56-0603 - EL LIBRO DE LA VIDA DEL CORDERO

 

     
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3 de junio de 1956, Jeffersonville, Indiana, E.U.A.

 

1 Buenos días, amigos. Me fue algo sorprendente estar aquí hoy. Yo no esperaba estar aquí; iba a estar en Kentucky. Y un amigo mío muy allegado se enfermó terriblemente, nuestro Hermano Lyle McSpaddin. [Cinta en blanco.—Ed.] …agonizando de una condición en el hospital. La Sra. Fergerson que antes asistía aquí, su hijo también está agonizando en el hospital. Y, por tanto, no fui y solo me quedé por ellos.
2 Y entonces el Sr. Matheny de la iglesia pentecostal de New Albany, en Silver Street, pasando la… está entre… está en la Oak y Silver, creo. Y él… Se suponía que yo iba a hablar para él esta noche, y le dije… Cancelé el miércoles pasado y le dije que yo esperaría hasta que regresara de Indianápolis. Y entonces mientras entraba de prisa ayer al hospital, para ver al Hermano Lyle, pues me lo encontré. Y él dijo: “Bueno, veo que no fue”.
Y dije: “No”.
Él dijo: “Bueno, venga y hable de todas maneras”.
3 Entonces, me supongo, si el Señor quiere, estaré allá para hablar esta noche para el Hermano Matheny. Y, sí, le dije que cuando fuéramos allá, llevaría a cabo un servicio de sanidad para él. Y normalmente me gusta ayunar como por tres días antes del servicio de sanidad. Así que le dije que hablaría, y si había alguien allí, de todos modos, oraríamos por ellos, simplemente en—en la línea de oración normal.
4 Ahora, nos queda una semana más, una semana contando del próximo lunes, para que comiencen los servicios en el Tabernáculo Cadle de Indianápolis. Y confiamos que el Señor nos bendecirá allá, excediéndose en una gran reunión. Como un niño esperando Navidad, estoy esperando ese servicio. Yo…
5 Uno, hay algo que ocurre al servir al Señor, a veces nos cansamos tanto que parece como que no pudiéramos seguir más. Y luego, cuando uno descansa solo por uno o dos días, algo lo impacta a uno y—y uno simplemente tiene que salir de nuevo. Así que hoy estamos aquí con un propósito, que es servir al Señor.
6 Y antes de orar y de la lectura de la Palabra, quiero disculparme públicamente con el Hermano Neville. Yo… Ayer me quedé en casa, de por allá de Kentucky, ayer, a propósito, para predicar para él en el programa radial. El próximo sábado, y si Dios dispone y el Hermano Neville dispone, quiero hablar en el programa de la mañana el próximo sábado para el Hermano Neville.
7 Y, pues, él fue muy amable en perdonarme fácilmente. Él dijo… Supongo que me aproveché de él, y él es una de esas personas que pueden… puedo devolverle el cumplido, y “esperar a alguien”. Y lo que me perturbó fue que temprano esa mañana cuando ellos me llamaron con el Hermano Lyle y los demás, de New Albany. Y yo… Solo faltaban diez minutos para las nueve, y yo dije: “¡Oh, tenía que estar en ese programa radial en diez minutos!”. Y yo aquí, en Jeffersonville, él allá esperándome a mí. Así que, yo…
8 El Hermano Wood lo llamó ayer, y pensé que sería mejor que el Hermano Wood se disculpara primero por mí, Uds. saben. Entonces él solo lo penalizó haciéndome hablar esta mañana, que yo viniera. Así que, aquí estamos. Y entonces él… estamos…
9 Confiamos que—en que Dios estará—estará en nuestros servicios. Yo no he premeditado nada; ni sé dónde comenzar en la Escritura; solo tomé mi Biblia hace unos momentos y me di prisa acá. Tuve que tomar mi Biblia Collins, pues tiene letra un poco más grande.
10 ¡Vaya! He pasado los cuarenta, Uds. saben. Así que cuando uno pasa los cuarenta años, algo de cerca uno no lo ve como antes, Uds. saben. ¿Cuántos saben que es la verdad? Seguro. Sí, señor.
11 Aquí no hace mucho, pensé: “Vaya, algo no anda bien conmigo, no puedo usar lente verde ni lente café”. Nunca pude; me enfermaba del estómago. Entonces dije: “Tengo algo”. Llamé al Dr. Adair y dije: “Doc, ¿de qué color…? ¿Pudiera examinarme los ojos, decirme el color de lentes que necesito?”.
12 Él dijo: “Yo, tal vez te diga”. Dijo: “Te diré. Simplemente te enviaré a Louisville, a algún especialista allá que trate eso”.
13 “Bueno” dije, “yo no quiero examen de los ojos”. Dije: “Tengo los ojos buenos. Puedo estar de pie y ver un pelo en el suelo”.
14 Él dijo: “Pero, como sea, es mejor que te examine y él te dirá el color que necesitas”.
15 Así que fui allá. Y me enteré que él era un hermano Cristiano, quería regresar conmigo al África y hacer operaciones. Dijo: “Pues esos nativos son muy extraños, ¿ve?”. Dijo: “No permiten que los corten con un bisturí”. Pero ellos lo aman a Ud. “Y quiero dar seis meses de servicio gratuito, extraer cataratas y cosas así para los nativos”. Y él dijo: “Cuando Ud. vaya” dijo, “me gustaría dar seis meses de mi vida en servicio al Señor”.
Yo dije: “Doc, ¿cree Ud. en la sanidad Divina?”. Él dijo: “En cada Palabra”.
16 Y él me dio un testimonio, acerca de una vez cuando… Él era un especialista de la garganta y los ojos. Él dijo que lo llamaron. Un bebito se había tragado uno de esos silbatos, y se le atoró en la garganta. Dijo: “Yo fui allá y el bebé ya se estaba muriendo. Ellos lo llevaron de prisa al hospital. No había nada que se pudiera hacer”. Dijo: “Yo no sabía qué hacer. Así que” dijo, “simplemente salí de la habitación, y dije: ‘Amado Padre Celestial, ayúdame de alguna manera a saber qué hacer por ese pobre bebé; se está muriendo. Y yo no puedo hacer que nada pase por allí, para sacar eso, y no sé qué hacer’”. Y dijo: “El bebé hizo ‘¡Uuh!’. Y el silbato salió volando al suelo. Así que” dijo él, “¿cómo puedo descreer?”. La oración cambia las cosas. Es correcto. Así que, él me lo dijo. Nos sentamos allí y hablamos por un ratito.
17 Y tenía ese pequeño cuarto oscuro; él encendió esa cosita allí y vi la pequeña luz roja. Él dijo: “¿Puede leer eso?”.
18 Vi que decía veinte-veinte. Dije: “Sí, señor”. Yo podía leerlo de cualquier manera, veinte-veinte. Luego él puso quince-quince, pude leerlo. Y diez-diez, pude leerlo.
19 Dijo: “Bueno, no es que esté muy mal de los ojos”. Entonces colocó un pequeño telescopio aquí, con una… Dijo: “Léame eso”. Y me fijé, pude leerlo bien. Él fue acercándose y acercándose. Yo comencé a disminuir en mi lectura. Cuando llegó como hasta aquí, me detuve. Él dijo: “Le diré antes de preguntarle, Ud. ha pasado los cuarenta”.
Dije: “Sí. Correcto”. Yo dije: “Tengo cuarenta y cinco”.
20 Y él dijo—dijo él: “Bueno, cuando un hombre pasa los cuarenta…”. Dijo: “No veo cómo se las ha arreglado todo este tiempo”. Dijo: “Es como su cabello que se torna gris, su piel se arruga, le salen pelos de las orejas y todo eso”. El Sr. Eagan se los puede confirmar, siendo barbero. “Y cuando Ud. pasa los cuarenta años” dijo, “sus globos oculares se aplanan y no se dilatan”. Dijo: “Ahora le diré cómo hacerlo. Bueno, ahora, Ud. entrecierre los ojos, presionándolos, y lea eso”.
21 Pues, hermano, pude leerlo así tan cerca de mí, entrecerrando mis ojos. Puse mis manos así e hice como un pequeño telescopio, podía leerlo. No hay nada mal con sus ojos. Solo es la naturaleza; a los cuarenta años las personas necesitan anteojos para leer.
22 Y pues él quiso hacerme unos. Y, bueno, los hizo. Pero a mí—a mí nunca me gustaron esas cosas, ¿ven Uds.? Y yo—yo nunca los recuerdo, y a veces leo. Y, pero yo, simplemente me conseguí una Biblia Collins que es de letra un—un poco más grande. Y pensé: “Bueno, simplemente no me acostumbro a usarlos, ¿ven?”. Y uno no—uno no ve… Si miro a lo lejos, hacia allá así, uno no ve nada. Pero cuando uno baja la mirada, de cerca, entonces se lo acerca a uno.
23 Dijo: “Ahora, Ud. comienza a leer así” dijo, “y sin darse cuenta, va distanciando la mano. Cuando va así de lejos, su brazo ya no es lo suficientemente largo para Ud. poder sostener eso”. Así que, de—de esa manera es.
Y pues, ahora, el—el Señor los bendiga.
24 Ahora quiero preguntarles algo en esta mañana, antes de comenzar la lección de la escuela dominical. ¿Qué—qué es valor? He estado pensándolo. Si tuviera suficiente garganta en esta mañana predicaría de ese tema. Pero con la garganta mala y tengo esta reunión que viene aquí esta noche en New Albany. Y también, tengo las… Comienzan las campañas. Solo quiero enseñar por un rato en esta mañana, de algunas Escrituras. Pero, ¿qué es valor?
25 Mi madre, no supongo que ella esté aquí; no la veo por ninguna parte. ¿Está aquí? Sí, mamá, te haces pequeña. Entonces le pregunté ayer. Le pregunté a ella del tema, pues lo he estado estudiando. ¿Han llegado a tener Uds. algo en la mente que simplemente comienzan a estudiar? Hermano Weber, Ud. lo ha hecho muchas veces, y simplemente comienza a estudiar.
26 ¿Qué es valor? Y comencé a pensar. Dije: “Saben, si yo tuviera cien millones de dólares aquí en un arrume, y tuviera aquí un pequeño botón. Si yo presionara este botón, perdería mis cien millones de dólares, pero podría hablar con mi padre anciano que ha pasado al más allá, por una hora, como un ser mortal de nuevo, ¿qué haría yo? Ni dudaría, yo presionaría el botón. Daría cien millones de dólares en esta mañana para sentar a mi papá en este asiento, mientras enseño esta lección. Así que, ¿cuál es el valor del dinero? ¿Cuánto vale más un alma que el dinero? ¿Ven?
27 Ahora, mamá, ¿recuerdas cuando yo tenía ese antiguo Ford modelo T, el pequeño modelo ’26 antiguo? ¡Cómo brillaba yo esa cosa! Apenas era un muchacho, como de dieciséis, diecisiete años. Yo era un pecador en ese entonces. Y, a veces… Trabajaba con el Sr. Genther en ese entonces. Y yo… Después del domingo en la tarde… El domingo en la mañana yo iba y afilaba todas las puntas y demás del compresor de aire, y lo limpiaba. El domingo en la tarde yo brillaba ese pequeño Ford, hasta que parecía como que la pintura se le desvanecía. ¿Qué si yo intentara en esta mañana encontrar alguna pieza de ese Ford? ¿Qué si yo intentara encontrar una de las puntas de ese compresor de aire? En ese mismo momento en que pudiera haber estado ganando almas, yo estaba brillando mi Ford. Me pregunto dónde estará el valor.
28 Yo trabajaba allá los domingos en la mañana, todo lo que ellos me permitían. Yo lo agradecía, porque estaba endeudado. Y yo… Pero ¿a dónde—a dónde me llevó? ¿Qué gané con eso?
29 Hermano Ledford, si alguien viniera a Ud. y a mí, y al Hermano Neville, esta mañana, a todos nosotros aquí, a los tres, mejor dicho, y dijera: “Ministros, ¿voy a darles a cada uno de Uds. un millón de dólares?”. Alguien que tuviera… que pudiera hacerlo.
