59-1220PM - IDENTIFICADOS CON CRISTO
20 de Diciembre de 1959, Jeffersonville, Indiana, E.U.A.
1 Muchas gracias. Estoy muy contento de estar aquí nuevamente, en el Nombre del Señor. Para comenzar estoy un poco ronco, pero el Señor me permitirá colocar la segunda marcha después de un rato. Pues, estuve hablando mucho esta semana en la reunión. Y había muchas preguntas por contestar. Luego salir del edificio, caluroso. Y esto… no tengo un resfriado fuerte. Y no me he sentido mejor, en mi vida. Pues, me siento bien, pero he sobrecargado la garganta. Y estará bien. Así que, quiero agradecerle a cada uno de Uds. por todo lo que han hecho.
2 Quería encontrar… cuando llegué conduciendo hace unos minutos, Billy y otros estaban afuera, buscando la pequeña familia que había venido y que se quedó sin dinero, y no podían regresar. Si aún están en el edificio, quiero que algunos… levanten la mano, o algo así. Yo—yo quería participar en eso, personalmente. Así que, esa pequeña familia de Michigan o de algún lugar, que—que se quedó sin gasolina o algo, o dinero. Si Uds.—si Uds. aún están aquí en la ciudad… Si los ven después de la reunión, pásenlos por mi casa. ¿Ven? Quiero participar. Eso—para eso—para eso estamos aquí, para darles una mano, a todo el que podamos. Bueno, ahora, que el Señor Jesús nos bendiga es nuestra oración.
3 Ahora, esta ha sido una semana inusual, y tuvimos algunas cosas inusuales. Pero puedo decir que nunca he visto un momento en que el Espíritu Santo se haya movido con más libertad que esta semana, en el servicio, ha sido perfectamente maravilloso para mí. Y cuando llego en la noche, a veces es la una de la madrugada antes de poder conciliar el sueño. Solo me regocijo al pensar en lo bueno que el Señor Jesús es con nosotros. Y ahora, yo…
4 Cualquiera de Uds. que anden por aquí en la ciudad, o en los alrededores, que aún no tengan una iglesia, una iglesia local, son bienvenidos aquí, para venir en cualquier momento y hacer de esta su hogar. Recuerden, nosotros no tenemos membresía aquí, solo compañerismo para todos. “No tenemos”, como decía Howard Cadle, “ninguna ley sino el amor; ningún credo sino a Cristo; ningún libro sino la Biblia”. Así que, Uds. siempre son bienvenidos en este pequeño tabernáculo.
Que esperamos, si el Señor lo permite, tan pronto como podamos, construir una iglesia mejor, un lugar más—más sustancial. No tan grande, porque creemos que Jesús vendrá pronto, y no queremos nada muy complejo. Solo queremos algo… Este está a punto de caerse. Cumplió su propósito y estamos muy agradecidos por él.
Nunca lo olvidaré. Justamente donde está este púlpito ahora, hace como unos veinte años, me arrodillé en un viejo estanque, en malezas más altas que mi cabeza. Y el Señor dijo: “Construye tu iglesia aquí”. En un pequeño terreno, fuimos a los Ingram y lo conseguimos por ciento sesenta dólares, si nosotros lo llenábamos. Este era el estanque de hielo donde todos patinábamos.
5 El Hermano Jess Spencer seguramente lo recuerda, esto aquí era un estanque, él y la Hermana Spencer. Supongo que Uds. lo recuerdan. Antes pasaban con los caballos y los conducían por este lado para que no se metieran en el estanque.
Yo era un muchachito aquí en la escuela Ingramville. Esto era un estanque; veníamos aquí y patinábamos en el hielo, y—y jugábamos al hockey y todo lo demás, en el estanque. Hermano Mike, Ud. recuerda cuando esto era un estanque. [El Hermano Mike dice: “Sí”.—Ed.] Sí, señor. El Hermano Roy, allá atrás.
Y ahora, donde estaba el estanque, solo nos queda una parte, está justamente aquí atrás. Es donde bautizamos a la gente en el agua para remisión de su pecado. Y ahora, esto…
6 Saben, cuando Uds. traen preguntas, y cuando uno—uno tiene algo que quiere presentar, pues, es un problema porque se tiene una congregación mezclada. A la gente se les ha enseñado de una manera u otra. Pero cuando uno puede explicarlo, incluso en contra de lo que fueron enseñadas, y la dulzura de su espíritu se refleja, eso para mí es piadoso.
No quiero mencionar un nombre en particular. Pero un cierto médico, de fuera de la ciudad, estuvo recién conmigo en la habitación allí, un doctor en medicina, supongo. Y, dijo que por años él había estado medio enredado en eso. Él leyó un libro escrito que trataba sobre eso, contrario a lo que yo enseñaba. Pero, dijo que, desde que él ha estado sentado en la reunión y ha visto los hechos de la Escritura en su lugar, eso resolvió el asunto para siempre.
7 Tiempo atrás, me reuní en el cuarto con algunas personas de fuera de la ciudad, de Illinois. Y había como cuatro ministros, tres o cuatro ministros. Y dijeron: “Hermano Branham, hemos enseñado lo contrario, toda nuestra vida, pero ahora captamos la visión y vemos lo que realmente es la Verdad. Nos habíamos preguntado cuál era”. ¿Ven? Y ahora, eso, ¿ven?, eso es que ahora lo que estamos…
8 Lo que es, hermano, no piense Ud. que eso rebaja a alguna iglesia o a alguna persona. Eso solo hace subir la Iglesia. ¿Ven? Y entonces unidos es que debemos pararnos. Debemos pararnos unidos. Cuando esos…
Cuando Dios se repartió en Pentecostés, dividiendo la Columna de Fuego en pequeñas columnas de Fuego, y fue y se posó sobre la gente, y el Espíritu Santo descendió sobre ellos, si Dios se dividió entre nosotros, cada vez que alguien se agrega a nosotros, eso acumula más alrededor de esa Columna, cada vez. Y juntos, cuando toda la gran Iglesia de Dios rescatada sea reunida, tomaremos un viaje por el cielo, no hay duda de eso.
9 Nunca he querido separar ni sembrar discordia entre los hermanos. He hecho todo lo posible para ser lo más amable que he podido, para comprender. Y—y otros hombres, si ellos… iglesias que patrocinan mi reunión. Entonces si son… Ellos difieren entre sí, pero me aman y patrocinan mis reuniones. Y al venir entre su gente, yo ciertamente no diría alguna cosa. Un—un caballero no haría eso, mucho menos un Cristiano. Claro que no.
Y luego si alguna vez llego a tener reuniones en carpa; lo cual tengo pensado hacer, si el Señor lo permite, algún día. Luego, yo—yo, antes de enseñar cualquier cosa de estas enseñanzas, primero habrá cultos por la mañana con los pastores por varios días, para informarles lo que voy a enseñar. Y luego, si ese hermano no lo entiende y no está de acuerdo, el hermano que sea, entonces que tome su congregación, diga: “Pues, yo no quiero que Uds. oigan esto. Nos vamos a ausentar mientras enseñan Aquello”. ¿Ven? Y darles el privilegio. Siempre queremos estar en armonía con Dios y con Sus hijos, con todos.
10 Entonces, ahora tengo una pregunta que contestar esta noche, si el Señor permite. Y pensé en que tal vez daría respuesta a esta pregunta, previamente. Creí que tenía otra aquí, pero era un sueño que alguien había dado, y quería que yo orara por eso y que diera la interpretación. Pues, el Señor ha sido muy amable con nosotros en hacer eso, muchas veces.
11 Ahora, queremos que sepan antes de comenzar el servicio, que todos Uds. están invitados cordialmente a cada reunión, cada vez que tengamos una; y de Louisville, de fuera de la ciudad, de la ciudad y los alrededores; estos buenos ministros; el hermano de Sellersburg; los cantantes; esa dama, sea quien sea, que cantó aquí hace rato, y el pequeño. Realmente les agradecemos mucho. Yo—yo estaba hablando con algunos hermanos allá atrás, y ni siquiera tuve la oportunidad de ver quién era, y qué era, pero vaya que lo oí. Y fue hermoso, y en realidad agradezco ese esfuerzo. Ahora vamos a…
12 Anoche se me pasó esto. Mi hijo me la metió en el bolsillo. Una persona preciosa la había escrito. Y, pues, recuerden, estas preguntas no son para diferir. A veces podría ser que cuando las escriben, suenan como si fueran para diferir, pero es un corazón sincero queriendo hallar respuesta. ¿Ven? Así es como siempre lo abordamos, una persona realmente sincera queriendo saber lo que es correcto.
13 Bueno, hace un tiempo aquí, fui a un hogar para tener una reunión de oración. Y el Hermano Junior Jackson, lo oí hace un rato o eso creo, él me acompañaba. Y él había terminado de hablar. Y había un ministro de otra iglesia. Y tan pronto como me cedieron la plataforma, él se levantó de un salto y comenzó, quería discutir conmigo. Bueno, sucedió que había como cinco ministros allí, y todos a la vez se le iban a ir encima al hombre. Les dije: “No. No hagan eso. Pues, él—él me desafió a mí, entonces dejen que él y yo lo hablemos”.
Bueno, él comenzó: “Nosotros hablamos donde la Biblia habla; callamos donde Ella calla”, y así. Y siguieron de largo. Y en unos momentos… Yo anotaba las Escrituras que él citaba mal, colocaba mal. Dijo: “Solo eran—solo doce personas llegaron a recibir el Espíritu Santo. Esos eran los apóstoles. Y la sanidad Divina solo fue para aquellos doce”, y cosas así. Entonces, ¿ven Uds.?, él solo falló el blanco por un millón de millas. Entonces, después de… después que yo… Después de que él habló como por media hora, yo lo cuestioné… Y él dijo que yo era el diablo.
