombre de Jesús, sana a esta, mi hermana, Señor.
Sana a mi hermano, en el Nombre…?…
Dios, sana a este, mi hermano, y haz que se recupere…?…
Sana a nuestra hermana, Señor, en…?… Jesucristo
Sana a mi hermana, en el Nombre de Jesús.
Sana a mi hermanito, en el Nombre de Jesucristo.
Dios, sana a este, mi hermano, en el Nombre de Jesucristo.
Dios, en el Nombre de Jesucristo, sana a este, mi hermano.
Dios, sana a mi hermana, en el Nombre de Jesús que sea sana.
229 Dios, sana a este, mi hermano, que él, en el Nombre de Jesucristo sea…?…
¡Oh, Dios!, sana a mi hermana, en el Nombre de Jesucristo.
230 Sana a mi hermana aquí, Señor, en el Nombre de Jesucristo, que vaya y…?…
231 Dios, concédele su petición, en el Nombre de Jesucristo, yo oro para que concedas esa petición.
232 Dios, la Hermana Simmon, que la gracia y la misericordia de Dios, mientras ella ha esperado por esta hora, el momento en que ella puede derribar…?… Y que pueda ser sana…?…
233 Dios, el Hermano Ungren…?… Dios, él tiene una voz dorada, sonando la trompeta el Evangelio. Guárdalo sano, Dios; concédelo, en el Nombre de Jesús.
234 Dios, nuestra Hermana Kidd está invocando el Nombre de ese…?… Pido que Tu poder la libere ahora…?… con sinceridad esta pequeña madre…?…en siete días debería estar con su madre. Concédelo, Padre, en el Nombre de Jesucristo.
235 Dios, por sus hijos, ¡oh, Dios!, están vagando, y muchos de ellos están enfermos, y esa niña está enferma, y…?… ¡Oh, Dios!, ruego que Tú lo concedas, en el Nombre de Jesucristo.
236 Estoy muy agradecido por el Hermano Tom, Señor, pido que Tú lo sanes y lo ayudes. Bendito sea el Nombre…?…
237 Hay un hombre aquí abajo…?… ¿También quiere recibir la oración, hermano? Señor Jesús…
[Cinta en blanco.—Ed.]
Él cuida de ti,
Él cuida de ti,
Por sol o tiniebla,
Él cuida de ti,
Él cuida de ti,
Entonces, arroje sobre Él sus cargas.
Él cuida de ti;
Por sol o tiniebla,
Él cuida de ti.
238 ¿Cuida Ud. de Él? ¿Cuida Ud. de Su Palabra? Amén. Que el Señor los bendiga. Inclinemos nuestros rostros un momento. Creo que he respondido estas peticiones. Respondí las peticiones, ¿no es así? A cada uno de Uds.
239 Hace un rato cometí un pequeño error en la reunión, estoy seguro de que alguien lo notó. Y el Señor me lo acaba de señalar ahora en alguna parte. Dije algo cruzándome con alguien cuando lo dije para otra persona. No puedo—no puedo ver a la persona donde estaba, pero fue alguien a quien le di una bendición que era para alguien más. Y yo… Ellos pasaban muy rápido, y yo no me daba cuenta. Y no lo hice… Sí, así fue, ahora lo veo. Es este hombre y esta mujer sentados aquí. Si no me equivoco, les estreché la mano anoche en una—en una habitación de motel, o algo así, en el patio de un motel, aquí en el JeffersonVilla. Le dije algo al hombre, le dije “hermana” en vez de “hermano”, cuando Ud. pasó por aquí. ¿Se dio cuenta de eso? Lo decía para su esposa. Ahora, ella ha tenido problemas por un tiempo, problemas intestinales durante mucho tiempo. Ud. es de Illinois. Sra. Mongaland, así es, ese es su nombre. Ahora, sabe que yo no la conocía, pero ahora Ud. está en contacto. Crea Ud. con todo su corazón, y habrá una eliminación completa y normal como siempre lo ha sido, si Ud. lo cree. Para que Ud. vea que todo el tiempo, ahora yo…
240 Lo único que sé es que anoche recuerdo que pensé que el hombre tenía un pelo muy bonito, con la partidura en el medio, este hombre canoso sentado aquí. Simplemente miré, y allí estaba esa Luz que brillaba así alrededor sobre ellos. Y eso fue. Y entonces vi la visión que se abrió. No sé quiénes eran ni nada de eso. La señora estaba allá anoche, le dije: “¿Va a venir a la reunión?”. Ella dijo: “Sí”. Pero la gracia de Dios trajo eso de nuevo, y esa era la persona. ¿Se dio cuenta en la línea de oración, hermano, que se dijo algo que se cruzó? Era para la hermana y no lo suyo. Eso, así es, era para—para la hermana allí.