30 Y yo dijera: “Bueno, Hermano Ledford, Hermano Neville, les diré lo que haremos. Salgamos y busquemos toda la gente pobre que podamos. Llevemos felicidad a cada pequeño hogar comprándoles ropas a los niños y pagando la hipoteca, o comprando este pequeño lugar. Nosotros nunca lo extrañaríamos. Un millón de dólares cada uno, pues, solo el interés cubriría todo lo que nosotros pudiéramos hacer con eso; ponerlo en alguna buena inversión o algo. Y entonces ¿qué haríamos nosotros? Eso estaría bien, eso, y que nadie supiera nada al respecto. Nuestros corazones se sentirían satisfechos.
31 Pero, luego, de hoy a cien años, hermanos, se necesitaría un milagro de Dios, si aún estamos con vida de hoy a cien años, Uds. saben eso; pues, estaríamos en la Eternidad. ¿En qué beneficiaría el millón de dólares, o todo el alimentar a los pobres y cosas que hayamos hecho? ¿Ven? Eso no sería gran cosa. Aunque yo tuviera un billón, en esta mañana, ¿en qué nos beneficiaría después de nosotros haber partido?
32 Pero permítanme decirles algo: Nosotros no tenemos ese dinero. Ud. es un hombre pobre, como todos nosotros; es cierto. Vivimos de las limosnas del pueblo, como ministros. Pero hermano, en África, un pequeño muchachito negro como de este tamaño o una prostituta de la calle allá de Louisville, un alma salva: en la Eternidad, allá cuando esa estrella esté brillando allá, nuestro nombre estará asociado a eso. Ahí está su valor. No es cuánto Ud. tenga, cuánto Ud. desee. Es lo que Ud. pueda hacer para salvar almas para Cristo Jesús. Nuestro dinero pasará.
33 Yo brillé ese viejo Ford. Y en esta mañana, allá en el garaje hay un Cadillac que me dieron. Pero un día de estos, ese Cadillac terminará como el Ford, no existirá más; sin embargo, Dios seguirá siendo el mismo. Pero si yo salvo un alma para Cristo, hermano, siempre y cuando exista una Eternidad, la gloria de Dios reposará sobre esa alma.
34 Entonces ¿qué es el valor a fin de cuentas? ¿De qué sirve, cuando la lucha lo tiene a uno por el cuello y el médico ve que el pulso sube por la manga? ¿De qué sirve todo el dinero y toda la popularidad? Y las palmaditas de la gente en la espalda de uno, o Ud. llegar a ser una persona importante ¿de qué le sirve eso a Ud.? Ni un poquito. Eso se desvanece y queda aquí en la tierra.
35 Pero un alma salva, su nombre estará asociado allí mientras que la estrella de la mañana resplandezca en el cielo. Así que salvemos almas, hermanos. Cada uno, Uds. amas de casa, no es necesario que sean un predicador; hagan Uds. algo para la gloria de Dios. Recuerden, las cosas Eternas son las que duran para siempre, y eso es lograr que almas sean salvas. Dejen que eso sea lo primordial, de todo su empeño y todas sus ideas y todos sus motivos.
36 Ayer, parado allí, sosteniendo la mano de mi madre, teniéndola abrazada, con su mentón temblando.
37 Y su muchacho tendido allí, muriendo, ella dijo: “Billy, he—he anhelado y anhelado que regreses al tabernáculo”.
38 Le dije: “Hermana Fergerson, me—me gustaría hacerlo”. Ella dijo… Yo dije: “Pero, mire, hermana: Tal vez yo pudiera lograr que cincuenta almas sean salvas por año, en el tabernáculo, y esa sería una buena cosecha por año. Yo puedo conseguir que cien mil de ellas sean salvas en alguna otra región. ¿Ve?”.
39 Y cuando yo entre a la Gloria, no quiero… Que Dios me salve. Él ya me salvó; eso es asunto terminado. Pero lo importante es que cuando llegue allá, yo quiero mirar alrededor y ver las estrellas resplandeciendo. Amén. Yo—yo quiero ver algo que cause algo.
40 Si yo—si yo muriera, y yo fuera un gran hombre, un presidente como Lincoln o algo así, dejaría un gran memorial; pero algún día eso no existiría más. Pero un alma salva, en la Gloria, su nombre estará incluido en eso mientras que la Eternidad gire.
Bueno, ahora vamos a orar.
41 Nuestro Padre Celestial, muy humildemente venimos a Ti en esta mañana. Dios, me alegra haber despertado hace como veinticinco años, al hecho que—de que la felicidad no consiste en las cosas de este mundo; consiste en las cosas Eternas, lo que nos hace felices en nuestra alma.
42 Y cuán agradecido estoy en esta mañana, y agradecido Contigo por Tu salvación y Tu gracia que me ha sido permitida, Señor, de ver alrededor de un millón de almas arrodillarse al altar. ¡Oh, Dios!, algún día glorioso cuando yo cruce, espero verlos a todos allá resplandeciendo como estrellas. Mis hermanos aquí, mis hermanas, en esta mañana, cada uno se siente de la misma manera. Ellos tuvieron una parte en eso, Señor, con sus oraciones y súplicas, y aferrándose a Dios; orando, compartiendo con otros y hablando con gran estima de las cosas de Dios.
43 Y confiamos hoy, Dios, si hay alguno aquí que no está donde debiera estar o que aún no ha aceptado a Cristo como debería, que este sea el día en que tome su única decisión inmortal y Eterna, de servirte a Ti. Concédelo, Padre.
44 Permite que todo Cristiano aquí, que su corazón arda en ellos por salir para algún lugar, por los vallados y los caminos, y que traigan almas perdidas, no importa cuán humilde sea, que ellos puedan traer un alma que traiga a un millón tras ella. Nosotros no sabemos lo que hacemos. A veces estas madrecitas se lo preguntan, Señor, pero ellas no saben lo que están hablando cuando le hablan a una persona joven o a alguna persona anciana, o de algo acerca de sus almas. Concédelo, Señor.
45 Ahora entra en la Palabra. Señor, Tú estás en la Palabra. Y danos fe para hacer que la Palabra viva y actúe hoy en nuestras vidas, en nuestros seres. Porque lo pedimos en Su Nombre y para Su gloria. Amén.
46 No estoy seguro si fue Dwight Moody, creo que fue, el zapatero de Boston, que un día… Una mujercita, en los antiguos días metodistas quiso hacer algo para el Señor. Así que, ella lavaba y ahorró su dinero, tomaba un dólar y medio, creo, para que un predicador anciano viniera a predicarle. Y ella alquilaba un establo de ganado por una moneda de veinticinco o algo, por esa noche. Limpiaba el establo y ponía la—la pequeña banca de lavar como altar.
47 Y es para mostrarles lo sencillo que es, a Uds. amas de casa. ¿Ven? Uds. dicen: “¡Oh, Hermano Branham!, ¡si yo pudiera predicar!”. No es necesario. Ud. solo… Ud. es un testimonio; su influencia; su vida.
48 Y ella consiguió unos volantes, y salió a la esquina anunciando la reunión, y los repartió. Cada vez que alguien lo recibía, ellos lo arrojaban; “¡Santa rodadora! ¡Fanática!”. Y seguían caminando. ¿Ven?
49 Un muchachito pasó por allí, con pantalones harapientos. Tenía los tirantes de su papá por sus hombros; el cabello le caía por el rostro. Dijo: “Señora, ¿qué está Ud. regalando?”.
Dijo: “Un volante, hijo”. Ella se lo entregó a él de esa manera. Él lo miró, dijo: “Yo no sé leer”.
Dijo: “Pues, allí dice que habrá una reunión esta noche, aquí”. “¡Oh!” dijo, “¿en serio? ¿Le importa si vengo?”. Dijo: “¿Qué si puedes? Debes venir, cariño, si puedes”. “Muy bien, lo haré”.
50 Esa noche, después de todos sus esfuerzos y débil. El ministro anciano fiel llegó, pasó al púlpito y oró. Entonó un canto, él y la señora, y ella se sentó como su audiencia.
51 Después de un rato, por la puerta pasó temeroso ese muchacho de apariencia harapienta, con el cabello por el rostro. ¿Saben Uds. quién era? Dwight Moody. Esa noche él se arrodilló al altar; envió un millón de almas a Dios. ¿Ven? Uno no sabe qué es lo que está haciendo.
Hable una palabrita de Jesús
Testifique, cante u ore,
Y como pan sobre las aguas
Algún día le regresará a Ud.
52 Es correcto. Muy bien. Solo recuerden: no fallen, no fallen ¡ganen algunas almas! Sea lo que sea que Uds. hagan, ganen almas. Me—me da gusto ver que nuestro pueblo aquí, en esta mañana, ninguno está en pobreza, hasta donde sé; todos con ropa buena y Uds. limpios; personas de apariencia inteligente. Estoy muy agradecido con Dios, de saber que Uds. son así.
53 Vine aquí, amigos, una vez durante la depresión, cuando prediqué en overoles. Y uno caminaba por millas, aquí, y por el país y no había suficiente para comer. Y eso lo sé; es cierto, lo recuerdo. Dios nos ha bendecido y estamos agradecidos con Él, ¿ven?
54 Pero en esta mañana (¿ven?), lo diferente que Uds. se ven en esta mañana, estoy agradecido por eso, pero nunca dejen que eso se los impida. Recuerden de dónde viene, de arriba. Y ganen un alma; Allá eso perdura para siempre. Y tal vez, la mayor parte de Uds. probablemente tienen una pequeña cuenta bancaria en alguna parte. Eso me agrada, y que Dios ricamente bendiga eso. Pero no dejen que eso les estorbe en el camino para ganar un alma. Es cierto. Tengan primeramente a las almas.
55 Ahora pensaba posiblemente… le pregunté al Hermano Neville; o Uds. no tienen una cierta lección de escuela dominical, por lo que enseñaremos de donde sea, de alguna parte de la Biblia. Y pensé en enseñar esta mañana, camino acá, antes de entrar al cuarto, acerca del Libro de Apocalipsis.
56 Entonces recordé que ese programa radial lleva a cabo una—una serie acerca del Libro de Apocalipsis. Charles Fuller, creo, tiene un—un libro. Y el Hermano Fuller mismo es un tipólogo. Y yo temía que fuéramos a repetirnos en eso, y que Uds. ya hubieran oído un poco al respecto.
57 Así que, pensé entonces en ir al Libro de Hebreos. Es un buen… ¿A cuántos les gusta el Libro de Hebreos? ¡Oh, es un gran…! Vamos como al capítulo 10. Pienso que es un capítulo hermoso. No sé si yo haya enseñado al respecto, probablemente que sí, aquí, parte de eso. Normalmente tomo dos o tres versículos, y con eso tenemos, y comenzamos en la Biblia.
58 Saben, a veces, cuando vengo de vacaciones, tengo tanta hambre por una oportunidad más, de poder venir al tabernáculo o a alguna parte aquí y solo tener unas series de estudio, como solíamos tomar la Biblia. Como en un cierto Libro, solo comenzar, estudiarlo de allá para acá por las Escrituras de esta manera. Eso posiciona y establece nuestra Fe. Para eso son estas lecciones, es para establecer nuestra Fe.
59 Ahora, en el capítulo 10 de Hebreos. No sé por qué, estando allí, simplemente abrí allí. Y queremos leer de aquí para una pequeña lección, y enseñarla. Si llegamos aquí abajo, y nos damos cuenta que lo hemos visto antes, entonces yo… iremos a otra cosa, o tal vez el Señor nos lleve a otra cosa.
60 Ahora no olviden los servicios esta noche aquí en el tabernáculo. Un hermano estará hablándonos esta noche. Y si Uds. tienen amigos alrededor de New Albany por allá, donde el Hermano Matheny, hablaremos allí un poquito esta noche; y después, el miércoles en la noche.
61 Y el Hermano Junior Jackson, le oí decir “amén” hace un rato, pero no he podido encontrarlo. Y él está en el edificio. Y él suyo es el jueves en la noche, y—y creo que él tiene el domingo en la noche. ¿Dónde estás, Junior? No te veo. ¡Oh, con razón!, estás sentado detrás de ese individuo grande allá atrás. Tu… ¿Qué…? Tu servicio, el vier-… domingo en la noche también ¿es así, Junior? [El Hermano Jackson dice: “Correcto”.—Ed.] El jueves y el domingo. Muy bien. Y sus servicios son esta noche, y él está en State Street, de New Albany. La State con… [“Monroe”.] Monroe.