14 Y entonces, después que terminó de hablar, le dije: “Bueno, lo primero que quiero decir, hermano, es que lo perdono por eso, porque Ud. no quiso decirlo; sé que no. Porque si Ud. es ministro y yo soy ministro, debemos ser hermanos”. ¿Ven? Y luego dije: “Ahora, malentendernos el uno al otro en la Escritura es algo diferente”.
15 Y después comenzamos a ver la Escritura. Y el pobre quedó tan perdido en un minuto, que no sabía dónde pararse ni qué hacer. Luego, se enredó tanto que no supo qué hacer. Y él, no obstante, cuando salió del edificio esa noche, dijo: “Una cosa diré, Hermano Branham: Ud. tiene el Espíritu de Cristo”. ¿Ven?
Y pensé: “‘El diablo’ hace unos minutos, y ahora ‘el Espíritu de Cristo’”. Solo es la forma en que uno lo aborda; es todo. Cristo no discutía.
16 Ahora—ahora el hombre, por cuanto hizo eso, le sucedieron cosas horribles; por poco pierde la mente. De un sanatorio o algo, saltó por una ventana y casi se mata. Y ahora está acudiendo a unos buenos amigos míos. Él está buscando todos los días el bautismo del Espíritu Santo. Quiere venir a mi casa, que se le impongan las manos para que reciba el Espíritu Santo; un predicador de una gran iglesia denominacional. ¿Ven?
17 Por tanto, con un corazón sincero, contestamos las preguntas de la mejor manera que podemos.
18 Y ahora leeré esta pregunta, escrita muy amablemente.
1. Hermano Branham, ¿por favor explique por qué las personas en Hechos 2:4 hablaron en otras lenguas o idiomas, incluso antes de que la multitud se juntara en Hechos 2:6?
Esa es la primera pregunta. Sí. De hecho, creo que es la misma persona. Sí, es la misma persona.
19 Bueno, pues, si Ud. observa, hermano, hermana, quienquiera que la escribió. No dice ni una palabra de que ellos bajaran las escaleras, desde el piso de arriba. Y el gentío no estaba arriba. Pero cuando bajaron a los atrios donde se juntó la multitud, es cuando los oyeron a ellos hablar en lenguas. ¿Ven? ¿Ven?
20 Ahora, Ud. podría decir: “Bueno, ellos sí hablaron allí arriba”.
Y si fuera un debate o una discusión, Ud. tendría el mismo derecho a decir: “Ellos no hablaron hasta que bajaron acá, porque ‘Cuando se oyó esto afuera [La Biblia en inglés.—trad.]’”. ¿Ven?
Ahora, otra cosa aquí que tiene relación con eso.
2. ¿Podría Ud. explicar cómo fue que Simón sabía que el Espíritu Santo había sido dado en Hechos 8:18? Eso fue en Samaria.
21 Bueno, hay algo: él no se dio cuenta que ellos tenían el Espíritu Santo porque hablaron en lenguas, o eso no lo dice la Biblia. Ellos solo vieron los resultados. Nadie puede recibir el Espíritu Santo sin que algo les suceda. Así es. Pero no dice que ellos hablaron en lenguas allí, por lo tanto, debe haber sido otra cosa que él vio aparte del hablar en lenguas, porque no menciona que ellos hayan hablado en lenguas.
3. Y explique cómo es que sabemos que algunas personas en el Día de Pentecostés hablaban galileo.
22 La mayor parte de ellos allí eran galileos. Y todos ellos… Bueno, como dije esta mañana… Ahora, tenemos dos cosas, dos pensamientos. Pues, voy a tomar el lado de que la gente hablaba en lenguas; la gente no hablaba en lenguas, sino en idiomas, cuando salieron del aposento alto y comenzaron a encontrarse con la gente. Pero si Uds. leen la Escritura, pues escuchen atentamente.
…¿no son galileos todos estos que hablan?
Y ¿cómo…les oímos—cómo…les oímos hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
…¿no son galileos todos estos que hablan?
23 Pudieron haber estado hablando en galileo, pero ellos los oían en otro idioma. Pudo haber sido que hablaban en otro idioma, su propio idioma. De cualquier manera, no importaría; con todo, no justifica el pensamiento pentecostal. ¿Ven? Porque… Escuchen. Aquí está el porqué. No es para decir algo diferente, sino solo para aclarar un hecho. Si Uds. se dan cuenta, ¿por qué se levantó Pedro en ese momento y le habló a toda la multitud, y cada uno de ellos lo oyeron en el idioma que él hablaba? Porque, tres mil se convirtieron, judíos acérrimos, obstinados en su religión a más no poder. Pero deben haber tenido, entendido cada palabra que Pedro predicó sobre los profetas y lo demás, trayendo hasta Pentecostés. Porque ellos gritaron y dijeron: “Varones hermanos, ¿qué haremos para ser salvos?”.
Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de su pecado”.
24 Ahora solo permítanme decir esto, con—con el… todo el corazón, para que Uds. vean el… lo que quiero mostrarles. Ciertamente, yo creo en hablar en lenguas. Creo que es un don para la Iglesia. Yo creo que hay una lengua. Yo mismo he hablado en lenguas, muchas veces.
25 Permítanme darles un pequeño caso de lo que yo creo que fue Pentecostés. Y luego voy a… algo similar, bueno, o algo así. Estuve en Dallas, Tex-… Houston, Texas, poco antes de que se tomara esta foto, aproximadamente un día. Pudiéramos haber ocupado el Music Hall; teníamos a ocho mil. La gente no cabía, así que fuimos al tabernáculo de Raymond Richey. No recuerdo exactamente… Era un tabernáculo grandísimo. Y—y lo llenamos por completo. Y yo predicaba y oraba por los enfermos, aquí. Luego, mientras los despedían, yo iba y predicaba y oraba por estos de acá, donde Raymond Richey, al otro lado del río.
26 Y entonces cuando estábamos allá, preparándonos para regresar al Music Hall, yo… Howard me había dejado llegar hasta el límite que yo podía aguantar. Y él me tocó en el hombro, me dio una palmadita en el lado. [El Hermano Branham se da palmaditas.—Ed.]
Si Uds. han notado, en el cuarto, cuando la unción está presente, me dan una palmadita así. [El Hermano Branham se palmea a sí mismo.—Ed.] Eso significa: “Es hora de parar. No digas nada más. Vámonos”. Y Howard, sucedía que yo estaba parado allí, él simplemente me tomaba de la mano, me arrojaba sobre su hombro y salíamos. ¿Ven? Porque él sabía que yo ya estaba exhausto.
Bueno, ya me iba de la plataforma cuando él me dio una palmadita. Dije: “Está bien, hermano”. Ya dejábamos la plataforma y una niña, una muchachita, estaba de pie allí llorando. Una pequeña mexicana, parecía que tenía como doce, catorce años, solo era una adolescente. Y la miré, y le dije: “¿Qué pasa, cariño?” Dije: “Ella está llorando, Howard, porque…”
Dijo: “Ya es suficiente. Tienes otro grupo allá, esperando”.
Y dije: “Tráiganla aquí”. Y solo me acerqué, hice un gesto así. Y ella vino a la plataforma. Pues, creo que el Hermano Wood y los demás estaban presentes. Estaban en la reunión. No sé si en ese momento o no. Hermano Wood, ¿dónde está Ud. esta noche? [El Hermano Banks Wood dice: “Aquí”.—Ed.] Fue… ¿Es así? [“Así es”.] Sí, Ud. estaba allí. Y dije: “Tráiganla a la plataforma”.
Pues, dije: “Mira, cariño. ¿crees que Dios es capaz de decirme cuál es tu problema?”. Y ella solo mantuvo su cabecita inclinada. “Bueno” pensé, “quizás sea sordomuda”.
27 Luego, miré otra vez. Vi que era el habla. Y dije: “¡Oh!, ella no puede hablar inglés”. No podía hablar ni una palabra de inglés. Pues ella era de México. Así que pidieron que viniera un intérprete. Y dije: “¿Crees, cariño, que el Señor Jesús puede decirme cuál es tu problema?”.
Bueno, ella respondió al intérprete, y dijo: “‘Sí’. Ella lo creía”.
Y dije: “¿No puedes hablar nada de inglés?”. Y el intérprete se lo dijo.
Ella dijo: “No”. Ella no entendía ni una palabra de inglés. Era de México. Y entonces cuando yo…
28 Entonces la visión comenzó. Y dije… Ellos no interpretan la visión, ¿ven?, porque uno está hablando constantemente. Nunca interprete una visión, pues, hasta que haya terminado, y luego les dicen lo que sucedió. Entonces, cuando comencé a hablar, vi una visión. Dije: “Veo a una niña de unos seis años. Ella usa un vestido a cuadros escoceses, con melenas de pelo negras sobre la espalda, y adornadas con cinta. Ella está sentada junto a una chimenea antigua. Hay una caldera grande y de allí está comiendo maíz amarillo. Comió tanto maíz que se enfermó violentamente. Ella cae y su madre la acuesta en la cama y sufre ataques epilépticos. Y eso es lo que le ha sucedido a ella. ¿Ven?” Dije: “Has tenido epilepsia desde entonces”.
Y rápidamente, antes de que alguien dijera algo, ella miró al intérprete, dijo en su propio idioma: “Pensé que él no podía hablar español”.