241 Ahora es para que Uds. puedan saber que, por esa línea de oración, ese Ángel del Señor estaba allí. Eso puede discernir. Pero a medida que uno habla, eso debilita, debilita, debilita. ¿Ven? Así que, Él cuida de Uds., y yo—yo me intereso por Uds. Yo hubiera podido seguir con cuatro o cinco más, y entonces, cuando menos lo piensan, Billy me estaría sacando del púlpito. Pero pensé que si, ciertamente, yo—yo he vivido aquí con Uds. todos estos años, y alrededor por la nación, Uds.—Uds. saben que los amo. ¡Oh, los amo como si fueran mis propios hijos!, y Uds. son mis hijos en el Evangelio. Yo los engendré en Cristo, por medio del Evangelio. Y ahora creo que estas, esta petición y demás, la he contestado.
242 Ahora, yo los amo. Y pensé que si yo fuere a imponerles las manos, y Uds. vieran que fue el Espíritu Santo que estaba haciendo eso, y luego comenzara un enredo en la reunión por algo así; que me equivoqué por ir tan rápido, y pronuncié una bendición sobre otro, pero luego el Espíritu Santo de inmediato se dirigió a eso después de terminar la reunión y lo mostró de nuevo. ¿Ven? ¿No lo ven?, ¡a Él le importa! Ahora, ¿le importará a Ud.? ¿Le interesa a Ud. lo suficiente para decir: “Desde este momento en adelante, hay algo en mi corazón que me dice que mis problemas han terminado; estoy—estoy bien, voy a estar bien”? ¿Lo creen? Levanten las manos: “¡Yo Lo creo!”. Dios los bendiga.
Por sol o tiniebla,
Él cuida de ti.
243 Este es un gran festín de amor. Cantémoslo y estrechemos las manos el uno al otro.
Él cuida de ti,
Él cuida de ti;
Por sol o tiniebla,
Él cuida de ti.
244 Los he retenido demasiado esta mañana hasta que yo—yo… Mi pastor no predica tanto como yo. Él les traerá el mensaje esta noche, y les haremos saber si habrá servicio para el próximo domingo bajo el… ese título. Si no lo hago, como sea habrá servicio. Así que para todos, el Señor los bendiga, a cada uno. Creo que hay un servicio de bautismo que sigue en este momento.
245 Entonces, si se ponen de pie por un momento, para despedir. Vamos a cantar eso otra vez. “Pon tus preocupaciones sobre Él, porque Él cuida de ti”. Y ahora, si Uds. tienen cuidado de Él, digamos: “Señor, yo…”. Cuando Uds. hacen esto, están—están haciendo esta declaración: “Señor, sé que Tú cuidas de mí. Y estoy levantando mis manos, de que yo cuido de Ti”. Y levantemos nuestras manos en este festín de amor de la caridad, mientras cantamos.
Él cuida de ti,
Él cuida de ti;
Por sol o tiniebla,
Él cuida de ti.
246 Ahora, al inclinar nuestros rostros, digan…[El Hermano Branham tararea Él cuida de ti.—Ed.] ¡Oh, la dulzura de mi Señor! ¿No sienten Su amor que los acerca a Él? Digan: “Y, Señor, yo te amo. Te amo. Tú tienes cuidado de mí, Señor. Te importa tanto que, cuando yo era pecador, moriste por mí. Fuiste herido por mis pecados, por Tus llagas fui curado”.
Él cuida de ti,
Él cuida de ti;
Por sol o tiniebla,
Él aún cuida de ti.
247 Solo recuerden eso ahora mientras inclinan la cabeza. Voy a pedirle al Hermano Edwards que nos despida con una oración. Pero, primero, vamos a tararear eso otra vez. [El Hermano Branham comienza a tararear, Él cuida de ti.—Ed.] Recuerde: por sol o tiniebla, Él aún cuida. Él tuvo cuidado. ¿Tendrá Ud. cuidado? Diga: “Sí, Señor, prometo que tendré ese cuidado. Lo haré de ahora en adelante. De aquí en adelante, me importa. Me importa mi testimonio”. [El Hermano Branham continúa tarareando Él cuida de ti.] “Él cuida de ti”. Hermano Edwards.

 

 

El Mensaje del Atardecer