62 Hermano Genther, Ud. puede ver que ha pasado mucho desde que leía los medidores o arreglaba los servicios públicos. He olvidado todas las calles. Pero, hay… Sigo amando al mismo Señor Jesús que nos acompañaba en ese entonces, cuando me ayudaba en aquellos días.
63 Le contaba a un hermano, hace un rato. Yo iba allá cuando estaba leyendo los medidores y tocaba la puerta. Leía el medidor y sacaba mi Biblia y leía por un rato, antes de que la señora llegara a la puerta, algo así. Y encontraba alguna pequeña edificación vacía. Desde luego, ahora no se pueden encontrar, de donde alguien se había mudado. Entraba allí y pasaba atrás a un cobertizo y me arrodillaba y oraba. Eso fue el fundamento, eso allí fue lo que lo estableció, mirarlo a Él.
64 Ahora, el Libro de Hebreos es el—lo que divide entre la ley y la gracia. ¿Cuántos saben que vivimos por gracia y no por la ley? Yo creo que el escritor… Nadie sabe con exactitud. Pero parece tanto ser Pablo, que me gustaría decir que es un escrito de Pablo. Y él les estaba hablando a los hebreos.
65 Ahora, el Evangelio ya había ido a los gentiles, por cuanto los judíos Lo habían rechazado. Y ellos habían ido a los gentiles con el Evangelio. Y ahora Pablo les estaba respondiendo por carta a los hebreos, porque muchos de ellos querían regresar bajo la ley, guardar la ley y aún creer en Cristo.
66 Y, saben, eso aún existe hoy. Hay gente hoy que trata de cumplir la ley del Antiguo Testamento y seguir siendo Cristiana, cuando uno es muy contrario a lo otro. Si Ud. cumple una parte de la ley, Ud. tiene que cumplirla toda. “Ud. es deudor” dice la Biblia, “de cumplir toda la ley”, por lo tanto, si Ud. cumple una parte de ella. Y entonces, si Ud. cumple la ley, como el sacrificio y los sábados, y obligaciones, y comidas, y lavamientos y demás, está bajo la ley.
67 Pero ahora nosotros no estamos bajo la ley; estamos bajo la gracia. Y Pablo está tratando de mostrar dónde la ley era una sombra. Ahora, al comenzar, aquí vemos eso.
Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfecto al que se acerca.
68 ¡Oh, vaya! ¿No haría eso allí un sermón? ¿Ven? ¿Ven? Ahora, la ley era una sombra de los bienes venideros.
69 Vamos acá, solo por un minuto. Abran conmigo de nuevo a… creo que es el capítulo 12 de Apocalipsis. Vamos allá a eso solo por un momento y veamos si conseguimos una porcioncita de algo bueno aquí, con lo cual comenzar, pensando en una “sombra”. Ahora vamos—vamos a leer de nuevo, ahora, Uds. con su Biblia.
Apareció en el cielo una gran señal: una mujer…
70 ¿Qué representa una mujer en la Biblia? Iglesia.
…una mujer vestida del sol (era su prenda que ella tenía puesta, ¿ven?), con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.
71 Fíjense, una mujer apareció en los cielos, para la—la visión de Juan el revelador. Y el… Ella estaba vestida del sol. Y la luna estaba debajo de sus pies. Y ella tenía doce estrellas en su corona.
72 Ahora ¿Qué simboliza eso? Visiones son símbolos. Ahora, la mujer es la iglesia. Y la iglesia era… La luna estaba debajo de sus pies. En otras palabras, aún seguía brillando, pero ella le estaba encima; pues ella ya había entrado en una condición de dar a luz a un niño. Ella estaba con dolores de parto. Y la luna estaba pasando, y el sol brillaba. Ahora, la luna es…
73 Lo que hace que la luna alumbre es el sol que brilla sobre ella; solo es una sombra del sol. Y, por tanto, la luna había vivido ya su día, y el sol estaba saliendo. La mujer no estaba vestida con la luna. Ella estaba vestida con el sol; era la iglesia del Evangelio viniendo a existencia. La antigua iglesia ortodoxa…
Ahora, Ud. dice: “Pues, ¿era esa la ortodoxa?”. Sí.
74 Jesús primero vino al judío y no al gentil. ¿Ven? Él, Él comisionó a Sus discípulos que no fueran a ningún gentil. Él dijo: “A lo Suyo vino, y los Suyos no Le recibieron”. ¿Qué? Él lo dijo cuando los comisionó en el capítulo 10 de San Mateo. Él dijo: “Por camino de gentiles no vayáis, sino id antes a las ovejas perdidas de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El Reino del Cielo se ha acercado”. ¿Ven? “No vayáis por los caminos de la ciudad de Samaria, ni por el resto del camino, sino id primero a las ovejas perdidas de Israel”.
75 Por esa razón es que la gloriosa luz del sol brillaba alrededor de la mujer. Y ella estaba en dolor, en parto, para dar a luz a este Hijo.
Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones;…
…Y el dragón se paró junto a la mujer que era (Roma), a fin de devorar al hijo tan pronto como naciese.
76 Y Roma persiguió al Hijo. Ellos dieron la orden y mataron todos los niños, de dos años en adelante… o, de dos años para abajo, mejor dicho, para así poder matar a Cristo, y agarrarlo allí. Herodes hizo este edicto.
…pero el hijo de la mujer fue arrebatado para Dios…
77 En la resurrección, “fue arrebatado para Dios, y está a la diestra de Dios”. Ahora, eso elimina toda doctrina del “hijo varón” ¿no es así? ¿Ven?
78 Pero ahora, “la ley” Hebreos 10 nuevamente, “teniendo la sombra de los bienes venideros”, y no la imagen misma, sino la sombra.
79 Ahora, la otra noche, hablaba con una persona muy fina, acerca de la doctrina del Milenio. Dije: “Yo creo en el Milenio, porque hay demasiadas sombras del Antiguo Testamento que hablan que habrá un Milenio; tiene que haberlo, ¡hay demasiadas sombras!”.
Ellos dijeron: “¿Pasará la Iglesia por la Tribulación?”.
80 Yo dije: “No. La Iglesia no puede pasar por la Tribulación, Ella tiene que irse antes de la Tribulación. ¡Hay demasiadas sombras!”. Miren eso, Noé, en el principio, Noé… “Todo el Antiguo Testamento, toda la ley, pues era una sombra de las buenas cosas por venir”.
81 Ahora, antes de llegar el periodo de tribulación, primero Enoc, el… Noé, Noé fue el tipo que pasó por eso como la virgen durmiente, pero Enoc fue trasladado un poco antes de llegar la tribulación. “Y Enoc fue arrebatado, y desapareció, porque le llevó Dios”, el tipo de la Iglesia que se va. Y Noé le observó. Cuando él vio partir a Enoc, supo que era tiempo de entrar en el arca, para ser llevado a través de la tribulación.
82 La Biblia dice “que había diez vírgenes que salieron a encontrar el Novio; y cinco eran prudentes, cinco eran fatuas. Mas todas eran vírgenes, cada una de ellas. Pero cinco eran prudentes y tenían Aceite en su lámpara. Y ellas salieron a encontrar al Novio. Y el Novio vino, y las que tenían Aceite entraron”. ¿Ven la traslación?, yéndose con el Novio.
83 Pero las que se quedaron atrás, ellas vinieron y también quisieron entrar. Igual como aquellos que vinieron y tocaron la puerta del arca: “Noé, déjanos entrar”, pero Dios cerró la puerta.
84 Y, ¡oh, amigo mío, un día de estos Dios le va a hacer a Ud. su último llamado! Entonces la puerta será cerrada entre la misericordia y el juicio. No sea dejado afuera. Entre ahora mientras pueda. No le preste atención a lo que el mundo diga. Entre en Cristo. “Porque los que están en Cristo traerá Dios con Él”. ¿Ven?
Por tanto, esta virgen prudente se fue en la traslación.
85 Y estos otros que vinieron y tocaron la puerta, ¿qué sucedió? ¿Qué aconteció? La Biblia dice: “Fueron echados a las tinieblas de afuera; donde será el lloro y el lamento y el crujir de dientes”.
86 Israel, cuando el periodo de tribulación golpeó a Egipto, no hubo una sola cosa que afectara a Egipto… a los israelitas, porque ellos estaban en el lugar provisto por Dios, Gosén. Sin tribulaciones, en lo absoluto. ¿Ven? Los demás estaban en la tribulación, pero este no.
87 Ahora, todas esas cosas siendo sombras, tienen que ser tipo de algo. Y entonces cuando vemos esa previa venida del Señor, vemos cómo la gente caminó en esos días, y vemos cómo llegó a ser la gente: “Impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”; así está hoy. Hombres caminan tras sus propias concupiscencias impías. La cosa ha llegado a que… Excusen esta expresión, mis hermanas. Pero ha llegado al punto en que la verdadera decencia moral es una cosa casi del pasado, entre nuestro pueblo.
88 Ayer, en el hospital Saint Edwards, escuché a un médico hacer pedazos a una muchacha allá atrás. Él subió por los escalones donde pude estrecharle la mano, todos en el hospital estaban escuchando, mirando. Había una muchacha allá atrás con esta ropita corta impúdica puesta, algo como pantaloncitos cortos.
89 ¿Saben lo que la Biblia dice de eso? Él dice: “Es una abominación a los ojos de Dios que una mujer use pantalones como el hombre”. Correcto.
90 Y allí estaba ella, camina-… El médico dijo… Un individuo pequeño, lisiado. Yo lo conozco, pero no recuerdo su nombre. Él dijo: “¿Me quiere decir Ud. que la hermana la dejó entrar a este hospital de esa manera?”. Dijo: “Pues, Ud. es una desgracia para el hospital. Váyase de aquí”.
Yo dije: “Vaya, quiero estrecharle la mano”. Seguro.
91 Dijo: “¿Cómo logró pasar por la entrada? ¿No le da vergüenza, de entrar aquí vestida de esa manera?”.
92 Pensé: “¡Oh, hermano!, ¡eso es correcto!”. Yo admiro a un hombre con suficiente valor para llamar a lo correcto “correcto” y a lo errado “errado”, no importa quién sea él. ¿Ven? Pero, la cosa de la decencia, ¡oh, que yo…!
93 Uds. me perdonan, ¿no es así? Quiero detenerme aquí solo por un minuto. Ahora, yo quiero tal vez aclarar esto un poco, mi precioso amado amigo. No piense que el Hermano Branham quiere ser grosero, no es así. Solo quiero decir la verdad. Y lo que yo sé es que allá en la Gloria, algún día, si veo su vida eliminada, y luego me entero que la causa de eso fui yo, y conociendo la Verdad pues no la hablé. No, pasaré eso de mis hombros a los suyos; Ud. tome su decisión.
94 Nuestras mujeres que visten así, tienen un espíritu maligno. ¿Ven? Solo hay una cosa en la Escritura que alguna vez hizo eso. Ese fue el diablo, desvistió a las personas. Miren. Ahora, no quiero decir que Ud. sea inmoral; no es lo que quiero decir, mi amada hermana. Pero Ud. está en la moda del día, de tal manera, al grado que Ud. simplemente… Ud. piensa que es bonito porque otras lo hacen, y no se da cuenta que eso es el diablo haciendo eso. Seguro, lo es. Ud. no es popular, está demente; excusen la expresión. Bueno, eso es cierto. Quiero decir, Ud. con demencia está alejando la cosa de Dios.
95 ¡Oh!, ¡el Espíritu Santo de Dios, no contenderá por siempre con el hombre! “No queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. Y Dios nos dé el valor, en el día cuando los predicadores… Aquí fue donde comenzó, porque su pastor en la plataforma tolera eso. Es cierto. Ud. debería ser excomulgada. Si yo tuviera una iglesia y las mujeres hicieran eso en la iglesia, inmediatamente saldrían del libro de la iglesia. Sí, señor. Ahí mismo, hasta que se enmendaran, y caminaran correctamente. Dios las responsabiliza. Pero, hoy…
96 Yo fui a Saint Joseph. Constantemente atiendo estas llamadas del hospital, estas emergencias. Fui allá a ver un bebé muriendo, cáncer… o una enfermedad de los riñones; le sacaron un riñón, con solo dos o tres días de nacido. Y cómo ese pobrecito… Y allí lo noté, en ese hospital católico, fueron muy amables y generosos.