Y el intérprete dijo: “¿Habló Ud. español?”.
Dije: “No, señor. Hablé inglés”.
Él dijo: “Bueno, ella dijo que Ud. habló español”.
Lo capté. Dije: “Paren las grabadoras”. Había una gran cantidad de grabadoras, tal vez treinta de ellas, en esos días.
Hermano Roy Roberson, ¿no estaba Ud. allí? [El Hermano Roy Roberson dice: “Sí”.—Ed.] Sí. El Hermano Roy Roberson y la Hermana Roberson y ellos, estaban allí.
29 Así que, dije: “Paren las grabadoras. Toquen la grabación”. Y en realidad era en inglés. Pero, ¿ven?, luego cuando comencé…
Mientras la visión continuaba, yo hablaba inglés pero ella lo oía en español. “¿Cómo, pues, les oímos a cada uno en nuestra propia lengua, en la que nacimos”? ¿Ven? Y, pero tan pronto como comencé a hablar, yo mismo, entonces ella no oyó nada de lo que dije. Pero mientras la inspiración estaba en acción…
30 Ahora, tan solo apliquen eso a Pentecostés. ¿Ven? Amigo, Dios es mi juez. El Espíritu Santo hizo eso. Ahora apliquemos eso allá a Pentecostés, para nuestra comprensión. El Espíritu Santo no haría nada solo—solo para decir que Él lo hizo. Tiene que haber una causa y una razón. ¿Ven?
31 Bueno, en ese día: “¿Cómo oímos a cada hombre en nuestra propia lengua, en donde nacimos? ¿No hablan todos estos galileo?”. ¿Cómo sabían que eran galileos, si ellos no hablaban galileo? Todos ellos se vestían igual. ¿Cómo sabían ellos que eran galileos? “¿No son todos estos que hablan, galileos? Y ¿cómo, pues, oímos a cada hombre en nuestra lengua, en la que nacimos?”.
32 Luego, se para otro hombre, un galileo, Pedro, y comienza a predicarles a ellos. Y de alguna manera u otra, en esa multitud de personas, tres mil almas lo entendieron a él, y vinieron y se convirtieron, y Le dieron sus vidas a Cristo.
33 Escuchen ahora. Déjenme llevarlos a una Escritura más, por favor. Vayamos al gran San Pablo, y luego leeremos el capítulo 12 de Primera de Corintios. Y luego pasemos al capítulo 13 de Primera de Corintios, cuando Pablo habla de: “Si los oídos le dicen a la nariz: ‘No te necesito’”, y lo demás, los miembros del Cuerpo. Luego en el capítulo 13—13, escuchen ahora lo que dijo.
34 Bueno, sabemos que hay dos clases de lenguas diferentes mencionadas en la Biblia. Una de ellas es un idioma, que es—es un dialecto de la tierra. Bueno, la otra es una lengua desconocida.
35 Bueno, muchos de mis amados hermanos… Yo les he dicho a Uds. que soy de Pentecostés. Ahora, la mayoría de mi gente cree que, que cuando reciben el Espíritu Santo, simplemente se levantan y hablan en una lengua desconocida. Eso exactamente es contrario a la Escritura. Entonces la gente no sabe lo que está diciendo. Pero, en el Día de Pentecostés, todos sabían lo que decían. Ese fue el punto de partida, a cada nación. ¿Ven? Jesús dijo: “El Evangelio debe ser predicado a todo el mundo, comenzando en Jerusalén”. Allí es donde tenía que ser así.
Pues fíjense. Pablo dijo que: “Una lengua, si uno hablara en ella, la lengua desconocida que es el don de lenguas, a menos que sea por interpretación o por revelación, que eso no sería de mucho beneficio”.
Y luego vemos que, en el capítulo 13, él dijo: “Aunque yo hablase en lenguas humanas” eso es dialectos de la tierra, “o Angélicas. Aunque yo hablase en lenguas humanas o Angélicas, y no tengo caridad, nada soy”. Así que uno podría hablar en lenguas humanas genuinas y de Ángeles, y aún así no tener el Espíritu Santo.
36 ¿Qué no acabamos de verlo, en Hebreos 6? “La lluvia cayó sobre el trigo y los abrojos”. ¿No dijo Jesús: “La lluvia viene sobre los justos e injustos”? ¿Ven? La misma lluvia que hace que el trigo crezca, es la misma lluvia que hace que la—la… crezca. Pero por el fruto de eso lo conoceréis.
Y el primer fruto del Espíritu es el amor. Lo que Pablo dijo: “Si tuviera—si yo tuviera todo, poder hablar en toda clase de lenguas y no tengo amor, paciencia, bondad, fe, paciencia y lo demás, de nada me sirve”. ¿Ven?
37 Y luego fíjense en cuanto a los dones. Ud. dice: “Oh, ese es un gran hombre de Dios. ¡Oh, él obra milagros!”. Aun eso no significa que él esté correcto.
38 “Aunque tuviera un don de milagros” dijo Pablo, en Primera de Corintios, algo de esa índole, “aunque tuviera fe hasta poder mover montañas, y no tengo esos frutos del Espíritu, amor, todavía nada soy”. ¿Ven? Porque, la fe hará cualquier cosa.
Por eso es que siempre digo: “Ud. no es sano por los méritos de su salvación. Su mérito… es sanado por los méritos de su fe, ‘si Ud. puede creer’”.
39 Ahora, vean: “Aunque yo hablase en lenguas humanas y Angélicas, y no tengo cari-…”, aunque él pudiera hacerlo, “nada soy”. Entonces, ¿ven?, uno no puede decir nada.
40 Bueno, para mis preciosos amigos metodistas. Tengo a dos sentados aquí, y en todas partes. Los tengo aquí, muchos de ellos. La iglesia metodista solía creer, allá en sus primeros inicios, que: “Cuando un hombre tenía suficiente religión y se santificaba hasta poder gritar, Lo tenía”.
El pentecostal decía: “Cuando él habló en lenguas, que Lo tenía”.
Y hoy en día, dicen: “Si uno tiene un ministerio de sanidad, Lo tiene”. Pero no hay nada de…
41 Escuche, amigo. No trate de depender y buscar sensaciones. En cambio, confíe en las realidades, ¿ven?, no en la sensación. El gritar está bien; el hablar en lenguas está bien; alabar al Señor está bien; la fe para los milagros está bien, todas esas cosas.
42 Y eso que se siente, algunos dicen: “¡Oh!, yo lo sentí como un viento recio”. Otro dice: “Sentí fuego en mi alma”. ¿Qué? Eso ni lo uno ni lo otro significa que esté correcto. Es lo que Ud. es, después de haberlo recibido, ¿ven?, eso es lo que cuenta. ¿Ven? Así que Ud. no puede basar Eso sobre alguna cierta sensación.
43 Bueno, sinceramente, así es como mejor lo entiendo. Ahora, puedo estar equivocado; si es así, entonces malentiendo la Escritura. Y si es contradictorio, bueno, yo no estoy tratando de ser contradictorio. ¿Ven? Sino que solo estoy dando mi versión de lo que creo que es verdad.
44 Ahora, hemos tomado bastante de nuestro tiempo aquí en esto, antes de comenzar el servicio regular. Y pues—pues no mencionamos estas cosas muy de seguido en el tabernáculo, por algún tiempo. Esta fue la primera vez, supongo, en bastante tiempo, tal vez en un año o dos, o algo así. Y quizás algunos de los nuestros han venido y dicen: “Pues, Hermano Branham, yo he—yo he tenido labios de tartamudo. Y he hecho esto; he hecho aquello”.
Yo he dicho: “Bueno, está bien. Eso está muy bien”.
45 Ahora, si Ud. quiere hablar en una lengua desconocida, yo creo que Dios le permitirá hacerlo. Pero según las Escrituras, Ud. todavía nada es hasta que venga el Espíritu Santo.
Luego, después de que venga el Espíritu Santo, entonces Ud. puede hablar en lenguas y tener… Dios simplemente tomará la naturaleza suya, la cortará de Ud., y lo hará el mejor siervo que Ud. pudiera ser. Él podrá hacer que Ud. predique el Evangelio. Él podrá hacer que tenga un don de hablar en lenguas. Él podrá hacerlo un profeta. Él podrá darle un espíritu de profecía. Él podrá. Es difícil decir lo que haría Él por Ud. O, Él pudiera hacer todas esas cosas por Ud. Pero lo primero, es estar seguro de que: “por un…” No una sensación. “Sino por un Espíritu, todos somos bautizados en un solo Cuerpo”. Y luego los dones provienen de ese Cuerpo, ¿ven?, hablar en lenguas y todo.
46 La cosa es que, si—si el nazareno viene a mí. Y Ud. dijera: “Hermano Branham, pues, allí está un nazareno y un metodista. Ellos dicen que recibieron el Espíritu Santo cuando gritaron. Dicen que ellos recibieron el Espíritu Santo”. Yo no digo que no lo recibieron.
Pero esto es en lo que yo me fijo: “Por sus frutos”.
Cuando se revela la Verdad, algunos de ellos se van contra a Ella con rencor: “Eso es el diablo”. Entonces el fruto muestra de dónde viene. ¿Ven? Muestra que ellos no Lo recibieron. Pero es a aquellos que están dispuestos a andar en Luz, a recibir la Palabra.
47 Hace algún tiempo, yo predicaba allá en Kentucky. Y afuera de la reunión, había un hombre que pertenecía a una iglesia que cree que los días de los milagros han pasado. Él tenía en la mano un farol. Y dijo: “Lo estaba esperando, predicador”. Un tío anciano y yo, que ya falleció.
Y dije: “Sí, señor”.
Él dijo: “Soy fulano de tal”.
Y le estreché la mano. Dije: “Me alegra conocerle, mi hermano”.
Y él dijo: “Solo quiero decirle que yo creo que Ud. está absolutamente equivocado”.
Le dije: “Bueno, Ud. tiene derecho de hacerlo, porque es americano”. Y él dijo… Bueno, ¿ve? y tenemos… Dije: “¿Equivocado en qué? ¿Se refiere Ud. a la sanidad?”. Dije: “¿Qué me dice de esa muchachita descalza que vino al frente ayer, anoche, la que tenía un bebé?”.
No tenía más de unos catorce años, ella misma, descalza. Con un pequeño y viejo… ¿Cómo se llama eso? Guingán, calicó o algún tipo de vestido. No sé nada sobre telas. Y—y ella tenía un bebé en la mano, y se acercó a mí. Y la gente miraba por la vent-… Y esta era la iglesia metodista, la iglesia metodista de White Hill, ya saliendo de Burkesville, Kentucky, donde yo nací. Y ella tenía este pequeñito. Y yo le dije: “Hermana…”
Yo había preguntado: “¿Hay alguien enfermo?”.
Y ella vino caminando por allí, pequeña, tímida, su pequeña cabecita inclinada. Y ella dijo: “Sí, señor, mi bebé”. Y el pequeñito se movía así.
Le dije: “¿Qué le pasa, hermana?”.
Ella dijo: “Tiene la tembladera”.
Y dije: “¿Tembladera?”.
“Sí, señor”.
Le dije: “¿Cuánto tiempo ha tenido esta tembladera?”.
Y ella dijo: “Bueno, desde que nació, ya casi tiene un año”.
Y yo dije: “¿Está Ud. dispuesta a dejarme cargar ese bebé?”. Allá en las montañas uno tiene que ser cauteloso en eso.
Y ella dijo: “Sí, señor”. Me puso al pequeñito en los brazos.
48 En mi corazón, solo me quedé quieto por un minuto. Dije: “Dios, si Tú vas a permitirme ganar a esta gente, entonces has algo por mí ahora”.
Y mientras lo sostenía en mi mano, dejó de temblar. Lo miré. Lo senté, en los brazos, jugué con él, y se sonrió y se rió conmigo. La miré. Y ella levantó… Tenía la cabecita inclinada, el cabello dividido y le colgaba por la espalda, con trenzas. Alzó la cabeza y las lágrimas le corrían por las pequeñas mejillas. Hombres rudos allí parados, con barba así de larga en la cara, y las lágrimas les corrían por las mejillas. Miré de un lado a otro. Dije: “Aquí está su bebé, hermana. Jesucristo lo ha sanado”. Y esas ancianas comenzaron a desmayarse y a caer al suelo, y les echaban agua en la cara y las abanicaban.
Y—y, pues, le dije: “¿Qué hizo eso?”.
Él dijo: “Sr. Branham, no puedo aceptar nada hasta que yo lo vea completamente”.
Dije: “Bueno, supongo que es una buena idea. Pero” dije, “quiero preguntarle, ¿dónde vive Ud.?”.
Él dijo: “Allá al otro lado de esta montaña, a cierta distancia. Vaya a casa conmigo para cenar esta noche, y le daré un poco de suero de leche y pan de maíz”.
Le dije: “Me gustaría ir, y tengo mucha hambre, pero” le dije, “no puedo hacerlo. Tengo que ir a casa con mi tío”. Y él… Dije: “Bueno, quiero preguntarle—quiero preguntarle algo: ¿Cómo sabe Ud. que va a llegar a casa?”.
Él dijo: “Pues, caminaré por esa montaña”.
Le dije: “¿Puede Ud. ver su casa?”.
Él dijo: “No”.
Dije: “¿Entonces cómo sabe Ud. que llegará allí?”.
Él dijo: “Hay una vereda que conduce allá”.
Le dije: “Pero, aun así, Ud. no puede verla. Y me acaba de decir que Ud. no podría aceptar ninguna cosa a menos que lo viera plenamente”.
“¡Oh!” dijo, “solo tomaré la luz y caminaré con la luz”.
Le dije: “Eso es exactamente lo que yo quiero lograr que Ud. haga”.
Así como alumbra el farol, caminen Uds. en la Luz como Él está en Luz. Llegaremos allí sin duda. Aunque yo no vea el final claramente, pero sé que estará allí.
Ahora vamos a orar.
49 Padre Celestial, estamos agradecidos Contigo por la bondad de Jesucristo, Quien es el centro del amor. Y yo antes pensaba que Tú estabas enojado conmigo, pero que Jesús me amaba. Pero ahora me doy cuenta que Jesús es el mismísimo corazón de Dios, así que yo—yo sé que Tú me amas y—y sufriste por mí.
50 Y, Padre, Dios, oro por este mundo hoy, y por nuestro país. Oro, Señor, pidiendo perdón de mis propios errores y por los errores de mi pueblo, las personas que Tú me has dado para pastorear. Y oro que Tú las bendigas, y a cada una de las personas que han estado en esta pequeña reunión, las que hicieron preguntas. O—o tal vez yo haya dicho algo contrario a lo que ellos creen. Señor, yo mismo no puedo explicarlo. No puedo. Pero permite… ¿Podrías darles a entender, Padre, en mi corazón, a lo que me refiero? Por favor. Oro que Tú lo hagas. Bendícelos, juntos.
51 Bendícenos ahora mientras esperamos en Tu Palabra, solo por unos momentos antes del servicio bautismal. Ayúdanos a hablar lo que es correcto. Ayúdanos en este Mensaje esta noche, tengo la garganta un poco ronca. Pido que Tú me ayudes, querido Dios, y también que aun sanes a los enfermos y afligidos que están en medio del pueblo. Porque lo pedimos en el Nombre de Jesús. Amén.
52 Ahora, por favor, solo por los siguientes momentos, abramos en el Libro de Romanos, el capítulo 6.
¡Oh, esperen! Creo que tengo… Oigan, tengo muchas más pregu-… Saben, simplemente responderé estas el miércoles por la noche, si está bien. Terminé ya muy tarde. No vi estas allí sino hasta ahora.
Ahora, Romanos, el capítulo 6, leamos.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
¿O no sabéis que todos que…los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
53 Si yo tomara un texto esta noche, por unos veinte minutos, diría esto: “identificación”, Identificados con Cristo.
54 Saben, en el país hay mucha gente insatisfecha hoy. Y es sorprendente, al salir alrededor, pues uno encuentra mucho descontento. La gente casi no sabe lo que quiere hacer. Conducen por la carretera a unas setenta y ochenta millas por hora [112 a 128 km], en una zona de treinta millas [48 km]; pisan los frenos y doblan la esquina, y arrancan con tal velocidad que casi queman la mitad de las llantas, atraviesan una cuadra de ciudad, para sentarse y hablar un rato. Parece ser que la gente no sabe lo que quiere.
55 Algunos están tan trastornados que van a la farmacia y compran una botella de arsénico, una de ácido sulfúrico o algo así, y se suicidan. Los encuentran tendidos muertos. Algunos abren el gas en la habitación o se sientan en sus automóviles con una tubería para el gas de monóxido de carbono, queriendo huir de la vida. Algunos suben al puente, y escriben una pequeña nota y la colocan en su abrigo, y lo dejan en el suelo, y se lanzan a la muerte en el río; saltando de las montañas, torres altas. Y algunos toman una pistola y se la llevan a la cabeza, y en realidad se vuelan los sesos. Solo es que no están satisfechos.
56 Los hospitales están llenos de gente insatisfecha. Los manicomios están repletos. ¡Insatisfechos! Ellos no saben lo que quieren. Parece que hay algo que buscan, pero nunca lo alcanzan.
57 Y también encontramos que los hogares, que son la columna vertebral de la nación y—y de la iglesia, encontramos hogares divididos y tribunales de divorcio repletos de divorcios. La delincuencia juvenil, de—de madres que dejan a sus niños con niñeras y—y se van, salen a trabajar y a otras partes, cuando sus maridos tienen buenos trabajos, pero simplemente no están satisfechas de ser madres y quedarse en casa. No están satisfechas de vestirse como damas. Ellas—ellas quieren vestirse como hombres. Los hombres quieren ser como las mujeres. Y ellos simplemente… Parece que algo anda mal, en alguna parte. Y la gente en busca de algo y no pueden encontrarlo. Es una condición lamentable estar así.
58 Han buscado en todas partes queriendo encontrar algo, para hallar un ejemplo. Veamos a las mujeres de nuestros días, ellas verán televisión hasta que vean a una cierta estrella de cine. O sea, saldrá vestida de cierta manera, y todas las mujeres querrán vestirse como ella o actuar como ella, la hacen su ejemplo. Algunas chicas bonitas, en la flor de la vida, intentarán imitar e intentarán que una estrella de cine sea el ejemplo que ellas deberían seguir. Y finalmente se encuentran enredadas en una jaula de pecado de la cual no pueden salir. ¡Qué lamentable! Al verlas llegar a la reunión, las lágrimas caen por sus mejillas, pero están en busca de algo.
59 Veamos a los hombres. Los hombres, uno los encuentra en la calle o en sus negocios. El anciano quiere ser adolescente. Se corta el pelo, con un corte plano, y se hace una—una cola de pato atrás. Él quiere ser adolescente. El adolescente quiere ser como uno de estos reyes del rock-and-roll. ¿Dónde terminan? En el pecado y la desgracia.