97 Voy a un hospital protestante. Había una mujer muriendo, y caminé allá para imponer las manos. El capellán, parado allí, dijo… Y le dije que yo era de la misma denominación a la que él pertenecía. Dijo: “¡Ja! ¡No! ¡No lo haga, no lo haga, no lo haga! ¡No haga eso! No le imponga la mano”.
Yo dije: “La Biblia lo dice”.
98 “¡Ah, salga de aquí”! Dijo: “Eso no sirve de nada. No, nosotros no queremos que ponga sus manos aquí sobre alguna persona enferma”. ¿Ven cómo es?
99 Y por esa razón es que la iglesia católica los está absorbiendo por miles. Es cierto. Es porque el protestante no ha profundizado lo suficiente en Dios para tener una experiencia; para saber lo que es la verdadera salvación antigua, en el corazón, el Poder de Dios. Ahí está la clase mediocre. Y ahí está la clase llena, esperando la Venida del Señor. Amén. Ahí lo tienen.
100 Fíjense: “la ley teniendo la sombra”. Todas estas cosas que vemos ahora son una sombra, eran sombras, y ahora están viniendo a ser el positivo. Así como el árbol crece y llega a ser una rama; luego se convierte en semilla, para producir la misma clase de semilla que entró a la tierra. Todas estas cosas vinieron del Génesis. Y, hoy, ahora…
101 “Pero estos adoradores, quienes vinieron bajo la sombra, nunca pudieron ser hechos perfectos”. Sigamos allí en esa palabra.
…que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfecto al que se acerca.
102 Quiero que ahora… ¿Han oído Uds., tantas veces, decir a personas: “¡Oh, nadie es perfecto!”? Eso es correcto, Ud. no puede ser perfecto ante los ojos de su prójimo.
103 Pero Ud. tiene que ser perfecto o Ud. jamás irá al Cielo. Correcto. La Biblia dice, Jesús hablando, en las bienaventuranzas, Mateo; dice: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en el Cielo es perfecto”. Entonces, Ud. tiene que ser tan perfecto como lo es Dios o Ud. está perdido. Ahora ¿cómo va a hacerlo Ud.? ¿Ve?
104 Ahora, un solo pequeño error y Ud. está perdido; con una miradita crítica y Ud. está perdido; porque nada puede entrar en esos Lugares solo lo “perfecto”. Dios puso a Satanás allá Arriba una vez, como un Ángel, lo cual él era el Hijo de la Mañana, y él tomó las cosas buenas de Dios y las pervirtió en maldad. Dios se ha asegurado de que nada entre Allá que vuelva a hacer eso. ¿Ven?
105 Ahora, Ud. tiene que ser perfecto. Jesús dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre en el Cielo es perfecto”. Ahora, ¿cómo lo será Ud., cuando continuamente Ud. está pecando, cuando Ud. continuamente hace lo errado? Ahora, esto va a incomodar a los legalistas, pero, fíjense: No es lo que Ud. hace; es lo que Dios ha hecho. No es lo que Ud. hace; es lo que Él ha hecho. ¿Ven? Ud. no puede ser perfecto; no puede serlo, por su cuenta. Pero, en Cristo, Ud. es perfecto. Uno no está confiando en sus propias buenas obras ni en su propia iglesia a la que pertenece, sino que está confiando en la Sangre derramada del Señor Jesús. Ahí lo tienen. Eso es lo que lo hace a uno perfecto. Ahí está lo que le ancla a uno la fe.
106 Entonces con la sanidad Divina, es de la misma manera. Yo no estoy confiando en la manera como me siento. Si fuera así, estaría en la cama en esta mañana; sino que estoy confiando en Su obra consumada. Él lo dijo: Él lo prometió; yo lo creo. ¿Ven? Eso es. “Sed vosotros perfectos”.
107 Ahora, ¡oh!, podemos hacernos un poco de un lado, algo llegó a mi corazón. Permítanme preguntarles algo. Nosotros estamos viviendo en el día de juicio ahora, no del gran Juicio, sino el llamado a salir, de la Iglesia, ¿lo creen Uds.? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.] Estamos viviendo en los días de la segregación. Hay una—una desgracia, una—una segregación racial queriendo surgir en el país. Eso es una tontería. Pero sí hay un tiempo genuino de segregación: el bien del mal. Dios separa Su pueblo, los llama a que salgan. ¿Saben Uds. que la misma palabra iglesia significa: “segregados, llamados a salir, separados?”. Amén. “Salid de entre ellos” dice la Biblia, “no seáis participes de su pecado ni de su inmundicia, y Yo os tomaré a Mí Mismo. Y Me seréis hijos e hijas y Yo os seré por Dios. ¡Salgan!”. Es un tiempo de separación. “Y cuánto más cuando veis este día acercándose”.
108 La Iglesia que una vez intentó caminar, ellos mismos se denominaron, y ahora han llegado a ser una gran conglomeración viviendo como el mundo. ¿Ven?, tal y como la Biblia dice que aquellos lo hicieron en el Antiguo Testamento, así lo hicieron muchos de ellos. Dios los llamó a que salieran, les mostró milagros y maravillas, y toda esa generación pereció en el desierto; después de que ellos habían visto milagros, después de Dios obrar milagros en ellos, después de haber visto la gloria de Dios. Pero, en su corazón, ellos eran incrédulos, le murmuraban a Dios, eran quejumbrosos. Dios simplemente dijo: “Sepárate de ellos, Moisés”. Y Él comenzó una nueva generación, para introducirlos en la tierra prometida.
109 Fíjense. ¿Cuántos aquí en esta mañana son Cristianos? ¿Podrían levantar las manos?, solo levanten las manos: “Yo soy Cristiano”. Gloria a Dios porque Ud. es Cristiano. ¿Cómo llegaron Uds. a ser Cristianos? ¿Por decir: “Yo—yo quiero llegar a ser un Cristiano?”. ¿Porque Ud. ha buscado a Dios con lágrimas? Porque Dios por gracia le llamó. [La congregación dice: “Amén”.—Ed.] Es correcto. No porque Ud. lo haya buscado a Él; es porque Él lo buscó a Ud.
110 Ahora, si Uds. se fijan, del lado bautista o del lado presbiteriano, la creencia arminiana, todas vienen de lo mismo. Ellos dicen: “Bueno, si Dios me llamó, aleluya, entonces estoy bien. Haré lo que yo quiera”. Eso muestra que Ud. no lo tiene y que no fue llamado. Es cierto. Si Dios lo llamó a Ud., Ud. lo amará a Él tan divinamente, que las cosas del mundo estarán muertas para Ud. Es correcto.
111 El joven sentado ahora allá atrás haciendo las grabaciones. Él me preguntó, cuando entraba, que es mi… uno de mis hermanos, el Sr. Mercier. Y él hace las grabaciones de los Mensajes en las reuniones, y su compañero; Leo y—y Gene, aquí atrás. Leo me dijo cuando entraba esta mañana, dijo: “Hermano Branham, ¿cuál fue primero: la fe produce amor o el amor produce la fe?”.
112 Yo dije: “Amor produce fe; no fe, amor. Uno tiene que amar primero, antes de poder tener fe”.
113 Entonces si Ud. dice que tiene fe y no ama divinamente a Dios, su fe es en vano. ¿Ven? Uds. tienen que amar a Dios. Por tanto, Ud. puede unirse a todas las iglesias del país, hacer lo que Ud. quiera, hacer todas las confesiones que quiera, pero si no hay un real y genuino amor, nacido de nuevo del Espíritu Santo en su corazón por Dios, su fe es en vano. No importa cuánto confiese que Ud. le cree a Dios, eso no tiene nada que ver allí. Eso tiene que nacer en el corazón humano, entonces Ud. tiene Vida Eterna, jamás podrá ser separado de Dios.
114 Ahora, si tuviéramos tiempo, no veo a muchos de Uds. con Biblias, pero allá en el Libro de Apocalipsis. Ahora escuchen. Pónganse a pensar y abran su corazón. Quiero decir ahora aquí. Quiero que Uds. escuchen con atención, mientras el Espíritu Santo está cerca.
115 La Biblia dice, en Apocalipsis, que el anticristo vendría en el día postrero, y que él sería muy descortés. Y allá también en San Mateo, el capítulo 24, Jesús hablando, dijo: “Cuando venga el anticristo, que él—él sería tan parecido al verdadero obrar de Dios, que engañaría a los propios Escogidos si fuera posible”. Observen: “Engañaría a los propios Escogidos…”.
116 Los “Escogidos”, ¿de dónde viene? De la palabra “Elegido”. “Él engañaría a los propios Escogidos si fuera posible”. ¿Ven? Pero no puede ser. ¡Gloria a Dios por eso! No es posible.
117 Como allá en Hebreos, el capítulo 6, Él dijo: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y gustaron de los dones celestiales y del poder del siglo venidero, si recaen, sean otra vez renovados para arrepentimiento”. Es imposible. No se puede hacer. Correcto. Eso se puede imitar; se puede fingir. Las personas pueden actuar como si fueran fulano y fulano, y pueden ser movidas con cada cosita.
118 Pero un hombre que ha nacido del Espíritu de Dios, su—su rumbo está fijo hacia la Estrella Polar. ¡Aleluya! Y todo el infierno jamás lo desviará. Así es. Yo no digo que él no cometerá errores; no digo que él no resbale y caiga. Eso es cierto. Pero tan pronto él pueda ponerse de pie de nuevo, fija sus ojos en la Estrella por allá, y él avanza. Seguro. “¡Escogido!”.
119 Ahora, la Biblia dice, y yo sé que Esa es la Palabra del Dios vivo. La Biblia dice esto. Ahora escuchen. ¿Ven? “Y la bestia, y el falso profeta”, p-r-o-f-e-t-a, singular. “Y la bestia”, el poder. La trinidad del infierno; así como la trinidad de Dios. Ahora observen.
Y hacía que a todos, pequeños…grandes, que son ricos o pobres, esclavos y libres, (varon o hembra, hombre o mujer, niño o lo que sea)…
…hacía que a todos, pequeños y grandes…se les pusiese una marca en su…frente, y son sellados en el reino de las tinieblas.
120 Ahora hay dos sellos en vigencia hoy. Y no se sabe en qué momento Ud.… ¡Oh, hermano, que esto penetre profundamente! Ud. no sabe en qué momento, Ud. que está en la frontera hoy, tomará su decisión final. Es cierto. Uds. no pueden vacilar por mucho tiempo; “Mi Espíritu no siempre contenderá con el hombre”. Así que, Ud. puede vacilar por un buen rato; pero “Mi Espíritu no siempre contenderá con el hombre”, estando al borde.
121 Fíjense, la marca de la bestia es la marca de una apostasía, el diablo, las obras del diablo. Dijo Jesús: “¿Por membresía de su iglesia?”. [La congregación dice: “No”.—Ed.] “¿Por su teología”? [“No”.] “¿Por su experiencia del seminario”? [“No”.] “Por sus frutos Uds. los conocerán”. [“Amén”.]
122 Ahora, pues, el fruto del Espíritu Santo es amor, gozo, paz, longanimidad, bondad, benignidad, paciencia, mansedumbre. Eso es el fruto del Espíritu. Y, el fruto, esa es la marca del Espíritu Santo, mostrando que amor Divino se ha anclado en el corazón, y las cosas del mundo han muerto.
123 Ahora, la marca del diablo, es imitación: obras, no la gracia. Las obras son sombras de cosas por venir; hipocresía, ir a la iglesia aparentando ser un Cristiano; vivir como el mundo, mezclarse en los asuntos del mundo, salir y portarse como el mundo. “Y serán tan parecidos” que los dos lados serán exactos en apariencia, “engañarían al mismo Escogido…”. Aquí hay un miembro de iglesia, va regularmente a la iglesia; es una buena persona, va a la iglesia; buena persona, moralmente buena. Pero, con todo, allí en el fondo más profundo de su ser, nunca ha habido una experiencia de Jesús morando allí.
124 Miren a Esaú y a Jacob. Pues, Esaú era dos veces mejor hombre que Jacob; seguro que lo era. Pero Jacob tenía una cosa: “Tenía la recompensa del galardón”. Él vio esa primogenitura, y la consideró como lo más grande de la tierra.
125 Y hoy nosotros queremos considerar el ir a la iglesia, escuchar al Dr. Fulano de tal o al Hermano Fulano de tal hablar, hacer cosas así, o unirse a una buena iglesia que tiene un grupo amable, un buen avivamiento. A eso le llamamos hacer algo bueno. Eso no es.
126 Dios mira el corazón. Y al corazón de Jacob no le importaba qué sucediera. Había un propósito sólido para él, era: conseguir esa primogenitura.
127 Ahí está el verdadero creyente hoy. Dejen que el mundo lo llame a Ud. lo que quiera. Déjenlos decir que Ud. es un fanático, si eso quieren. Ellos llamaron a Jesús “Belcebú”. “¿Cuánto más no les llamarán a Uds.?”, dijo Él. “Bienaventurados sois cuando los hombres os persigan, digan toda clase de mal contra vosotros, falsamente, por Mi causa. Gozaos y alegraos en gran manera, porque vuestro galardón es grande en el Cielo; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. ¿Lo ven?
128 Ahora, ¿qué es entonces el Sello de Dios? Efesios 4:30, dice: “No contristéis al Espíritu Santo”. El ¿qué? Efesios 4:30, Uds. que lo están anotando. “No contristéis al Espíritu Santo”. Ahora, yo sé que algunos de ellos dicen que es esto o aquello o lo otro. Pero no importa, la Biblia dice: “Sea mentira la palabra de todo hombre, pero la Mía veraz”.
129 Algunos dicen: “Guardar días es la marca”; y algunos dicen: “Hacer esto es la marca”; y algunos dicen: “Siendo un testigo de esto es la marca”.
130 Pero la Biblia dice: “No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de vuestra redención”. ¿Hasta cuándo? “Hasta el Día de vuestra redención”. ¿Cómo se puede hacer?
131 ¿Puede Dios cometer un error? ¿Podría Él darle a un hombre el Espíritu Santo…? Y Él siendo infinito que conoce desde el principio hasta el fin, ¿le daría Él a un hombre el Espíritu Santo y le prometería a él Vida Eterna, y luego se da la vuelta y se Lo quita? Eso lo haría a Él finito, como Ud. y como yo, sujeto a errores.
132 Pero, gracias a Dios, nuestro Padre Celestial no comete errores. Él… Seguro. Él no puede cometer un error. Desde un principio Él era infinito; y lo será, en el final. Él no puede cometer errores. Él es perfecto.
133 Fíjense, ahora regresaré a los—los Hebreos de nuevo. Ahora, “Sed, pues, vosotros perfectos”. Ahora voy a saltar entonces y a entrar en Apocalipsis.
Y hacía que a todos…grandes, (ancianos, jóvenes, hombres y mujeres)…esclavos y libres, se les pusiese una marca en la frente, y en la mano;
134 “Y él los engañó a todos excepto a aquellos cuyos nombres estaban escritos en el Libro de la Vida del Cordero”. Él los engañó a todos, a toda la tierra, las sectas religiosas. Él recibió al que aparentaba ser Cristiano; él engañó al miembro de iglesia; él engañó al hombre moral; él engañó al hombre bueno; él engañó al que dice ser predicador; él engañó al que dice ser Cristiano.
135 Él los engañó a todos con su gran propaganda, diciendo: “Todos somos una gran iglesia, y todos debemos unirnos, y hacer que las cosas del mundo y la iglesia y el estado, se unan. Lo que… Acabaremos con todas las guerras, para siempre”.
136 Miles de madres, millones de ellas dirán: “Eso es lo que queremos”. Vigile de dónde viene eso, hermana. Vigile cuál es el antecedente de eso.
137 “Y él engañó a todos cuyos nombres no estaban escritos en el Libro de la Vida del Cordero”.
138 Ahora, ¿están listos? Aquí está. Es de doble cañón y una carga pesada. Escúchenlo, ahora: “Él engañó a todos cuyos nombres no estaban escritos en el Libro de la Vida del Cordero…”. ¿Desde el momento en que se unieron a la iglesia? ¿Desde el momento del avivamiento? ¿Fueron sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero cuando ellos se unieron a la iglesia? No. “Los nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero ¡desde la fundación del mundo!”. Amén. De esa manera es. ¿Lo captan? Eso ha sido pasado por alto durante cientos de años, entre los maestros.
139 Pero, miren, el nombre del Cristiano no fue escrito en el Libro de la Vida del Cordero cuando él vino al altar. La Biblia dice: “Su nombre fue escrito en el Libro de la Vida del Cordero, desde allá de la fundación del mundo”. “Ninguno puede venir a Mí si Mi Padre no le trajere. Y todo el que viene, Yo le daré Vida Eterna, y le resucitaré en los días postreros”. ¿A qué le tememos?
140 Escúcheme mi hermano agobiado. La Biblia dice que “Jesús fue el Cordero de Dios inmolado desde la fundación del mundo”. Noten. ¡Oh, vaya! ¡Cómo le hace esto arder su corazón! ¡Cómo brinda esperanza! Muy atrás, antes de la fundación del mundo, cuando Satanás pervirtió, el mal; Dios, siendo infinito, miró a través de la corriente del tiempo, y vio el final.
141 ¡Previo conocimiento! Si Él no sabe todas las cosas, Ud. ha limitado a Dios, Ud. le ha hecho a Él finito como Ud. y yo. Pero Dios no es limitado: el poder de Dios, el conocimiento de Dios, todo; Él es el omnipotente.
142 Allá atrás, antes de la fundación del mundo, cuando Satanás hizo el mal, pues Satanás tenía en su mente lo que iba a hacer, y Dios vio cómo Él lo podía contrarrestar. Amén.
143 La Biblia dice: “En el principio era el Verbo” San Juan 1, “y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”, en el principio, cuando comenzó el tiempo. Era la Eternidad, antes de eso, esto es dentro del tiempo de lo que estamos hablando.
144 La Eternidad es como un—una panorámica. Ella nunca—nunca termina. Es un círculo que continua para siempre y para siempre y para siempre. Es una rueda sin fin que nunca para o nunca tiene final. Pero Satanás hizo una ruptura allí, y bajó acá y hubiera arruinado completamente la cosa.
145 Pero Dios vio donde habría un espacio de tiempo. Y siendo el gran Ser infinito, de principio a principio, Él miró abajo. Y Él fue, en el principio, la Palabra. Ahora, una palabra es un pensamiento expresado. Dios comenzó a pensar, cuando comenzó a ver todo ser humano que vendría sobre la tierra, y toda ave, y toda pulga, y toda mosca. ¡Aleluya! Ese es el Infinito, Todopoderoso, Eterno, siempre presente Dios. Es Él a Quien servimos en esta mañana.
146 En el principio allá atrás, pues Él vio que habría algunas personas que desearían ser salvas, algunas personas que iban a querer ser salvas, algunas personas que serán fiel en su corazón. Ellas querían ser salvas. Por tanto, Él tiene que hacer preparativos para su salvación, es correcto, o ellos jamás serán salvos. Y Él sabe que cualquier cosa imperfecta no puede entrar al Cielo, así que Él tiene que hacer una vía de perfección para ellos. Amén. ¿Lo ven Uds.? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.]
147 Entonces, allá atrás, Él dijo: “Yo Mismo bajaré al mundo y Me vestiré de carne humana y pagaré la pena que ha sido requerida aquí. Y Yo tomaré el lugar, y Yo los perfeccionaré porque les daré entrada a Mí, y Yo soy perfecto”.
148 Entonces cuando Jesús dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos como aquellos que son… Dios es perfecto”.
149 Entonces aquí estaba este cuerpo inmolado que fue golpeado y herido por el pecado, y todo pecado que el mundo había tenido o que tendría, se cargó sobre Él. Y Él es el cuerpo que Jehová levantó allá en el día postrero, al tercer día después de Su muerte.
150 Y si nosotros estamos en ese Cuerpo, nosotros somos tan perfectos como lo es ese Cuerpo. Amén. Allí están Uds. ¿Cómo se entra en ese Cuerpo? ¿Cómo se entra en Él? La Biblia dice en Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. A ellos no les interesa lo que diga el mundo, ni lo que cualquier otro diga, ni siquiera lo que diga su familia. Ellos caminan en el Espíritu de Dios, en perfecto amor Divino. ¿Lo ven Uds.?
151 ¿Cómo entra Ud. en Él? ¿Por unirse a la iglesia? ¿Por estrechar las manos? ¿Por bautismo en agua? No, señor.
152 El capítulo 12 de primera de Corintios dice: “Por un solo Espíritu somos todos bautizados en un Cuerpo, y venimos a ser miembros de ese Cuerpo”. Y, por tanto, no es lo que yo haya hecho, lo que soy, quién fui ni nada de eso. Es lo que Dios ha hecho por mí, en Cristo, y nosotros somos perfeccionados con nuestro Sacrificio.
153 Él no comete errores. Él no lo traería si Ud. no fuera digno. Él conoce su corazón. Es correcto. Él sabe lo que Ud. es. Él conoce sus motivos. Él sabe lo que Ud. es. Hay trampas por todo el camino. Seguro, el diablo causará que Ud. tropiece. Y Ud. dice: “Yo no quise hacer eso. Dios, Tú lo sabes”. Ud. aún es perfecto, por cuanto una Sangre perfecta fue ofrecida por Ud., a diario, y un Sacrificio sangrando cuelga delante del Trono del Dios Todopoderoso. Es correcto. Ahora, ¿cómo entró Ud. Allí? Dios, por previo conocimiento…
154 Ahora, Dios dijo que Jesús… Ahora escuchen con atención. Abran su corazón. Miren. La Biblia dice: “Jesús fue el Cordero inmolado desde la” (¿dónde?) “la fundación del mundo”. Él fue inmolado. ¿Por qué? Dios, el Padre, cuando miró abajo y vio cómo…
155 Jesús no vino por casualidad a morir. Él en ningún momento vino como por decir: “Bueno, pueda ser que alguien sienta lástima cuando vean la manera en que morí, y todo”. No, no. Dios no maneja Sus asuntos de esa manera. Dios maneja Sus asuntos perfectamente. Es correcto.
156 Él sabía exactamente lo que iba a suceder. Por eso Él tenía el conocimiento previo. Él sabe exactamente lo que Él… “Él no quiere que ninguno perezca”. “Él no quiere” pero si Él es infinito, Él sabe quién lo hará y quién no. Por lo tanto, Ud. puede descansar con la certeza que si Ud. ha recibido a Dios y ha sido lleno del Espíritu Santo, Ud. está anclado hasta su destino Eterno. Correctamente. ¿Ven?, Él lo sabe de antemano.
157 Ahora observe. La Biblia dice que “Jesús, el Cordero, fue inmolado antes de que se estableciera la fundación del mundo”. ¡Oh! Yo—yo sé que me comporto raro aquí arriba, pero yo—yo—yo me siento glorioso. Miren. ¿Qué? Jesús fue inmolado antes que en el mundo fuera puesto el primer granito de tierra; ya Jesús había sido inmolado. ¿Por qué? Porque Dios… Aquí está, cáptenlo: Dios, por previo conocimiento, siendo Él la Palabra en el principio, Él percibió un pensamiento. Ahora solo era un pensamiento; entonces cuando Él lo habló y dijo que así sería, Jesús fue inmolado en el mismo minuto en que Dios habló la Palabra. ¿Entonces qué? Cuatro mil años más tarde, Él vino y pagó el precio, lo cual Dios ya había hecho acá atrás, por Su Palabra. Él tenía que venir. Todos los diablos del infierno no podían impedirle a Él que viniera. Dios ya lo había hablado.
158 Ahora, creyente, ¿tiene puestos sus zapatos de gozo? Escuchen esto. Si Ud. es un Cristiano, si verdaderamente Ud. es un hijo de Dios, la Biblia dice…
Eso no es, “¡Oh, predicador!”.
159 Es la Biblia. Ella dice: “Sus nombres fueron escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo”. ¡Oh, vaya! Al mismo tiempo que Cristo… que Dios dijo que Cristo sería inmolado, Él escribió su nombre con el de Él. ¡Aleluya! Ahí lo tienen Uds. El nombre suyo fue escrito en…
160 Él dijo: “Y engañó a todos, grandes, pequeños” muchos eran miembros de iglesia, pretendiendo ser Cristianos. “Él engañó a todos cuyos nombres no estaban escritos” no en el libro de la iglesia, sino “en el Libro de la Vida del Cordero” (¿cuándo?), “antes de la fundación del mundo”. Dios escribió su nombre en el Libro de la Vida del Cordero, por Su Palabra hablada. Y envió a Cristo, el Sacrificio, para comprarla, para redimir ese mismo grupo cuyos nombres Él había escrito en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo. [Cinta en blanco.—Ed.]