60 El hombre parece estar insatisfecho. Él corre por todas partes. Toman las… escuchan la radio por chistes y cosas que estos bufones hacen. Y salen e intentan imitar o—o actuar como esa gente.
61 Vean Uds. al muchachito en la calle. ¡Yo sí que lo sé! Y él tiene que ser un Paladín o un Hopalong Cassidy. O… Y el mundo comercial se apodera de eso y gana millones de dólares con eso. Ellos tienen que ser Roy Rogers, o un—un Sr. Dillon, o—o algún conjunto de programa de la televisión.
Están tratando de imitar a esa persona. Los consideran como un ejemplo. Los han tomado como su—su modelo de vivir. Y ¿qué encuentran al final del camino? Esos pequeños llegan a ser pandilleros y ladrones. Las mujeres llegan a ser prostitutas, y—y callejeras, y—y gente delincuente. Los hombres llegan a ser jugadores y “amantes de los deleites más que de Dios”. Las iglesias quieren imitar a la otra iglesia, a la iglesia grande.
62 Al parecer, vemos que no hay satisfacción entre la gente. ¿Qué hacen…?
¿Qué los hace hacerlo? Hay una causa. Es una naturaleza. Dios les dio esa naturaleza. Tienen una naturaleza que los hace querer tener algo con qué identificarse. Tienen que tener algo que desean imitar, un objetivo en la vida.
Ellos quieren ser una estrella de cine, o un vaquero, o—o algo por el estilo.
63 Escuché por la radio, llegando a casa, de un gran italiano, en Denver, que intentaba imitar a Hopalong Cassidy, o algo así, con un arma cargada. Y en lugar de eso, va a ser un Chester, el resto de su vida. Él se voló la rótula. Ahí lo tienen.
64 Pero ellos quieren encontrar algo con qué identificarse. La razón por la cual lo hacen es porque hay algo en ellos, y Dios los hizo así.
Pero Dios les hizo un ejemplo con el cual identificarse, y fue cuando hizo a Jesucristo para ser su Salvador. Ese es el ejemplo. Eso es lo que quiere la gente, debería querer identificarse con Jesús, ser como Él.
65 Si todos los niños pequeños que quieren ser Hopalong Cassidy o—o algunos de estos otros; o las muchachitas, las Annie Oakley y las demás; si solo quisieran ser como Jesús, tanto como quieren lo otro, las escuelas dominicales rebosarían, en todas partes. Si las mujeres que quieren ser como una estrella de cine, quisieran ser como Jesús, la iglesia, ¡oh!, nunca tendrían que recoger una ofrenda. Seguro.
66 Dios hizo al hombre con el deseo de tener un ejemplo. Y Dios le dio un ejemplo. Ese ejemplo es Jesucristo, que se identificara con Él.
67 Ahora, si nosotros fuéramos más como Él, entonces no habría tantos personajes grandiosos en el mundo. No habría niños hambrientos en el mundo. No habría whisky, ni andar bebiendo, ni juegos de azar. Dios nos dio un ejemplo para seguir, pero nos negamos a serlo. Pues, ese es el problema con el mundo. Ellos tienen el deseo, Dios se los ha dado, pero lo han torcido de la manera equivocada. Es hora de regresar nuevamente y tomar el camino correcto, y mirar al Calvario. La naturaleza lo demuestra.
68 Ahora, si la gente de este día, con ese gran deseo y gran ambición de ser como alguien, siguiendo un ejemplo, si ellos tomaran a Cristo como su ejemplo, entonces tendríamos… Podríamos despedir a todos los policías que hay en la nación. Todos serían mansos y humildes. Todos serían amables y tendrían amor fraternal el uno para el otro. Nunca se presentaría un caso de divorcio en nuestro país. Nunca habría una enfermedad. Aun podríamos despedir los hospitales, si todos trataran de hacer de Jesucristo su ejemplo. No necesitaríamos nada más.
69 Así que, esa naturaleza está en el hombre, pero él la coloca en el lugar equivocado. Él hace algún hombre… Y Uds. saben, la Biblia dice que: “Estamos malditos cuando hacemos de la carne nuestra esperanza. Cuando Ud. quiere convertir carne en su esperanza, o deposita su confianza en carne” dice la Biblia, “Ud. está maldito”.
¡Yo en verdad lo sé! Es tan fácil hacerlo.
70 Esto es lo que causa bastante de eso, es nuestros quioscos llenos de revistas indecentes; nuestras casas están llenas de posters de mujeres. Nuestras pantallas de noticias no tienen censura; están abiertas de par en par, pueden decir cualquier clase de chistes, o—o hacen cosas que son horrorosas. Ya no hay pureza entre nosotros. Sé que Uds. creen que soy demasiado duro con eso. Pero es… Alguien tiene que ser duro con eso. Simplemente debe hacerse.
71 Cuando era muchachito, yo leí el libro de Tarzán, de los monos. Mamá tenía una vieja alfombra de piel que la señora Wathen le había dado, colocada frente al tocador. Corté esa cosa y me hice un traje de Tarzán, y dormí en un árbol por una semana. Yo quería ser Tarzán. Luego cuando leí el libro del El llanero solitario, gasté una escoba, usándola de caballito de juguete, queriendo ser el Llanero Solitario.
72 Eso exactamente es lo que hace la gente. Es lo que Ud. lee, la música que Ud. escucha.
Entre Ud. a un restaurante, y esto vil del rock-and-roll, no es de extrañarse que la gente se esté volviendo loca. Eso basta para volver loco a un ser humano.
73 Pero, ¡oh!, yo estaré agradecido durante toda la Eternidad, porque un día leí acerca de Jesús. Eso me dejó satisfecho. Yo quiero ser como Él. Ese es mi deseo, poder volver la otra mejilla o caminar la otra milla. Ser capaz de perdonar cuando todo esté en contra de uno, no tener nada en contra de nadie. Aunque lo estén maltratando a uno con razón o erróneamente por las buenas acciones de uno, pero aún amarlos. Así es como yo quiero ser. Quiero ser esa clase de persona. Quiero ser capaz de que cuando sea injuriado, de no responder con injurias. Ese es el tipo de ejemplo que Dios nos dio en Jesucristo. Debemos estar identificados con Él. Estamos ide-…
74 “¿Cómo se identifica uno con Él?” diría Ud., “¿Hermano Branham? Pues, para llegar… uno tiene que vestirse como las estrellas de Hollywood y hacer estas otras cosas. Pero ¿cómo llega a identificarse uno con Jesucristo?”.
Primero, Ud. se arrepiente de lo que ha hecho. Y después Ud. se identifica con Él, aquí en el bautisterio. Sin duda, muchos se identificarán con Él, en unos minutos. En el bautisterio, Ud. se identifica con Él en el bautismo; “Porque si somos sepultados en Cristo, somos identificados con Su muerte, sepultura y resurrección”. Por eso es que somos bautizados. Bajamos al agua, nos levantamos para dar testimonio de que creemos en la muerte, el entierro y la resurrección de Jesucristo. Y si somos plantados a Su semejanza, en Su muerte, Dios nos dio una promesa: seremos semejantes a Él, en la resurrección.
75 Identifíquese Ud. con alguna reina del cine y mire dónde terminará. Identifíquese con algún vaquero o algún adolescente, y vea dónde terminará Ud.
Pero yo les reto, esta noche, a identificarse con Jesucristo, en Su muerte, en Su resurrección, y vean dónde estarán en la Resurrección. “Porque si sufrimos con Él, reinaremos con Él”. Dios nos ha dado la promesa. Todo mi deseo es ser como Él.
Tómame, ¡oh, Señor!, y moldéame y fórmame. Dame forma otra vez. Como el profeta que fue a la casa del alfarero, rómpeme y moldéame de nuevo.
76 En el Antiguo Testamento, cuando un hombre quería identificarse en la casa de Dios, él llevaba la cosa más inocente que podía encontrar, un cordero. Y él sabía que el cordero estaba libre de pecado, porque no conocía pecado. Y él iba y tomaba el cordero, y ponía la mano sobre su cabeza, y confesaba sus pecados. Y por fe, él le transfería sus pecados al cordero, y la inocencia del cordero hacia él. Y luego el cordero moría, porque era pecador. Y el hombre vivía, por un acto de fe, de obedecer lo que Dios dijo. ¿Pero qué hacía él? Salía de inmediato del templo con el mismo deseo que tenía cuando entró. Porque cuando ese glóbulo se rompe… Siendo que, la vida comienza en un solo glóbulo. Y cuando ese glóbulo se rompía, la vida del cordero no coincidía, ni volvía a la vida humana, porque era una vida animal. El hombre salía con el mismo deseo que tenía, así que, volvía a cometer pecados continuamente, todo el tiempo.
77 Pero llegó el momento en que Dios nos hizo un ejemplo, y nos dio al Señor Jesús. Y cuando un pecador pone las manos sobre Su cabeza preciosa, y confiesa sus pecados, y sus pecados son transformados o—o transferidos del pecador a Jesús; y la inocencia de Jesús es transferida, por el Espíritu Santo, de vuelta a esa persona: “Él es una nueva criatura en Cristo Jesús”. Ahí es donde yo quiero estar identificado. La Biblia dice: “Él, que no conoció pecado, fue hecho pecado por nosotros”. La razón por la que Él sufrió fue por nuestros pecados. Y es que solo es lo correcto, no es más que nuestro deber mirar estas cosas y ver que estos deseos que tenemos, que Dios puso en nosotros, son para crear en nosotros el querer ser como Él.