161 Ahora, “Aquellos quienes Él ha llamado, Él ha justificado”. Él llamó desde antes de la fundación del mundo. “Aquellos que Él llamó, Él ha justificado. Y aquellos que Él ha justificado, Él ya ha glorificado”. El mismo Dios que desde antes de la fundación del mundo llamó su nombre y lo escribió en el Libro de la Vida del Cordero; en el Libro, desde la fundación del mundo, ya ha hecho un lugar en Gloria para Ud. “Y cuando este tabernáculo terrestre se deshiciere, tenemos uno ya esperándonos en Gloria…?…”. Allí lo tienen. Ese es el Evangelio.
162 ¿Por qué nos preocupamos? Por qué andamos aquí con esta apariencia: “Pues, ¿será así?”.
163 ¡Levanten sus rostros! La Biblia dice: “Levanten las rodillas paralizadas. Y que levanten las manos una vez caídas. El que sea débil, diga, ‘fuerte soy’”. Amén.
164 Pues el Evangelio ha sido dado; son Buenas Nuevas. Y en esta mañana, el Espíritu Santo por medio de la Palabra, está trayéndole a Ud. las Buenas Nuevas, que “desde antes de la fundación del mundo Dios escribió su nombre en el Libro de la Vida del Cordero”. Todos los diablos del infierno no pueden borrarlo de allí. La Palabra de Dios lo ha hablado. ¡Es tan cierto que sucederá, como Dios que los escribió allí desde antes de la fundación del mundo! Amén. ¡Cuán glorioso es nuestro Padre Celestial, en Su infinito amor y Su misericordia, de hacer eso por nosotros!
165 Dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto”. ¿Cómo puede serlo Ud.? Pues, no es mi perfección, no es la perfección suya. Es la perfección de Él, de Su Palabra; que Él lo escogió a Ud., y Ud. en ningún momento lo escogió a Él. Y Él lo introdujo a Ud. en Cristo. Y Ud. está seguro con Jesucristo, y tan perfecto como Cristo lo fue delante de Dios. Pues, Ud. no está parado por sus méritos propios. Ud. está parado en Él por una cosa: “Yo le creo a Dios”. Amén. ¡Oh, yo le amo! ¡Oh, vaya!
166 Del otro lado del Edén, amén, qué tiempo más maravilloso será algún día, cuando uno mire atrás y diga: “¿Por qué temía yo? Miren el gozo que dejé de tener”.
167 Joven, jovencita, en esta mañana, o Ud. anciano o mujer que nunca ha sido Cristiano. Dios continuamente toca a su corazón. [El Hermano Branham toca en el púlpito cuatro veces.—Ed.]¡Oh, sí!, Ud. tal vez entre ya al final del camino, pero Ud. no tendrá gozo. No estará rodeado de estrellas que brillen. Yo no quiero estar así.
168 Yo quiero oírlo a Él decir: “Bien hecho, Mi buen siervo fiel”. Quiero mostrarle a Él mi agradecimiento.
169 Mi pobre esposita con el cabello gris, ¡cuánto me encantaría hacer algo por ella que sé que a ella le agrada! porque la amo y sé que ella me ama a mí. Y si yo hiciera eso por mi esposa, en amor humano, ¿cuánto debo hacer yo, al saber que Dios, por gracia, antes de la fundación del mundo, me vio a mí, un pobre pecador tambaleando, y que iba para el infierno y sin poder evitarlo? Y Él me pre-ordenó, y puso mi nombre en el Libro de la Vida del Cordero antes de la fundación del mundo. ¡Oh, yo Le amo! No existe manera en absoluto de poder saber…?… Con razón la Biblia dice: “Ojo no vio ni oído oyó, ni ha subido en corazón de hombre”. ¡Oh, vaya! ¡Cuán glorioso es Dios! ¿No quieren Uds. confiar en Él, si Ud. está agobiado y llevado de lado a lado?
170 Vergüenza deberían tener Uds. Cristianos, que se llaman Cristianos y andan por ahí agobiados. “Pues, yo no sé. Si voy a la iglesia, el…”. ¡Oh, Ud. es una pobre excusa!
171 Déjenme decirles: levanten sus rostros; enderecen el pecho. ¡Oh, vaya! ¡Oh, usen fe! La fe es el jefe. Correcto. La fe tiene pelos en el pecho. Hermano, quiero decir que tiene músculos grandes. Cuando habla, toda preocupación cae de un lado al otro.
172 El diablo dice: “Pues, no puedes lograrlo. No puedes hacer esto; te avergüenza testificar”.
173 La fe se levanta, dice: “¡Cállate! Yo voy a hablar”. Amén. Seguro. La fe toma la iniciativa. Eso es lo que necesitamos hoy para todo peregrino en la tierra. Levantad vuestra cabeza.
174 La Biblia dice: “Cuando yo…”. David dijo: “Cuando temía, yo caminaba con… yo confié en Él. Cuando yo temía, entonces confié en Él. Cuando se trata del temor a la muerte, las sombras…”.
175 Cuando Pablo llegó allí, él dijo: “Muerte, ¿dónde está tu aguijón?. Sepulcro, ¿dónde tu victoria?”. Hermano…
Las vidas de los grandes hombres nos hacen recordar
Que podemos hacer sublimes las nuestras,
Y al partir, dejar detrás de nosotros
Huellas, en las arenas del tiempo.
176 Algún día, sentado por allá en esas colinas celestiales de la Gloria, donde el sol jamás se pondrá sobre esa Ciudad, donde los santos ya están gritando, esos héroes veteranos de la Fe, mirando atrás allá abajo a esos lugares y viendo nuestro camino hecho de Gloria. Yo quiero sentarme con ellos, y ver que he levantado mi rostro al aire y confiado en Dios, y continué caminando en el tiempo de la tormenta. ¡Oh, vaya!
Oremos.
177 Nuestro Padre Celestial, Te damos gracias en esta mañana por Jesús. Te damos gracias por la perfección del Evangelio, por perfeccionar, y por la soberanía Eterna de la Palabra hablada Eterna de Dios. Y conforme a Su Palabra, Él nos llamó y nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, y escribió nuestros nombres antes de la fundación del mundo. Cuando Dios habla una Palabra, tiene que suceder; simplemente tiene que suceder. Y Tú pronunciaste nuestros nombres cuando Tú pronunciaste Su Nombre. Tú nos escogiste con Él antes de que el mundo comenzara, así que no hay nada que podamos decir que nosotros pudiéramos hacer, Señor. Eso—eso no está en la raza humana. No hay nada de lo cual podamos vociferar ni jactarnos; lo único que decimos, es: “Dios, gracias por Tu gracia. Gracias por Tu misericordia, Señor. Viendo que nosotros éramos extranjeros, pero ahora Tú nos has perfeccionado con ese Sacrificio perfecto en el cual estamos, ¡oh, Dios!, estar hoy en Él, a medida que avanzamos”. Agradeciéndote, Padre, por estas cosas.
178 Pedimos que si hay uno aquí hoy, Señor, que no esté en esa condición, que en este momento ellos tomen su única decisión Eterna y final, antes de que Tú hagas el último y final llamado a su corazón. Oramos que Tú lo concedas en el Nombre de Cristo.
179 Y mientras tenemos nuestros rostros inclinados, ¿me pregunto si hay alguna persona aquí en esta mañana, que realmente está como virgen dormida; Ud. nunca despertó para darse cuenta que tiene que salvar almas, Ud. tiene que hacer algo? Y Ud. quiere que Dios lo recuerde a Ud. como un salvador de almas; Ud. quiere ser uno que saldrá y se esforzará porque las almas sean salvas, levantaría la mano, diciendo: “Dios, ¿recuérdame a mí?”. Dios lo bendiga. Qué bien. Muy bien.
180 ¿Estará esa persona aquí esta mañana que nunca antes ha aceptado a Cristo como Salvador, pero en esta mañana quiere tomar esa decisión Eterna y final? Al ver Ud. que el sol que se pone allá, y Ud. sabe que solo unos días más y no estaremos aquí. Ud. sabe eso. Pero Ud. quiere—Ud. quiere entrar en el Reino de Dios. Ud. quiere que Dios lo reciba. Y Ud. cree que Él lo hace y Ud. levantará la mano para eso, en esta mañana, que Ud. cree que Cristo ahora lo recibe a Ud. como Su hijo. Dios le bendiga. Y Dios le bendiga.
181 ¿Alguien más, Ud. lo recibirá a Él como su Salvador personal, en este día? Ud. levantará la mano, dirá: “Desde este día en adelante, ahora yo serviré a Dios con todo mi corazón. Yo creo. Y yo quiero ser recordado. Toda mi vida, Algo ha tocado a mi corazón y tocado en mi corazón, y yo he rechazado Eso. Y temo que vaya a rechazarlo ahora en el momento equivocado. Así que, en esta mañana, Dios, por gracia, yo procedo y levanto la mano, diciendo: ‘¿Sé misericordioso conmigo, un pecador?’”.
182 ¿Habrá otro? Dios lo bendiga. Y te bendiga a ti, pequeña. También veo tu mano, cariño. Muy bien. Alguien más levantará la mano, diciendo: ‘¿Sé propicio a mí, pecador?’”.
183 ¿Habrá un descarriado, que diga: “¡Oh, Hermano Branham!, soy un Cristiano, pero un muy mal representante? Constantemente me descarrío y hago cosas erradas. Y yo—yo amo a Dios. Dios me recibió por gracia; sé que yo soy Su hijo. Pero nunca he sido activo, yo nunca he hecho la obra del Señor. De alguna manera marcho a la deriva, y entro y salgo, entro y salgo; pero algo me sostiene en mi corazón. Me avergüenzo de mi testimonio. Me daría vergüenza encontrarme con Dios en esta mañana, sin tener una sola alma ni nada. Yo—yo—yo quiero que Dios me traiga de nuevo y me abrace de nuevo junto a Su costado sangrando, y me dé mi azote, lo que merezco, y me conceda ser un Cristiano genuino desde este día en adelante. Levantaré mi mano a Dios. Eso es lo que yo quiero que hagas, Dios”.
184 Dios la bendiga, señora. Dios lo bendiga a Ud., a Ud., a Ud., a Ud. Eso, ahora Dios ve su corazón. Y muchos de Uds. levantaron las manos, yo los conozco. Conozco los altibajos de sus vidas. Mientras Ud.… (Los demás Cristianos están orando.) Conozco su condición de altos y bajos. Sé que Ud. está descarriado. Dios los conoce mucho mejor que si yo los conociera. Yo los veo que vienen al altar, intentan comenzar y regresan; intentan comenzar y regresan.
185 Un hombre acaba de caer muerto, hace unos días, que enseñaba aquí en la escuela dominical. Temo que sus parientes estén aquí. Si dijera el nombre, muchos de Uds. saben de quién estoy hablando. Ese hombre que venía a la iglesia, regresaba; venía a la iglesia, regresaba. Él quería hacer lo correcto. Él tuvo una experiencia con Dios. Él era un buen hombre, de corazón, pero se puso a merodear demasiado con el mundo. Él murió joven. Él partió del mundo. Ahora me pregunto cuál será su galardón. ¿Ven? No hagan eso. No haga eso, amigo. Permanezca en el arnés.
186 Si ese hombre pudiera regresar hoy a la tierra y pararse allá en la ciudad, donde fuera, en el mismo punto donde murió, él gritaría y correría hacia el tabernáculo tan fuerte como pudiera venir. Vaya, les digo que habría almas salvas esta próxima semana, cuando él llegara aquí. Él ha cruzado la línea ahora. Pero recuerden, siempre y cuando haya una Eternidad, tan profundo como existe un cielo, ellos jamás tendrán otra oportunidad de salvar un alma, no tendrán otra oportunidad de vivir para Dios. Él ha tomado su decisión final.
187 ¿Y qué me dice de la suya, en esta mañana? Aclaremos eso con Dios, mientras tenemos nuestros rostros inclinados. Denos una pequeña nota, “Del otro lado del Jordán”.
Del otro…(Pues sigan orando.)…del Jordán,
En los dulces campos del Edén, (Lentamente ahora, todos.)
Donde el Árbol de Vida florece,
Hay reposo para ti.
Jesús rompe toda atadura,
Jesús rompe toda atadura,
Jesús…(¿Qué lo está frenando?)…toda atadura,
¡Cuando le da libertad!
Siempre, siempre Le alabaré,
Siempre, siempre Le alabaré,
Siempre, siempre Le alabaré,
¡Porque me libertó!
Ahora todos juntos, lentamente.
Del otro lado del Jordán…(allí al otro lado del río)
En los dulces campos del Edén,
Donde el Árbol de Vida florece,
Hay reposo para ti.
Pues Jesús rompe toda…
188 Las ataduras de indiferencia, las ataduras religiosas, las ataduras denominacionales, la atadura pecaminosa, la atadura de incredulidad.
Jesús…(Su Presencia está cerca.)…toda atadura,
Sencillamente tome su decisión.
¡Cuando le da libertad!
Siempre, siempre Le alabaré,
Dios la bendiga señora.
…Le alabaré,
189 Alguien más permita que las ataduras que lo rodean sean rotas. ¿No quiere Ud. ser libre hoy? ¿Por qué solo anda fingiendo? Pues, Ud. mismo se hace miserable, si Ud. no es libre; el Espíritu Santo, todos los pedazos que estorban quitados del camino, el Espíritu de Dios baja por su corazón. Dios la bendiga, hermana.
Del otro lado…
190 Tal vez alguna cosita vil lo está frenando. ¿No quiere Ud. ser salvo? Espero que nuestros nombres vayan de la mano. Dios lo bendiga hermano. Espero que nuestros nombres vayan de la mano allá en la Gloria, como estrellas de Dios, cantando para siempre. Que Ud. mire allá y diga: “Allí está parado el Hermano Branham”.
191 Diré: “¡Oh, sí, hermano! ¿Recuerdas allá abajo en el tabernáculo esa mañana?”.
…florece,
Hay reposo para ti.
Siempre, siempre Le alabaré (¿No Quiere Ud. hacerlo?)
Siempre, siempre Le alabaré,
Yo…
192 Descarriado, ¿no quiere Ud. pasar al altar ahora?
Siem-…
Esa cosita vil que le estorba el paso. Jesús rompe esa atadura. Venga.
¡Cuando le da libertad!
Allá en la cruz donde murió mi Salvador,
Allá donde clamé por limpieza del pecado;
Oh, allá a mi corazón fue aplicada la Sangre;
¡Gloria a Su Nombre!
¡Gloria a Su precioso Nombre!
Oh, glo-…
193 Amigo pecador, aquí al altar, descarriado, hable ahora con Él al respecto. ¿Dónde fue?
Allá a mi corazón fue…
194 Ud. está allí ahora de rodillas a solas con Dios. Él lo está mirando a Ud. Ni siquiera un gorrión puede caer sin que Él lo sepa.
Ven, a esta abundante y dulce fuente rica;
195 Si Ud. no ha recibido el Espíritu Santo, venga. Él está aquí.
…a los pies del Salvador;
¡Oh!, sumérgete hoy, y se hecho completo;
¡Oh, gloria a Su…! (Paren ahí ahora.)
196 Mientras tienen sus rostros inclinados. ¿Se han fijado en las personas que reciben a Cristo? Observen la clase de lugar donde se encontraban, cómo Lo recibieron, Ud. los verá actuar de la misma manera. Seguro. Si es de herejía, y manufactura y emoción, el niño será criado de esa manera. Ese es el camino que tomará. Si es frío, formal e indiferente; por lo general así son ellos. Ellos reciben esa clase de espíritu, porque eso es lo que está obrando allí en ese momento.
197 A mí llévenme a la cruz. Llévenme a un lugar donde el Espíritu se está moviendo, que suavice mi corazón. “Aunque yo hable en lenguas de hombres y Ángeles, aunque dé todos mis bienes para alimentar a los pobres, mi cuerpo para ser quemado como sacrificio, tenga conocimiento para saber todos los misterios y todas estas cosas, todo eso fallará. Pero cuando aquello perfecto haya venido que es el amor, perdura para siempre”. El amor obra a fe.
198 ¿Por qué no viene Ud. ahora, mientras este hermoso, humilde y dulce ambiente del Espíritu Santo se está moviendo aquí ahora en el altar? Solo arrodíllese, diga: “Dios, sé misericordioso conmigo. Quiero que ahora Tú me des en mi corazón, este Espíritu que está en la iglesia. Me arrodillo ahora y lo pido. Y, por fe creo que Tú me lo concederás”. Ud. saldrá de aquí uno de los espíritus más humildes y dulces. Todo habrá sido consumado entonces.
Soy maravillosamente salvo del pecado,
Jesús dulcemente habita en mí,
Allá en la cruz donde Él me acogió;
¡Gloria a Su Nombre!
Glo-…
199 Mientras cantamos esto, ¿me pregunto si hay Cristianos queriendo consagrar nuevamente su vida junto a estos aquí en el altar, que han venido a buscar el Espíritu Santo y salvación? ¿Se podrían arrodillar aquí arriba en el altar, orar con nosotros por unos minutos? Cualquier necesidad que Ud. tenga, no importa qué sea. Si es enfermedad, Ud. necesita sanidad. Si es problema, Ud. necesita alivio. Si Ud. está preocupado y turbado, necesita—necesita paz. Venga ahora, ¿lo haría?
¡Oh!, ven, a esta fuente abundante y dulce;
Lanza tu pobre alma a los pies del Salvador;
Me da gozo ver a tantos venir en esta mañana.
…hoy, y sea hecho completo;
Gloria a …
200 ¿Ven?, es una obra del Espíritu Santo. Él hace esto. “A…”. No en emoción. Sólido, sincero. No fanáticamente. No es formal. Es amor lo que atrae, nos constriñe.
Allá a mi corazón fue aplicada la Sangre;
¡Oh, gloria a Su Nombre!
201 ¡Maravilloso! Todos ahora inclinados. ¿Aman Uds. esto? No sé cómo se sienten Uds., pero siento como que en mi corazón, uno siente lágrimas por dentro, cayendo. El Santo Espíritu de Dios moviéndose, solo es Él haciendo la obra. Hermano, deme una iglesia así, que esté quebrantada, camino a la casa del Alfarero para volver a ser moldeada.
Jesús, mantenme cerca de la cruz,
Hay una fuente preciosa,
Gratuita para todos…
202 Que la audiencia ayude ahora a cantarlo, mientras los penitentes están en el altar, clamando.
Fluye del Monte Calvario.
En la cruz, en la cruz,
¡Oh, sea mi gloria siempre!
Hasta que mi alma raptada encuentre
Descanso más allá del río.
203 ¡Oh, Dios!, Padre nuestro, acudimos hoy a Ti humildemente, quebrantados. El Espíritu Santo entrando a la Palabra. Los Cristianos están muy agra-… y muy agradecidos Contigo, que Te han aceptado, han nacido de nuevo. Tú has ordenado esto desde la fundación del mundo. Tú lo has declarado. Tú dijiste: “Tengo muchas cosas para decirles, que no les puedo decir ahora. Pero cuando Él, el Espíritu Santo haya venido, Él les revelará estas cosas a Uds., y les enseñará y los guiará”. Estamos muy agradecidos, esta mañana, por el Espíritu Santo que revela la Palabra de Dios. Tú dijiste: “Y Él traerá estas cosas a Mi… a vuestra memoria, lo cual os he dicho. Y Él les mostrará cosas por venir”.
204 Estamos muy contentos porque Él está con nosotros hoy. Y por medio de la enseñanza de la Palabra y la obra del Espíritu Santo, ha causado que Cristianos despierten; ha causado que pecadores vengan a Ti, que descarriados se vuelvan a consagrar. Padre, están en el altar. Ha hecho que los enfermos y agobiados, que han estado afligidos, vengan a inclinar sus rostros para aceptar la sanidad de su cuerpo, sabiendo que Tu Palabra hablada es Verdad. Todo lo demás fallará, pero Tu Palabra jamás puede fallar. ¡Verdad! “Conoceréis la Verdad, y la Verdad os hará libres”.
205 Y venimos a aceptar en esta mañana, lo que Tú has provisto para nosotros, en Tu sufrimiento como vicario y la expiación, en Tu muerte, lo cual hiciste por nosotros. Y nosotros gratuitamente, Señor Jesús, la recibimos. Nosotros creemos la Palabra de Dios. Creemos que Tu prometiste: “El que a Mí viene, no le echo fuera”. ¡Oh, Dios!, ¡qué promesa! No importa por qué sea, Tú has dicho: “Lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.
206 Ahora, Padre, si verdaderamente creemos eso, queda resuelto. Nosotros lo creemos. Queda hecho. Entonces actuamos en base a nuestra confesión, que Tú lo has hecho por nosotros. No es que nosotros seamos dignos; somos indignos. Pero por medio de Tu gracia inmerecida, que tenemos a través de Ti, creemos que la obra ha sido consumada.
207 Y a medida que estos penitentes y los que están viniendo en esta mañana, consagrándose, y para aquellos que vienen por los beneficios de los que están sufriendo, como dijo David: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas mis iniquidades, mis descarríos; y el que sana todas nuestras dolencias”. Esos son los beneficios del creyente. Y nosotros lo recibimos por fe, en esta mañana, viniendo por la Palabra de Dios que fue hablada antes de la fundación del mundo. Si fue imposible que ella no aconteciera, también es imposible que nosotros no recibamos lo que pedimos, si nosotros lo pedimos con fe creyendo. Y eso está en nuestros corazones, Señor, de recibir lo que hemos pedido.
208 Jesús, guárdanos cerca de la cruz. Cuando el enemigo venga como río, Señor, levanta bandera contra él. Bendice esta pequeña congregación anhelante. Dios, que Tu Espíritu Santo tome a estos que han consagrado sus vidas, estos hombres y mujeres que se arrodillaron en el altar. Aquellos pecadores que vinieron e inclinaron sus rostros, recíbelos en Tú Reino.
209 Señor, yo sé que su propia fe personal, el minuto en que ellos Te creyeron, ese es el minuto en que Tú los recibiste. Porque Tú has dicho: “Ninguno puede venir si Mi Padre no le trajere. Y todo aquel que viene, le daré Vida Eterna, y lo levantaré en el día postrero”. Esa es Tu Palabra, Señor. Nosotros La creemos.
210 Y está hecho, la obra es consumada, y Te agradecemos por ello. Te agradecemos por la sanidad de cada cuerpo, por cada alma agobiada, por todo lo que Tu… Aquellos que tenían sus manos endebles y caídas, aquellos que han estado temerosos, aquellos que han divagado. David dijo: “Cuando fui temido, que me atemoricé, entonces confié en Ti y seguí caminando”.
211 Dios, permítenos levantar nuestras cabezas esta mañana; no cobardes, sino Cristianos que creen en Jesucristo. Que sigamos caminando con nuestro testimonio brillando. Que, por medio de la sanidad de nuestros cuerpos, por medio del testimonio de nuestra salvación, ganemos a otros para Ti. Concédelo, Padre, siendo que hemos puesto todo sobre el altar. Concédelo para Tu Gloria, pues Te creemos y esperamos en Ti, Señor.
212 Es aquí, donde simplemente nos bañamos en Tu belleza, nos bañamos en Tu promesa, sintiendo ese glorioso Espíritu Santo cautivarnos hacia Ti. ¡Cuánto Te amamos! ¡Cuánto Te alabamos!
213 ¡Cómo te adoro, Señor! Yo mismo, detrás de este púlpito sagrado, con mis manos levantadas a Ti, Te adoro mi Dios. Yo Te adoro. ¡Tú eres mi Sanador, mi Salvador, mi Rey, mi Proveedor, mi Padre, mi Hermano! Mi todo en todo reposa en Ti. Tú eres mi fortaleza. Públicamente yo… Tú… David dijo: “En medio de la congregación de los santos Te alabaré”. Y Te doy a Ti la gloria delante de los santificados en esta mañana. Te alabo por sanarme. Te alabo por mi vida. Te alabo por mi salud. Te alabo por Tu bondad que me has mostrado. Te alabo por mis amigos. Yo Te alabo por todo, Señor. ¡Tú eres maravilloso, gozo inefable y lleno de gloria! ¡Cuánto Te alabo!
214 ¡Cuánto Te recomiendo a Ti al agobiado! ¡Cuánto Te recomiendo a Ti al pecador, como Salvador! ¡Cuánto Te recomiendo a Ti al enfermo, como Sanador! ¡Cuánto Te recomiendo a Ti al que vaga, como Rey! ¡Oh, cuánto Te amo esta mañana! Puedo recono-recomendarte, Señor, para aquellos que están pisoteados, para que—para que sean gozosos, ¡el gozo en el campamento! ¡Cuánto Te agradecemos!