78 Y ahora si Ud. puede verlo por fe, antes de que el verdadero deseo le toque, venga al frente, identifíquese con Él en el bautismo. Y luego cuando Uds. son plantados en la semejanza de Su muerte, Uds. también compartirán Su semejanza en la resurrección. Porque cuando Él salió de la tumba, fue el mismo Jesús que entró en la tumba. “Y si estamos en Cristo…” ¿Cómo entramos? Por el bautismo del Espíritu Santo. “En aquel día saldremos y participaremos de Su resurrección”.
Había un pequeño himno que yo solía cantar, hace años.
Ser como Cristo, ser como Cristo,
En esta tierra yo quiero ser;
En mi jornada de aquí a la Gloria,
Yo solo anhelo ser como Él.
Del pesebre de Belén vino un Desconocido (Un Desconocido al mundo)
En esta vida yo quiero ser,
En mi jornada de aquí a la Gloria,
Yo solo pido ser como Él.
79 Participe Ud. en Su mansedumbre, y Ud. participará también en Su poder. Participe en Su obediencia, y Ud. participará en Su resurrección. Haga lo que Dios dijo que hiciera. En mi corazón, lo más grande en lo que yo puedo pensar es ser como Jesucristo, para identificarme con Él. Por eso es que yo bautizo a las personas en el Nombre de Jesucristo, porque Él es nuestra identificación. Nosotros portamos la identificación. “Todo lo que hagáis en palabra o hecho, hacedlo en el Nombre de Jesucristo, alabando a Dios por ello”. Y estamos identificados con Él en el bautismo.
80 Esta noche vamos a bautizar, solo en unos minutos, a las personas aquí en la sala que están aquí para ser bautizadas. Y si hay algún deseo en su corazón que Ud. quiere, tiene una gran ambición mundana, arrepiéntase de ellas en este momento. Dígale a Dios que lamenta haber querido ser una gran persona mundana. [Cinta en blanco.—Ed.] Diga: “Señor, toda mi ambición es ser como Jesús”. Venga con mansedumbre, humildemente. Entonces cuando Ud. ponga las manos sobre Su Cabeza, y por la fe confiese su pecado, diga: “Señor, lamento haberlo hecho”. Entonces ¿qué sucederá? Dios pasará toda la culpa suya a Él, y tomará Su inocencia y se la devolverá a Ud. Y Ud. quedará justificado en la Presencia de Dios, porque Ud. creyó en Jesucristo, Su Hijo. ¡Qué plan de salvación! Entonces Ud. participará de Su gloria. La bondad de Dios vendrá a su corazón. El Poder de Su resurrección lo convertirá a Ud. en una nueva persona. Cumplirá todo anhelo.
81 Cuando yo era muchacho, traté de hacer todo. Yo—yo hice todo lo que era lo suficientemente grande para hacer, y muchas cosas que no era lo suficientemente grande para hacer, las intenté. A mí me encantaba, sí me encanta, cazar. Pensé que eso sí era. Pensé que si yo… Mi papá fue jinete. Y pensé: “¡Si yo pudiera llegar al oeste y domarles los caballos!”.
Pero, hermano, una vez allá lejos en las montañas de Arizona, haciendo bajar una manada de ganado, una noche. Yo estaba sentado allí. Y un muchacho llamado Slim tenía un viejo peine, con un pedazo de papel encima. Él estaba tocando. Otro compañero estaba sentado allí, de Texas, con una guitarra, rasgueando. Y llegaron a un himno. Yo había quitado la silla de montar del caballo; descansaba la cabeza, usándola como almohada. Y tenía la manta encima, y yo allí, y aún con las botas puestas, el par de espuelas me elevaban del suelo. Y él comenzó a rasguear.
Allá en la cruz donde mi Salvador murió,
Allí clamé para ser limpio de mi pecado;
Allí la Sangre fue aplicada a mi corazón;
¡Gloria a Su Nombre!
82 Intenté levantar la manta y cubrirme los oídos. Yo miraba hacia arriba y las estrellas colgaban bajas. Y aquellos pinos que susurraban en las montañas parecían clamar: “Adán, ¿dónde estás?”.
¡Oh, la ganadería era una cosa secundaria! Yo quería encontrar a Dios. Allá lejos, sobre ese par de espuelas, dije: “Señor, no sé Quién eres, pero no me castigues hasta que yo pueda encontrar lo verdadero”.
83 Dos días después de eso, en la ciudad, estaba sentado allí, y fue unos días después de eso, después del rodeo. Yo estaba sentado allí en una pequeña banca del parque. Una chica hispana pasó. Y yo estaba sentado allí, pensando en Dios: “¿Qué podría ser Eso?”. Una muchachita pasó, y yo un muchacho de casi dieciocho años. Ella dejó caer el pañuelo y pasó. Yo dije: “Mujer, Ud. ha dejado caer el pañuelo”. Solo con pensar en Dios me había cambiado el deseo. [El Hermano Branham toca el púlpito cuatro veces.—Ed.] Mi pobre corazón irlandés estaba hambriento. Yo quería algo, algo que saciara.
84 Dios me ha dado el privilegio de cazar por todo el mundo, África, India, a través de las montañas, Canadá, en algunos de los mejores viajes, y he logrado récords mundiales. Todo está bien. Pero no hay nada que tome el lugar de ese Poder del Dios viviente, enviando Eso al alma suya.
85 Cuando llego allí, me encantan las montañas. Me encantan las puestas de sol. Solo—solo clavo la estaca y amarro el caballo. Y subo a la cima de las montañas y me quedo un par de días solo admirando el amanecer y el atardecer, oyendo el chillido del águila. Es bueno. Me encanta estar allí. Pero, hermano, mi corazón comienza a brincar y a agitarse, cuando pienso en:
Inmundo, impuro, atormentado él por el enemigo,
Todo está bien cuando Jesús viene para quedarse.
Comienzo a pensar en las personas enfermas, y ese llamado. Y algo dentro de mí clama: “Baja de estas montañas rápidamente. Ve allá a la gente”.
Quiero identificarme como Su siervo entre Su pueblo. ¡Oh, cómo me encanta identificarme con Él! Entonces, en respeto a eso, Él regresa entre nosotros y Se identifica con nosotros. Él está aquí esta noche, amigo.
86 Ahora es el momento de comenzar el servicio bautismal, como en diez minutos. Y quiero decir esto antes de hacerlo, antes de comenzarlo: Jesucristo, el Hijo de Dios… Hay tantas cosas que quiero decir, pero no tengo el tiempo.
Jesucristo, el Hijo de Dios, Se ha identificado a Sí mismo en Su Palabra. Jesucristo, el Hijo de Dios, Se identificó a Sí mismo en la reunión de esta mañana, al dar discernimiento. Se identifica a Sí mismo al sacar a un pecador de los surcos del pecado, a ser un hombre nuevo, a una nueva criatura. Toma a la mujer más baja o al hombre más bajo, un borracho, un alcohólico, y sea lo que sea, y los endereza y los limpia, y los convierte en caballero o dama. Ese es mi Señor. Toma al hombre que está enfermo y afligido y que no tiene esperanza, y lo resucita de nuevo a una nueva Vida. Luego aparece en medio nuestro, y Se identifica a Sí mismo como el mismo Jesús, conociendo los mismísimos pensamientos de nuestro corazón. Él está en medio nuestro, en Su pueblo, Dios en Su pueblo, identificándose a Sí mismo. Él está aquí ahora, ese mismo Espíritu Santo.
87 Antes de comenzar ese servicio aquí de bautismos, mientras los hermanos se preparan, me pregunto esto: Me pregunto si hay alguien aquí por el cual no se oró esta mañana, y Ud. está enfermo. Queremos ver su mano levantada. Levanten las manos si están enfermos y necesitados, y no se oró por Uds. esta mañana. No tienen tarjetas de oración ni nada; solo—solo los enfermos y afligidos. Muy bien.
Inclinemos nuestros rostros por un momento.
88 Señor, con esta garganta tensa y voz ronca, ¡oh!, yo pido que de todos modos Tu hagas penetrar la Simiente en el corazón, en el corazón del pueblo, de que tenemos que identificarnos Contigo. Porque, es un antiguo refrán aquí en la tierra: “Se conoce al ave por su plumaje, y dime con quién andas y te diré quién eres”. Y, amado Padre Celestial, oramos que Tú seas nuestra compañía. Señor, concédenos tenerte a Ti, aun si nos cuesta todo lo que tengamos en esta tierra. Que seamos identificados como: “Ese hombre realmente vive con Dios. Dios es Su compañía”.
89 Permite que se diga como se dijo de Pedro y Juan, después de que pasaron por la puerta llamada Hermosa, y dijo: “No tengo dinero; pero lo que tengo, te doy”. Y el hombre cojo fue sano. Y luego ante los tribunales, la gente dijo que se daban cuenta que eran sin letras y del vulgo. No tenían educación, pero veían que ellos se habían identificado con el tipo de amistad correcta. Ellos habían estado con Jesús. Dios, ese es el deseo de mi corazón, ser identificado Contigo, como uno de Tus siervos, como alguien que Te ama, alguien que será fiel a Ti, y guardará los dichos de Tu Libro, y que hará todo lo que sé hacer, que sea correcto.
90 Ahora, Padre, ¿Te podrías identificar de nuevo esta noche entre nosotros, para que la gente sepa que esto no es algún, oh, un tiempo especial, o—o algo de ese tipo, Señor? Que sea sabido esta noche que Tú eres el mismo Dios que estuvo aquí esta mañana. Tú tienes el mismo Poder. Y las mismas—las mismas cosas que hiciste esta mañana puedes hacerlas de nuevo esta noche. Tú prometiste que se harían en los últimos días.