215 ¡Oh!, Tú eres una gran Roca en tierra calurosa, el Refugio en tiempo de tormenta; el Alfa, Omega, el Principio y el Fin; la Rosa de Sarón, el Lirio de los Valles, ¡la Estrella de la Mañana! ¡Oh, cuánto Te amamos! ¡Cuánto Te adoramos y Te glorificamos!; ¡Tú, gran Ser Eterno inigualable! Nosotros Te damos la gloria. ¡Oh!, ¡Te glorificaremos, y Te daremos la gloria por todas las edades!
216 Recíbenos, Señor, mientras ofrecemos estas bendiciones, los frutos de nuestro labio. Tú dijiste: “Somos un pueblo peculiar, un real sacerdocio, ofreciendo sacrificio espiritual, los frutos de nuestros labios alabando Su Nombre”. ¡Cuánto Lo alabamos a Él! ¡Cuánto Lo adoramos a Él por los siglos de los siglos! ¡Oh!, recibe la profunda adoración de nuestro corazón, expresada por nuestros labios, Señor, ¡que de lo profundo de un corazón puro nosotros Te glorificamos! Sabiendo que no es lo que nosotros podamos hacer; no es nuestra vida, es Su Vida. No es nuestra salvación, es Su salvación. No es nuestro cielo, es Su Cielo. ¡Oh, nosotros no somos nuestra propia obra, somos obras Suyas! No es nuestra gracia, es la gracia Suya; no la gloria nuestra, sino la gloria suya. No es nuestro poder, sino Su poder. ¡Oh, cuánto Te amamos! No es la iglesia nuestra, sino Su Iglesia. ¡Cuánto Te alabamos a Ti por eso, pues es lo que está en nuestros corazones, Señor! Eso está en nuestro corazón. Recíbenos.
217 ¡Oh, Dios!, envíale al pequeño Tabernáculo Branham un derramamiento del Espíritu, ¿lo harás, Señor? ¡Oh, estamos necesitados aquí en esta esquina! Dios, envía las lluvias de bendición. Derrama la lluvia de Dios, la temprana y la tardía.
218 Bautiza a nuestro pastor nuevamente, Señor. Ponlo a arder con el Evangelio. Nosotros lo amamos hoy, Señor. Él es Tu siervo. Oramos que Tú unjas su corazón.
219 Unge los corazones de los demás predicadores en el edificio esta mañana, y de cada miembro. Que nosotros salgamos de aquí, Señor…
220 Y no olvides a Tu pobre siervo indigno, a mí mismo, Señor. Que me des una fresca unción del Espíritu Santo. Concédelo, Señor.
221 Concédenos estas bendiciones. Humildemente esperamos en el altar, sabiendo que lo recibimos, siendo bañados en Tu Santo Espíritu; y no nos avergonzamos del Evangelio de Jesucristo, el Poder de Dios para salvación. ¡Cuánto Te agradecemos por Él!
222 Algún día glorioso esperamos verte, Señor, colocar nuestras manos sobre los pies de Aquel que está parado aquí hoy con nosotros, a quien no podemos ver, pero sabemos que Él está aquí. ¡Cuánto lo alabamos a Él!
…allá en esa ciudad,
El sol nunca se pondrá;
Las flores preciosas para siempre,
Y el sol jamás se pondrá.
Yo quiero viajar, seguro,
Yo quiero viajar;
Las flores preciosas para siempre,
Y el sol jamás se pondrá.
¿Cuántos se sienten de esa manera? Levanten la mano.
A veces yo quiero gritar, seguro,
Yo quiero gritar, seguro;
Las flores preciosas para siempre,
Y el sol jamás se pondrá.
Yo quiero viajar, seguro,
Yo quiero viajar;
Las flores preciosas…?…
223 Tú eres el que está al mando de la barca, Señor. Tú sabes todas las cosas. Pedimos Tu bendición, en el Nombre de Cristo. Amén.
224 Amado Padre Celestial, mientras pasamos al altar, poniendo las manos sobre aquellos que quizás están esperando una bendición adicional, que el Espíritu Santo, que no tocó tal vez de la manera correcta… Pero oramos, Padre Celestial, que Tú concedas la bendición…?… ¡Oh!, habla, Padre Celestial, ten misericordia de nuestra hermana.
225 Amado Padre Celestial, mientras que esta apreciada mujer pasa aquí por fe… Ella lleva aquí muchos días; estos cabellos canosos y las arrugas…?… Pero qué cantidad de trabajo habrá pasado por aquí. No cabe duda que estas manos han recorrido las páginas de la Biblia, levantadas a Ti. No cabe duda del corazón fiel en esta mañana, a medida que ella entró cojeando a esta iglesia, con una muleta debajo del brazo. Pero ahora, por fe, ella la suelta, para salir caminando. Sánala, Señor. Ella viene buscando las bendiciones de Dios. Oro, Dios del Cielo, que Tú la bendigas. Y que ella nunca más la necesite, por el resto de sus días. Fortalécele el cuerpo. Permite que ella gane almas para Ti, Señor, para el Reino de Dios. En el Nombre de Jesucristo. Amén.
226 Dios la bendiga, hermana. No… Ud. no necesitará usar esa vieja muleta, no creo, ya más. Ud. está bien, y yo creo que Ud. irá a casa sin ella. Amén. Cuando Ud. salga del edificio, póngasela al hombro y salga caminando. Todo habrá concluido.
227 Padre, Dios, oramos para que bendigas a esta mujer que está parada aquí hoy. Sánala completamente. Concédelo, Padre. Ponemos las manos sobre ella y lo creemos, en el Nombre de Jesús.
228 Padre, Dios, ponemos las manos sobre la Hermana Slaughter, y pedimos para que ella sea sanada. [Cinta en blanco.—Ed.]
229 Amado Dios, ponemos las manos sobre nuestro…[Cinta en blanco.—Ed.]
230 No sé Uds. cómo se sienten. Yo cantaré la estrofa, Uds. canten el coro conmigo.
El primero que murió por este plan del Espíritu Santo,
Fue Juan el Bautista, él murió como hombre;
Luego vino el Señor Jesús, lo crucificaron,
Él predicó que el Espíritu salvaría al hombre del pecado.
Gotea sangre, sí, gotea sangre,
Este Santo Evangelio del Espíritu Santo (Me encanta.), gotea sangre,
La sangre de discí-… (Que el mundo diga lo que quiera.) …que murieron por la Verdad,
Este Santo Evangelio sigue goteando sangre.
Luego apedrearon a Esteban, que predicó contra el pecado,
Los enojó tanto, que destrozaron su cabeza;
Pero murió en el Espíritu, él entregó el espíritu,
Y fue a unirse con los otros, esa hueste dadora de vida.
Sigue goteando sangre,…
Este Santo Evangelio del Espíritu Santo, gotea sangre,
La sangre de discípulos que murieron por la Verdad,
Este Santo Evangelio gotea sangre.
Allí estaban Pedro y Pablo, y Juan el divino,
Dieron sus vidas para que este Evangelio pudiera brillar;
Derramaron su sangre, como los profetas de antaño,
Para que la verdadera Palabra de Dios fuera dicha honestamente.
Sigue goteando sangre, sí, gotea sangre,
Este Santo Evangelio del Espíritu Santo, gotea sangre,
La sangre de discípulos que murieron por la Verdad,
Este Santo Evangelio gotea sangre.
Almas bajo el altar, claman: “¿Hasta cuándo?”
Para que el Señor castigue a los que han hecho mal; (Escuchen.)
Pero habrá más que darán la sangre de sus vidas,
Por este Evangelio del Espíritu Santo y Su río carmesí.
¡Oh sigue goteando sangre!, sí, gotea sangre,
Este Evangelio del Espíritu Santo gotea sangre,
La sangre de discípulos que murieron por la Verdad,
Este Evangelio del Espíritu Santo gotea…
231 ¿A cuántos les agrada haber recibido el Espíritu Santo en esta mañana? Levanten las manos. ¿Verdad que es maravilloso? Seguro.
Gotea…
232 Estreche la mano del amigo a su lado.
…gotea sangre
Diga: “Alabado sea el Señor, hermano, por toda Su bondad”.
Evangelio del Espíritu Santo gotea sangre,
¡Oh!, la sangre de discípulos que murieron por la Verdad,
Este…
Dios lo bendiga, hermano. Dios lo bendiga.
…Evangelio del Espíritu Santo…
¡Oh gotea sangre!…
Eso es. Levanten las manos.
Goteando sangre,
Este Evangelio del Espíritu Santo, de sangre gotea,
La sangre de discípulos que murieron por la Verdad,
Este Evangelio del Espíritu Santo sangre gotea.
Goteando sangre, (¡Aleluya!) goteando sangre,
Este Evangelio del Espíritu Santo, oh, sangre gotea,
[El Hermano Branham habla con las personas alrededor del altar.—Ed.]
…sangre, sí, goteando sangre,
Este Evangelio del Espíritu Santo, sangre gotea.
¡Todos cántenlo!
La sangre de los discípulos…
233 Dios la bendiga, hermana. [La hermana dice: “Hermano Branham…?…”.—Ed.] Sí. [“…?…los últimos tres años”.] ¡Maravilloso! Me agrada mucho oír eso. [“Ella me dijo que si tenía la oportunidad de hablar con Ud. que le diera un ‘saludo’”.] ¡Dios la bendiga!
234 Se acaba de orar por una señora; ella ha estado caminando ahora por tres años, glorificando a Dios.
Cantemos ahora este buen canto antiguo. ¿A cuántos les gusta?
Fe en el Padre, fe en el Hijo,
Fe en el Espíritu Santo, estos tres son Uno;
Muy bien, hermana, adelante.
Fe en…el Hijo,
Fe en el Espíritu Santo, estos tres son Uno;
Demonios tiemblan y pecadores despiertan;
Fe en Jehová hará temblar…
235 ¿A cuántos les gusta una audiencia contenta como esta? Pues, Dios la bendiga, hermana. Cantemos todos ahora. Todos, lo más alto que puedan. Dios la bendiga, hermana. Gracias, hermana. Dios le bendiga. Amén. Dios le bendiga. [Un hermano habla con el Hermano Branham.—Ed.] Sí. Amén. Amén. Dios le bendiga. Dios le bendiga.
236 [Una hermana habla con el Hermano Branham.—Ed.] Dios la bendiga, mi querida hermana. Dios la bendiga, hermana.
237 [Cinta en blanco.—Ed.]…sus manos, y cantémoslo ahora.
Al venir Jesús nos veremos…
238 Dios la bendiga, Hermana Kelly. ¡Me da mucho gusto verla acá arriba! [La Hermana Kelly ahora le habla al Hermano Branham.—Ed.] Correcto. Dios la bendiga.
239 ¿Todos saben quién está gritando? Es la Hermana Kelly. Saben, ella iba a… El—el diablo intentó matarla por acá, en un accidente de automóvil, y la tuvo allá en el hospital toda cortada, y dijo que ella no volvería a caminar, y de todo. Pero, ¡la gracia de Dios! Fue ella la sanada. [La Hermana Kelly dice: “¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios!”.—Ed.] Suena como el Ejército de Salvación acá arriba, en esta mañana. ¡Alabemos al Señor con ella, todos! Todos Uds. vengan, conozcan a la Hermana Kelly, denle la mano a medida que pasan.
240 Sé que todos Uds. están contentos de ver a su hermana. Y, aquí, vengan y denle la mano, aquí en el altar. Todos Uds., cada uno: “¡Que gusto de verla!”. Pues, ¡alabado sea el Señor!
¡Al venir Jesús nos veremos!
A los pies de nuestro Salvador;
Hermano Neville.
¡Al venir Jesús nos veremos!
A los pies de nuestro Salvador; (¡Al venir Jesús!)
¡Al venir Jesús nos veremos!
Dios lo bendiga, Hermano Neville. Amén. Dios lo bendiga.
241 Detengámonos e inclinemos nuestro rostro por un minuto, ¿lo harían, mientras el hermano nos despide? Inclinen sus rostros por un minuto en oración. Hermano Neville, ¿por favor?

 

 

El Mensaje del Atardecer