91 Muchos aquí no pudieron percibir la fe suficiente. Oramos que Tú les des fe ahora. Y permite que Tu Espíritu sea identificado entre nosotros, porque Tú dijiste: “Las obras que Yo hago, él también las hará, el que cree en Mí”. Entonces oro, Dios, que Tú identifiques que estás aquí con nosotros esta noche, y estás… aún nos amas. Y Tú quieres que cada persona aquí que no ha sido bautizada, que venga y se identifique Contigo. Que ellos también puedan ser partícipes de esta maravillosa gracia que puede ser transferida; de nosotros a Él, y de Él a nosotros; nuestra culpa hacia Él, y Su gracia hacia nosotros. Concédelo, Señor. Escucha nuestras oraciones, porque lo pedimos en el Nombre de Jesús Tu Hijo. Amén.
92 Estamos parados a la sombra de la justicia justa de Dios. Cada vez que dos o tres se reúnen en el Nombre de Jesucristo, Él prometió que estaría en medio de ellos.
93 Bueno, no sé, me supongo que se han recogido una porción de las tarjetas de oración. Puede ser que algunos de Uds. todavía tengan algunas. Muchos de Uds. no tienen una tarjeta de oración. No importa si la tiene o no. Si Ud. está enfermo, está enfermo. Y si… Este Dios Quien escribió esta Biblia, ¿creen Uds. solemnemente en Él? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.] Si Él regresara nuevamente en medio nuestro, para probarse a Sí mismo, además de la predicación de la Palabra, que Él está aquí, convenciendo a los pecadores de que Él está aquí; si Él está aquí para sanar a los enfermos y revela la causa, como lo hizo cuando Él estuvo aquí en la tierra, ¿aceptarán Uds. con gusto su sanidad? Si lo hace, levante su mano donde esté. No tendremos… no tenemos… Yo no sabría qué tarjetas de oración les dio a ellos. No vamos a tener tarjetas de oración. Solo ore Ud., y crea.
94 Y si Él lo hace y Se identifica a Sí mismo, entonces Uds. deberían avergonzarse de no identificarse con Él. Deben hacerlo. Bueno, este es un desafío directo. En la iglesia esta mañana dimos tarjetas de oración y los llamamos al altar, y oramos por ellos. Y el Espíritu Santo sacudió, dando un momento tan maravilloso, hasta que sentí que me jalaban de los lados, era hora de irme, porque estaba débil. Y ahora, aquí estoy diciéndoles a Uds. que no tienen tarjetas de oración, o como estén, sentados allá en la congregación, su desafío. Yo les reto a que hagan esto, que crean que la historia que les he contado de Jesucristo es la Verdad. Y oren Uds., si están enfermos. No importa…
95 Esta mañana, intenté ver si podía encontrar personas que no fueran del tabernáculo. Esta noche, no me importa de dónde sean. Solo oren. ¡Entonces, si ese gran Espíritu Santo de Dios, de Quien tenemos la foto allí, si Él viene a nuestro medio! Uds. me han oído predicarlo tanto, que Él nos prometió cosas, que Él haría eso. Y luego, cuando Él estuvo en la tierra, cuando Él regresara a nuestra carne, Él haría lo mismo. Ahora, si Uds. están enfermos, oren. ¡Yo los reto!
96 Reten Uds. a Dios, digan: “Dios, el Hermano Branham no me conoce. Él no sabe nada de mí. Pero si Tú solo le permites dirigirse a mí, me permites tocar el borde de Tu manto, entonces habla Tú y yo sabré que estás en conexión con esta iglesia”. La iglesia es los creyentes. “Entonces sabré que Tú eres el mismo ayer, hoy, y por los siglos”. Y Uds. oren.
97 Simplemente me siento dirigido a hacer eso. No sé por qué lo hice, pero me siento dirigido a hacerlo.
Ahora, por favor levanten el rostro.
98 Aquí mismo, mirándome, está la mujercita que levantó la mano así, orando, hace unos minutos. Y está orando por alguien más aparte de sí misma. Nunca he visto a la mujer en mi vida, que yo sepa. Es completamente desconocida para mí. Pero ella está orando por su hija, con respecto a una operación. Ud. ni siquiera es de esta región. Ud. es de Texas. Es ASÍ DICE EL SEÑOR. ¿Tiene una tarjeta de oración? ¿No la tiene? Ud. no la necesita. Crea con todo el corazón.
99 ¿Cómo supe yo de lo que Ud. estaba orando? ¿No pueden ver que el Dios del Cielo revela los secretos del corazón? ¿No dijo eso Daniel en su día? Dios revela los secretos del corazón.
100 Hay una señora sentada al lado suyo allí. Se puso muy contenta por eso. Ella tenía problemas cardíacos, y desea que se ore por ella. Así que, por favor ponga Ud. su mano sobre ella. Muy bien. Bueno, regrese Ud. a Chicago y sea sana. Amén. Tampoco conozco a esa mujer, no sé nada de ella. Pero Dios la conoce a Ud. ¿Ven?
Él Se está identificando con nosotros. “Si puedes creer, todo es posible”.
101 Esta pequeña mujer judía sentada aquí, ella también estaba orando. Así es. Ud. oraba para que yo le dijera algo a Ud. Yo vi sus problemas esta mañana, pero simplemente no lo dije. Pero esos pies que le han molestado, van a sanar. Así que, no se preocupe Ud. más por eso.
102 ¿Cree Ud., también, la damita sentada aquí? ¿Cree Ud. que soy Su profeta, o Su siervo? Yo no la conozco a Ud. Dios la conoce. Pero si Él es el Espíritu de Dios con nosotros, entonces Él hará como hizo Jesús. Ud. estaba orando, y parece que algo me llamaba la atención a Ud. Allí está el Ángel del Señor junto a ella. Si Ud. cree, su problema cardíaco cesará y la artritis. Su nombre es Srta. Wisdom. Así es. Regrese y sea sana, Sra. Wisdom. Yo nunca he visto a la mujer en mi vida.
Pero, Él es Dios, si Uds. solo lo creen.
103 Esto, miren esto. ¿Ven Uds. a esa damita sentada allí con su mano levantada así, en su boca? Hay… ¿No pueden Uds. ver esa Luz colgando allí mismo sobre la mujer? Bueno, miren, baja directamente sobre ella. Veo que Eso se abre. Ella tiene problemas con el hígado, padece de un problema al hígado. Es un problema de la vesícula biliar. Bueno, Ud. es la Sra. Palmer. Así es. Ahora la recuerdo. No vi, solo es por la visión; la veo sentada junto al Hermano Palmer. Así es, hermana. Ahora, vaya y sea sana. Crea, de todo corazón.
104 De hecho, hay una damita sentada detrás de ella que levantó la vista algo sorprendida, allí mismo detrás de ella. ¿Cree Ud. que el problema de las amígdalas de esos dos niños los dejará, hermana, y a Ud. también? Entonces siga su camino a casa, y alégrese y sea feliz. Ponga la mano sobre los bebés, ambos con esos problemas. Y su problema también se fue. Ud. está sana, en el Nombre del Señor Jesús, todos. Uds. van a sanar, estarán bien.
105 ¿Pueden Uds. ver que el Dios viviente vive hoy? Él es igual de grandioso en cualquier lugar. ¿Verdad que sí? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.] ¿No quieren Uds. identificarse con Él? [“Amén”.] Claro que sí. Seguro que quieren.
106 Inclinemos ahora nuestros rostros por un momento. Antes de yo… Eso me debilita mucho. ¿Cuántos quieren ser recordados en oración en este momento? al decir, “Dios, ¿ten misericordia de mí? Ahora quiero creerle al Señor Jesús. Yo—yo quiero que todos mis problemas se solucionen ahora”. [La congregación dice: “Amén”.—Ed.] Dios sea con Uds.
107 Señor, Quien trajiste de nuevo a Jesús de entre los muertos, el Dios del Cielo, Te oro a Tí de parte de ellos, que esta sea la hora en que ellos crean; que vengan al frente, si nunca lo han hecho antes, y se identifiquen con Jesucristo aquí en este bautisterio esta noche. Porque la Escritura dice, que, “Si somos sepultados con Él en bautismo y somos partícipes con Él en Su muerte, también participaremos de la resurrección con Él”. Es una promesa. Y el gran San Pedro de antaño nos dijo: “Arrepentíos, y bautícese en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiremos el don del Espíritu Santo”. Toda esta semana…
108 Aquí está sentada mi nuera, Señor, la pequeña Loyce, hambrienta y sedienta, ayunando y esperando. Allí atrás está sentada mi hermana, hambrienta y sedienta, y ayunando, y esperando. ¡Oh, Señor!, envía el Espíritu Santo ahora, de alguna manera, en este edificio, y toca sus almas con el Poder de la resurrección. Y que se pongan de pie, en Poder de resurrección, y se identifiquen con Jesucristo en Su resurrección. Concédelo, Señor.
109 Perdona todo pecado. Ignora todo lo errado, Padre, y danos Tu gracia, mientras oramos en el Nombre de Jesucristo.
110 Sana a todos los enfermos y afligidos. Señor, Tú estás aquí. Tú eres Dios. Tú has probado que Tú eres Dios. Y oramos, porque conocemos la naturaleza de Tu Espíritu, que Tú realizaste algunas cosas y luego desapareciste de ellos, fuiste a otro lugar y a otra ciudad, y saliste y desapareciste. Pero Tú dejaste atrás la marca, de que el Dios viviente vivió. Y oro, Señor Jesús, que—que esto deje una impresión en los corazones de la gente, que ellos nunca olviden que el Espíritu Santo está presente para sanar, y para salvar, y para llenar con Su bondad. Oramos en el Nombre de Jesús. Amén.
111 Ahora, ¿cuántos aquí están para ser bautizados? Por favor levanten la mano, los que tengan sus cosas listas. Uds. pueden prepararse entonces para las aguas, solo en unos momentos.
Y ahora mientras esperamos al Espíritu Santo, solo por unos momentos. ¿Cuántos aquí todavía no han recibido el Espíritu Santo y están deseando, orando fervientemente, poder recibir el Espíritu Santo?
Teddy, por favor, o alguno de Uds., al piano, inmediatamente. Vamos a cantar algunos himnos ahora mismo.
Mientras las mujeres que se preparan para el bautismo, vayan a esta sala. Y los hombres vayan a esta sala, quienes se están preparando para el bautismo. Mientras nosotros también nos preparamos para el evento.
112 Y luego vamos a esperar que el Espíritu Santo venga a nosotros, y nos revele las cosas que Él quiere que hagamos.
Luego apagaremos las luces, en el auditorio principal. El ministro entrará en las aguas de—aquí, y luego vamos—tendremos la ceremonia del bautismo.
Solo un momento, antes de apagar la luz, Hermano Evans. Quiero leer unas Escrituras mientras esperamos, solo un momento por favor. Mientras comienzan a prepararse, me gustaría leer unas Escrituras aquí.
113 ¿Cuántos creen que Dios es infinito? Por supuesto. Él está aquí ahora mismo. Lo único que Ud. tiene que hacer para recibir el Espíritu Santo es levantarse y aceptarlo. Pues, Su Poder ha probado que Él está aquí. ¿Cómo podría quedarnos alguna sombra de duda? ¡Su bendita y santa Presencia simplemente baña nuestra alma! Siento que yo podría gritar hasta lo más alto de mi voz, por Su bondad. “Y Su misericordia es para siempre jamás”. Él está aquí. Mi corazón arde y está lleno de alegría y de sumo gozo, por Su Presencia.
114 Antes de que apaguen las luces, quiero leer de Hechos, el capítulo 1.
Y creo que cada hombre, ministro o persona aquí, evangelista o lo que sea, que habrá esto: que Dios es infinito. Dios no puede hacer una cosa de una manera, y luego darse la vuelta y hacer esto, hacerlo—hacerlo de otra manera. Él tiene que hacerlo de la misma manera, todas las veces. ¿Verdad que sí?
Esto fue lo proclamado de parte de Dios.
Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, el varón aprobado por Dios entre vosotros con…prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis;
¿Qué tipo de señales hizo Él, para probar que Él era el Mesías? Al conocer los pensamientos en sus corazones. ¿Verdad que sí? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.] Lo que Pedro dijo: “Con señales y prodigios, Dios demostró que Él estaba con Él”.
a éste, entregado por el determinado consejo…el anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole a Él;
al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
Porque David dijo de él: Veía al Señor siempre delante de mí;…Él está a mi diestra, y yo no seré conmovido.
Por lo cual, mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, Y… mi carne descansará en esperanza;
Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
Me hiciste conocer el camino de la vida; Me llenarás de gozo con mi presencia.
Varones hermanos, se les puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.
Pero siendo profeta,…sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría—levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,
viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni vio su carne corrupción.
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual…nosotros somos testigos.
¡Oh, cuánto me emociona eso! Nosotros aún somos Su testigo. Él fue resucitado de la muerte. Él vive, esta noche.
Así que, exaltado por la diestra de Dios,…habiendo recibido del—del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
Porque David no subió al cielo; pero él mismo dijo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Ahora, ¿en qué idioma hablaba él, que todos esos idiomas del mundo lo oían?
Al oír esto, ellos (la gente) se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y…los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Un momento atrás eran “locos” para ellos. Ahora, después de ese poderoso sermón que se dirigía a todas las naciones que se encontraban allí, “Varones y hermanos, ¿qué podemos hacer?”. Luego vino la receta. Luego respon-…
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de pecado; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa,…para vuestros hijos, y para aquellos que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
¡Acaso no es ese el mismo Evangelio que estamos predicando hoy!: “Sálvense Uds. de esta perversa generación”. Se están obrando muchas señales y maravillas, la Presencia de Jesucristo mostrándose vivo. Y ese mismo bautismo que fue comisionado allí mismo, también ha sido comisionado aquí mismo del púlpito esta noche.
Así que, los que con gozo recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron a ellos aquel día como tres mil personas.
115 Querido Dios, aquellos, los cuartos están repletos de personas identificándose en el bautismo Contigo. Te pido, Señor, por ellos, que amablemente, por favor, Señor, en esta hora, cuando salgan del agua, que les suceda algo, que sus almas sean llenas del Espíritu Santo. Que ellos vengan y cuando salgan del agua vayan manifestándote al predicar el Evangelio, al enseñar en la escuela dominical, hablando en lenguas, interpretando lenguas, obrando señales, prodigios y milagros y, sobre todo, que el amor de Dios arda en sus almas, con mansedumbre y dulzura, y paciencia, y humildad.
116 Señor, Te los encomiendo. Ellos son los trofeos de este avivamiento. Y pido que Tú los guardes bajo Tu cuidado. Y algún día… Estoy aquí parado orando frente a Tu Biblia, después de que he predicado de Ella, y he declarado con todo mi corazón lo que creo que es la Verdad, como Tú me La revelas.
117 Y, Señor, esperamos sus bautismos, así como todos estamos esperando en el auditorio aquí la resurrección. Y algún día, Señor, mientras estemos juntos en lugares Celestiales, que llegue un sonido del Cielo. La trompeta sonará y los muertos en Cristo resucitarán primero. Que podamos ser arrebatados con Él para encontrarnos con el Señor en el aire, y estar con Él para siempre. Concédelo, Padre.
118 Mantennos con buena salud y contentos, y llenos de celo. No pedimos dinero. No pedimos cosas fáciles. Solo pedimos ser como Jesús. Queremos ser identificados con Él, teniendo la clase de Espíritu que estaba en Él, manso, apacible, siempre en los negocios del Padre.
119 Señor, en la hora de clausura de este avivamiento, y esta identificación de muchas de las personas preciosas, sigue identificándote, dándoles el Espíritu Santo. Concédelo, Padre.
120 Bendice este pequeño tabernáculo, bendice a cada ministro, a cada persona que ha asistido, cada iglesia que ha estado aquí.
121 Señor, oro que envíes un avivamiento a toda iglesia alrededor del mundo. Y las veremos unirse en un corazón y unánimes, para que la gracia de rapto de Jesucristo nos sea dada. Lo pedimos en el Nombre de Jesús. Amén.
122 Ahora se apagarán las luces en el auditorio principal por un momento. Ya se oró por estos pañuelos. Y ahora las luces se apagarán solo por un momento, y luego—y luego guarden silencio. Y el ministro bautizará uno tras otro, hasta que terminemos con ellos.
123 [El Hermano Branham y los hermanos reorganizan los muebles de la plataforma en preparación para el servicio bautismal.—Ed.] Ahora si todos pueden ver.
124 Ahora, y ese micrófono, bajen ese micrófono hacia el fondo del tanque. Sí. Está bien. [Alguien ajusta un soporte de micrófono.—Ed.] Parece mejor. Sí. [Un hermano dice: “Es para que podamos grabarlo bien”.] ¿Esto es para la grabadora? [“Sí”.] Muy bien. Él se encargará de eso.
125 Yo mismo quería hacer esto, esta noche; pero estoy muy caluroso. Y el Hermano Neville ha estado descansado, y queremos que el pastor también tenga algo para que participe en esto, es un hermano muy fino.
126 En un momento se apagarán las luces en el auditorio principal, luego Uds. podrán ver por medio de un gran espejo colgado allí detrás, se ve bien el tanque donde entrarán, a bautizar, tan pronto como los tengan listos.
127 Y cada vez, cuando bauticen, ellos… los ancianos cerrarán la cortina. Eso evitará… por las mujeres, mientras entran y salen del agua. Y entonces vendrán, uno tras otro. Ud. dirá su nombre, dirá quién es, y los bautizarán en el Nombre de Jesucristo.
128 Bueno, recuerden, solo como—como un ministro, responsable por este Evangelio que se me ha encomendado, yo le recomendaría a cualquiera que no haya sido bautizado en el Nombre de Jesucristo, que se vuelva a bautizar. Esto fue dicho por Pablo. Aun allá, cuando habían sido bautizados de una manera, sin el Nombre, él dijo que ellos tendrían que ser bautizados otra vez, en el Nombre de Jesucristo.
129 Él dijo: “Si viniere un Ángel, enseñare otra cosa, que sea anatema”. Eso se encuentra en Gálatas. Gálatas, el capítulo 1, y el versículo 8. “Mas si aun nosotros, o un Ángel del Cielo, anunciare cualquier otro evangelio, que os sea anatema”.
[Se abre la cortina del baptisterio.—Ed.]
130 Bueno, justo antes de comenzar la ceremonia, ¿pueden todos ver? [Cinta en blanco.—Ed.]…descendió a las aguas de la muerte. Ahora nos unimos a los ministros del Evangelio, por medio de la cual nosotros…?… [Cinta en blanco.—Ed.] Un amigo mío muy personal, de allá de…?… Esta señora es una amiga muy personal de Oral Roberts; ella y su esposo…?… otro gran soldado, un gran ganador de almas para Dios, el Hermano Oral Roberts, uno de mis amigos personales…?… [Cinta en blanco.—Ed.] Sí.